La salida del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros tomó por sorpresa no solo a los cafeteros sino al propio ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. En la mañana del 30 de noviembre, Ocampo inauguró el Congreso Nacional Cafetero y comenzó enviando “un saludo muy fuerte y muy especial” para el risaraldense Roberto Vélez, gerente de la Federación desde 2015. Pero, en la tarde, Vélez recibió una llamada de la Casa de Nariño y le informaron que el Gobierno quería a otra persona al frente del gremio cafetero.
Dos fuentes dentro del Gobierno confirmaron que la decisión fue directamente de Gustavo Petro y que Ocampo no la conocía cuando inauguró el evento. Luis Miguel Ramírez, vocero de Risaralda en el comité directivo de la Federación, le dijo a La Silla que los representantes de los 15 departamentos cafeteros se reunieron con Ocampo para pedirle reconsiderar la salida de Vélez, pero que el ministro les respondió “que era una decisión ya tomada por el presidente”.
Es la intromisión más directa de Petro en un cambio en las cabezas de los gremios. Esta vez fue más lejos que hace unas semanas, cuando el asesor empresarial de Palacio, Juan Fernández, le dijo en un trino al director de la Andi, Bruce Mac Master, que no era un interlocutor válido.
Aunque el presidente siempre tiene mucho poder en la elección del gerente de la Federación de Cafeteros, porque tiene los mismos votos en el comité directivo que los representantes del gremio, la intromisión de Petro es inusual porque Vélez era respaldado por el comité directivo de la Federación y es el primer gerente que renuncia públicamente por petición de Gobierno de turno.
Es decir, Petro propició un cambio abrupto de mando en el gremio saltándose los conductos regulares, incluido a su Ministro de Hacienda. Además, Ocampo y la Ministra de Agricultura de Petro dieron señales de estar conformes con la gestión del gerente saliente.
La apuesta de Petro responde a una promesa de campaña y a una jugada política con miras a las elecciones regionales del 2023: el candidato del Pacto Histórico se comprometió con un cambio profundo en el gremio para darle más poder a la zona sur (Huila, Tolima, Nariño y Cauca), departamentos en los que Petro ha venido creciendo electoralmente y que han reclamado ser el nuevo “eje cafetero” de Colombia, pues entre ellos está el departamento de mayor producción actualmente: Huila. Esta región hace varios años superó a los tradicionalmente cafeteros como Risaralda, Caldas, Quindío y Antioquia.
Los aliados de Petro en ese departamento, entre los que está el grupo del exsenador liberal Rodrigo Villalba y el gobernador Luis Enrique Dussán, ya le enviaron cartas al presidente reclamando la gerencia de la Federación para el Huila. Y el propio presidente dio señales desde la campaña de que entre sus apuestas regionales, a un año de las elecciones de 2023, una de sus prioridades será consolidarse entre los campesinos del sur.
La apuesta de Petro en el sur
Petro había dejado claras sus diferencias con el manejo de Roberto Vélez en la Federación de Cafeteros desde la campaña. En noviembre del año pasado acusó a la Federación de estar a punto de quebrar a 100 mil familias cafeteras en el Huila.
En el Huila, la región cafetera de Colombia, la federación de cafeteros indujo a las cooperativas cafeteras a realizar contratos de futuros con la bolsa de Nueva York a 900.000 pesos la carga. hoy la carga esta a 2´200.000
Están a punto de quebrar 100.000 familias cafeteras. https://t.co/7PC8aP8uu0
— Gustavo Petro (@petrogustavo) November 26, 2021
Y en sus discursos en plaza pública redobló la apuesta.
“No por nada ya no es Caldas o Risaralda o el Quindío el gran productor de café de Colombia. El gran productor de Colombia se llama Huila. Y eso que no ven los burócratas de Bogotá y la clase política tradicional, nosotros sí lo vemos”, dijo Petro en la plaza de Neiva el 5 de abril.
Entre los sectores huilenses que apoyaron a Petro en campaña quedó la sensación de que esa y otras declaraciones eran una promesa de un cambio en la Federación.
“En campaña él se comprometió con los huilenses a que iba a considerar el tema de la gerencia para el Huila, y ahora con la salida del doctor Vélez se ha dado esa alternativa”, le dijo a La Silla Orlando Beltrán, quien fue parte de la lista del Pacto Histórico a la Cámara en ese departamento.
Y también entre los que resintieron la movida de Petro está la percepción de que la salida de Vélez tiene que ver con un tema de política regional. “Desde la campaña el presidente comprometió la gerencia a los departamentos del Huila y del Cauca. Y ahora está pasando por encima de la junta directiva y está presionando al gremio”, dijo Luis Miguel Ramírez, representante de Risaralda en la Federación de Cafeteros.
Una fuente del Gobierno que conoce el contexto del Eje Cafetero, y que pidió no ser citada para dar detalles, señaló que los departamentos del sur son una apuesta más segura para Petro en términos del gremio del café: “El 90 por ciento de los cafeteros del eje (Caldas, Risaralda y Quindío) son uribistas. Petro no tiene margen para ganar nada ahí. Es mejor ganarse a los cafeteros del sur, que muchos son petristas y otros pueden serlo”.
Pese a ser un gremio privado, la influencia del Gobierno en la Federación de Cafeteros es muy grande. La terna para el gerente la eligen entre los 15 delegados de los departamentos en el comité directivo y el Ministro de Hacienda, cuyo voto vale lo mismo que el de todos los delegados. Es decir, vale por 15.
La razón es que la Federación maneja el Fondo Nacional del Café, una bolsa de la plata pública que el gremio recibe de los parafiscales que pagan los caficultores por cada libra de café exportado, y que luego reinvierte en el sector. Solo entre enero y octubre de este año el Fondo tuvo ingresos por 767,7 millones de dólares (3,7 billones de pesos).
La Federación administra la plata del Fondo Nacional del Café con permiso del Gobierno (con un contrato que se renueva cada 10 años). Y esos recursos le dan injerencia, entre otras cosas, en la construcción de carreteras de tercer nivel en zonas cafeteras para facilitar el transporte.
Así, la Federación ha sido tradicionalmente un vehículo poderoso para influir directamente en las cerca de 500 mil familias caficultoras en Colombia. En ese contexto, el guiño de Petro en la elección del próximo gerente tendrá un efecto político para las elecciones de 2023.
Pero aunque le puede ayudar a afianzar sus alianzas en el sur, con sectores de Dignidad Cafetera que son críticos de la Federación y con grupos políticos como el de Rodrigo Villalba, puede a la vez ahondar sus tensiones con un gremio que, de entrada, ha sido más afín a la derecha y que ya hizo saber su molestia por la intromisión del Gobierno.
La pelea cafetera
El 6 de diciembre, el Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se reunió con los 15 representantes de los departamentos del comité directivo de la Federación de Cafeteros. De forma unánime, le pidieron a Ocampo hablar con el presidente directamente para que reconsidere la salida de Vélez y para que les diga cuál es su visión de la Federación.
Esa reunión anticipa la tensión de los próximos meses entre Petro y la dirigencia cafetera, pues aunque el presidente tiene apoyo de las bases en Huila, Tolima, Nariño y Cauca, no es el mismo escenario con los voceros de estos departamentos en la Federación. Para poner un ejemplo, el representante del Huila, Rober Bustos Ramírez, es del grupo político del exsenador del Centro Democrático Ernesto Macías.
Petro siempre ha tenido objeciones con la existencia misma de la Federación, que además de agremiar a los cafeteros les compra el café a las cooperativas de los municipios y lo exporta. Justamente ese rol de intermediaria y de exportadora de la materia prima no procesada ha sido cuestionado por Petro porque considera que en esa cadena se termina quedando la plata que le pertenece a los campesinos cafeteros.
De una libra de café que vale en el supermercado de Boston donde queda Harvard, 4 dólares la libra un campesino cafetero sólo recibe 25 centavos. Lo demás es de los Burócratas de la federacion, de la politiquería y de las multinacionales pic.twitter.com/0J2U9ET1Py
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 12, 2018
Orlando Beltrán, excandidato del Pacto Histórico en el Huila y que fue postulado por varios sectores que apoyaron a Petro como uno de los candidatos a la gerencia, opina en esa línea: “Mientras el cafetero simplemente sea un productor no hay nada que hacer. El cafetero hay que asociarlo y que él mismo transforme la materia prima en un producto terminado y lo exporte. Le dijimos eso al presidente y él comparte la tesis de que la federación debe fortalecer a quienes producen el café y no a multinacionales que se quedan con la utilidad”.
Pero otros sectores cafeteros consideran que la intromisión del Gobierno le hace daño al gremio. Alejandro Corrales, senador uribista de Risaralda y que llegó al Congreso como uno de los líderes cafeteros de 2013, dijo que la movida de Petro “es una agresión a los gremios y una intromisión en un gremio que tiene un sistema federado y democrático desde hace 90 años. La elección del nuevo gerente no puede ser politiquera ni regionalista. Y con politiquero quiero decir que no ponga una persona ahí que no conozca el sector como pasó la Ministra de Minas”.
La intervención tan directa de Petro en el caso de la Federación de Cafeteros, sin embargo, deja claro que en ese sector su postura es por un cambio tan profundo (y político) como en el de minas. Y que la relación conflictiva con el mundo privado se seguirá extendiendo a otros campos, incluso a aquellos que se sentían blindados.