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Al chat de WhatsApp de La Silla Vacía (+57 3102940910) llegó una publicación de Facebook que acusa a Gustavo Petro de haber sido el autor intelectual del secuestro y asesinato de tres niños llamados Zuleika, Yidia y Xoiuk Álvarez.
Se trata de una captura de pantalla de otra publicación con una imagen que dice que los tres niños fueron encontrados sin vida luego de haber sido secuestrados por el M-19. “Años después, Petro, comandante y autor intelectual, es alcalde de la capital de la república de Colombia”, se lee en la imagen.
La cuenta que publicó esa imagen puso en la descripción: “No se metan con Antonella Petro! Pero él sí pudo “meterse” con los niños Zuleika, Yidia y Xoiuk Álvarez. Lean cómo los asesinaron”. La misma publicación circuló en Twitter (ahora X).
Como nos pidieron verificar esta información, le pasamos el Detector de Mentiras y encontramos que es falsa. Los hermanos Zuleika, Yidid y Yoluk Álvarez sí fueron secuestrados en 1981 y asesinados después de poco más de un año. Sin embargo, el crimen nunca se esclareció. Hay diferentes hipótesis sobre los responsables y una de ellas apunta a que la autora fue una célula del M-19, pero nunca fue comprobada. Por estos hechos 13 jóvenes fueron detenidos, torturados y desaparecidos por el F2. Este caso es conocido como el Colectivo 82.
Por otro lado, a pesar de que el presidente Petro sí hizo parte del M-19, nunca fue investigado por estos delitos ni hay ninguna prueba que lo vincule con el secuestro y la muerte de los hermanos Álvarez. Además, contrario a lo que afirma la publicación, el presidente no llegó a ser comandante de esa guerrilla.
Esta es la publicación falsa:
Los menores sí fueron secuestrados
Como contamos en este Detector, los hermanos Zuleika, Yidid —no Yidia, como dice la publicación— y Yoluk Álvarez fueron secuestrados el 6 de octubre de 1981 cuando iban camino al colegio. Casi un año después, en septiembre de 1982, los cuerpos de los tres menores fueron encontrados en Gachalá, Cundinamarca.
En ese momento, la búsqueda de los hermanos Álvarez estuvo a cargo del F2, una división de inteligencia de la Policía Nacional que operó hasta 1995 y que ha sido señalada por sus vínculos con paramilitares.
Durante la investigación, entre marzo y septiembre de 1982, 13 jóvenes fueron detenidos, torturados y desaparecidos por el F2 con las excusas de que supuestamente participaron en el secuestro y asesinato de los hermanos Álvarez, y que hacían parte de grupos guerrilleros. En su mayoría eran estudiantes de universidades públicas y trabajadores.
Años después estas desapariciones fueron reconocidas como el caso Colectivo 82.
Por esta desaparición colectiva, en ese entonces fueron vinculados 22 agentes de la fuerza pública, pero en 1987 el caso fue cerrado. También fue señalado el reconocido narcotraficante, José Jader Álvarez, padre de los menores, por supuestamente actuar de manera coordinada con el F2 en retaliación por el secuestro y asesinato de sus hijos. Sin embargo, en 2003 fue absuelto porque no había pruebas que lo vincularan con la desaparición de los 13 jóvenes.
En 1992, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) realizó un informe en el que concluyó que el Estado colombiano no respetó el derecho a la vida de los 13 jóvenes desaparecidos y recomendó reabrir la investigación para investigar “los graves y no desvirtuados cargos que pesan contra los oficiales sobreseídos”.
Luego, en 2008, la Fiscalía solicitó revisar el cierre de la investigación y en 2011 la Corte Suprema de Justicia ordenó reabrir el caso para investigar a los uniformados relacionados con el caso.
En junio de 2022, la Fiscalía declaró que la desaparición de los 13 jóvenes es un crimen de lesa humanidad. Hasta ahora ninguno de los agentes vinculados con el caso ha sido condenado y solo han sido encontrados los cuerpos de dos de los desaparecidos.
Pero Petro no estuvo involucrado
Sobre los autores del secuestro y asesinato de los hermanos Álvarez existen varias hipótesis.
En 1982, cuatro de los 13 jóvenes desaparecidos fueron vinculados en la investigación. Dos de ellos fueron declarados inocentes y los otros dos fueron condenados con irregularidades: no afrontaron un juicio y la condena llegó cuando se encontraban desaparecidos. Los demás jóvenes fueron detenidos por el F2 sin estar vinculadas oficialmente a la investigación.
A pesar de que la división de inteligencia utilizó como justificación la supuesta afiliación de los jóvenes desaparecidos a grupos guerrilleros, no hay pruebas que demuestren que eran parte de estas organizaciones ni que fueron los responsables de las muertes de los hermanos Álvarez.
Esta versión la explican los investigadores Frank Molano y Jymy Forero en este artículo sobre el Colectivo 82: “Los datos existentes, testimonios, registros de prensa y expedientes judiciales no dan pistas para establecer con certeza quiénes de los jóvenes desaparecidos como retaliación por el secuestro y homicidio de los niños hicieron parte de organizaciones políticas y estuvieron involucrados con estos hechos”.
Otra hipótesis, planteada en esa misma investigación, contempla que el autor fue el Frente Revolucionario de Unidad Popular (Frup), una organización de izquierda fundada en la década del setenta. Pero otras versiones señalan que el crimen pudo haber sido por una venganza entre mafias o que una célula del M-19 fue la responsable.
En todo caso, a pesar de que el presidente Petro hizo parte de este grupo guerrillero, no ha sido vinculado ni investigado por este caso. En 2018, él desmintió esta misma publicación en Twitter (ahora X):
Como La Silla contó aquí, en 1978, cuando tenía 17 años, Petro se unió a la guerrilla del M-19. Ahí poco a poco fue ganándose un lugar en el ala política de esa guerrilla hasta ser el más joven de los cinco miembros de la Dirección de la Región Central. Sin embargo, nunca llegó a ser comandante de esa guerrilla, como asegura la publicación.
En su paso por el Eme, no combatió ni usaba camuflados. Los miembros de su comando lo describen siempre flaco, con las manos en los bolsillos, botas gastadas y obsesionado con la política. Lo recuerdan como un cerebro político joven, capaz de movilizar a las comunidades y sindicatos en Zipaquirá.
Entre algunos ex M-19 es calificado como uno de los militantes que más le apostó a la paz y a que esa guerrilla se desmovilizara y aceptara sentarse a dialogar con el Gobierno, como efectivamente pasó. “Es el Petro que nadie recuerda, que era el Petro del M-19”, dice Álvaro Jiménez, activista de Derechos Humanos y ex M-19.
Everth Bustamante, excomandante del M-19 que terminó en el uribismo, comparte esa versión. “Que yo sepa, Petro nunca participó en actividades violentas. Petro realmente nunca hizo parte de las estructuras militares del M-19”, dijo en una entrevista.
Por todo esto, calificamos la publicación como falsa.
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