El 1 de febrero la Alcaldía de Medellín compartió un boletín de prensa en el que celebró la reducción de homicidios en un 24%. “Estamos trabajando con Ejército, Policía, Fiscalía y otras entidades. Esto nos ha permitido restablecer la confianza y una mayor operatividad”, dijo entonces Manuel Villa, el secretario de Seguridad del alcalde Federico Gutiérrez.
Pero dos meses después el anuncio luce cuando menos apresurado.
El informe del 1 de abril de este año del Sistema de Información de Seguridad y Convivencia (Sisc), que le hace seguimiento a los homicidios en la ciudad, precisa que en enero se registraron 28 homicidios (seis más que lo reportado en un primer momento). La reducción frente a 2023, con base en esta nueva cifra, fue del 3% y no del 24%, como dijo la Alcaldía.
Esta variación le ha dado una vitrina al exalcalde Daniel Quintero y a su único concejal, Juan Carlos Upegui, para hablar de un “maquillaje” de las cifras. Sin embargo, varias fuentes que conocen el modelo de conteo le dijeron a La Silla Vacía que no es posible hablar de un retoque de los números de homicidios, sino de un uso “antitécnico y político” por parte de cada bando.
Celebraciones pomposas para una reducción moderada
El comunicado compartido por la Alcaldía hace dos meses precisó que en enero se presentaron 22 homicidios frente a los 29 casos de 2023, cuando Quintero aún era alcalde. El nuevo gobierno calificó como histórica la reducción, compartida en kits de prensa y en el portal oficial de noticias de la Alcaldía.
“Esto representa la mayor disminución de los homicidios reportados en el primer mes de los últimos 20 años”, expresaron.
Algunos medios locales recogieron el balance. “Medellín logra una reducción del 24% en casos de homicidios durante el primer mes de 2024”, tituló el portal Minuto 30; “Medellín celebra histórica reducción del 24% en homicidios, un mes transformador para la ciudad”, informó el canal de televisión CNC; y “Medellín registra una reducción del 24% en homicidios durante enero de 2024”, reiteró el portal Antioquia Crítica.
El reporte del Sisc en el que la Alcaldía basó su balance de arranque de año precisa que cuatro homicidios estuvieron relacionados con problemas de convivencia, otros tres con hurtos, dos más con violencia de género, uno con violencia intrafamiliar y otro más con grupos delincuenciales. En ese momento, 11 muertes aún estaban por categorizar.
Cerrado febrero, la Alcaldía entregó nuevamente cifras positivas.
“Nunca me voy a conformar con las reducciones de tasas de homicidios hasta que lleguemos a cero”, dijo el alcalde Gutiérrez. “La seguridad es nuestra prioridad. La gente de Medellín debe sentirse tranquila. Estamos implementado diferentes estrategias que hoy están dando resultados”.
Entonces, la administración habló de una reducción de los homicidios de 10% entre enero y febrero, con una baja de seis casos respecto a 2023. El balance fue difundido por Telemedellín, el canal público de la ciudad. “Delitos de alto impacto en Medellín disminuyeron durante los primeros dos meses de 2024”, informaron.
La reducción anunciada por Gutiérrez se soportó en el reporte del 1 de marzo del Sisc. Entonces, los homicidios de enero todavía eran 22 (aún por debajo de 2023), mientras que en febrero se contaron 28 muertes (una más que el año pasado).
Ya en el reporte del 1 de abril, las actualizaciones de enero y febrero arrojaron una reducción no del 10% sino del 1,8% respecto a 2023.
Discordia por cifras le da tribuna a la oposición
Upegui dijo en el Concejo el 9 de febrero que la principal estrategia de reducción de homicidios de la actual administración se soportaba en la información: “El Sisc se ha actualizado solo una vez en lo que va del año, y para saber si reducimos o no los homicidios necesitamos actualizar permanentemente esa información”.
Desde esa fecha, Upegui ha denunciado que el sistema no se ha actualizado en tiempo real. Y sobre eso han vuelto concejales de oposición, como José Luis Marín, del Pacto Histórico: “Es complejo triangular los datos, porque no contamos con cifras distintas a las que comparte la administración”.
El Sisc es una plataforma que cuenta y clasifica los homicidios desde 2008 en la ciudad. El modelo entrega un conteo diario de las muertes violentas de este tipo, soportado en información de la Policía, Medicina Legal, Fiscalía y otras entidades. Cada gobierno ha asumido la tarea de aglutinar y difundir esos datos.
Pero justo esta semana, cuando el gobierno de Gutiérrez cumplió 100 días, el exalcalde Quintero —quien no estuvo exento de cuestionamientos por su manejo del Sisc— habló de falta de transparencia:
“Para maquillar las cifras de seguridad, el alcalde ocultó el 24% de los muertos en enero y el 10% en febrero. Esto quedó en evidencia después de que se filtrara un documento que contradecía la información que había presentado el alcalde en una rueda de prensa”.
Quintero se refería a uno de los informes del Sisc ya actualizado. En este se advierten los ajustes descritos en la primera parte de esta nota y lo que para Andrés Tobón, líder de la bancada de Creemos en el Concejo y exsecretario de Seguridad de Gutiérrez en su primera alcaldía (2016-2019), está lejos de ser una alteración de los registros.
“Son brutos o se hacen los brutos”, le dice el concejal a La Silla Vacía sobre los señalamientos de Upegui y Quintero en contra del gobierno. “Ellos conocen cómo funciona la mesa de recolección de cifras, en la que participan varias autoridades. Es una cosa absurda que hablen de un maquillaje de las cifras”.
El concejal precisa que el cambio se debe a los casos no esclarecidos cada mes e incluso a muertes que tienen lugar días después de los intentos de homicidio. Es decir, si una persona fue herida el 20 de enero, y su fallecimiento solo se da hasta entrado febrero, ese homicidio engrosa la lista de enero y eso lleva a que el Sisc actualice los datos.
“Pero estos casos no son demasiados como para que sean representativos”, agrega Tobón. “Hoy en Medellín el 90% de los homicidios son por arma de fuego y arma blanca; el 5% por arma contundente y sustancias; y queda un 5% por determinar. La reducción del 24% en enero fue real, solo que luego se corrigieron los datos”.
Con la “corrección” la caída se diluyó.
Cantar victoria anticipada es antitécnico e irresponsable
Camila Uribe, directora de la Casa de las Estrategias, una ONG que le hace seguimiento a políticas sociales y de seguridad en la ciudad, ve como “exagerados” los señalamientos de Upegui y Quintero sobre falta de transparencia en las cifras de homicidios.
“No creemos que sea así”, sostiene. “El diagnóstico de homicidios es una de las cifras más confiables que tenemos en la ciudad. Pero lo que está pasando muestra inexperiencia en el gobierno de Gutiérrez, porque el Sisc sirve para tener un dato preliminar sobre cómo avanzan los homicidios y no para hacer comparaciones de cifras que cambian rápido”.
Andrés Preciado, director del área de Conflicto y Violencia Organizada en la Fundación Ideas para la Paz (FIP) y quien fue subsecretario de Seguridad del alcalde Gutiérrez en su primer gobierno, coincide en la lectura de Uribe y vuelve sobre la constitución de las cifras explicadas por Tobón.
“En todos los gobiernos ha pasado esto: al principio hay rumores de que están escondiendo las cifras de homicidios, pero la Alcaldía no tiene forma de alterarlas porque no es una fuente primaria de los datos”, dice Preciado.
Y luego agrega: “El rol de la Alcaldía es solo de coordinación y difusión. La cifra de homicidios es concertada e incluye incluso a quienes son abatidos por la Fuerza Pública, cosa que no se hace en otros lugares”.
Pese a esto, ambas fuentes coinciden en que comunicar reducciones de homicidios en los primeros 10 días de cada mes es antitécnico y prematuro, e impulsa discusiones —como la actual— que deslegitiman un sistema que ha arrojado buenos resultados en la ciudad sin importar el matiz político de las administraciones.
“Entiendo que los gobiernos tengan que hacer cierres de cuentas, pero presentar resultados antes de los 10 días de cada mes es irresponsable (el reporte de enero se hizo el 1 de febrero y el de febrero el 29 del mismo mes)”, dice Preciado. “Hay que esperar a que entren los casos rezagados, y no usar cifras técnicas políticamente”.
Y Uribe concluye: “Es importante evitar un daño en la reputación del Sisc. Es muy grave crear un ambiente de desconfianza frente a las cifras porque un par de alcaldes se atribuyen reducciones de homicidios que no les corresponden”.
Para marzo, según el informe del Sisc del 1 de abril, la reducción acumulada de homicidios en Medellín fue del 7%. Esa cifra podría mejorar o empeorar en cualquier momento.