La alcaldía de Carlos Fernando Galán recibió un socio, estatutos y la financiación para aterrizar la que será la primera fábrica de vacunas del país. Dos días antes de dejar el cargo, la administración de Claudia López le dejó armada una alianza público privada con Sinovac, el laboratorio chino, para hacer realidad el proyecto de más de 70 millones de dólares. Fue un legado de la pandemia y de López.
La administración llegó con una movida para modificar los estatutos de la empresa, para poner a un gerente interino que no cumplía con los requisitos originales que se negociaron con los chinos para el proyecto, llamado BogotáBio. A 10 días de que se acabe ese periodo y tras seis meses de alcaldía, la percepción desde de la empresa y sus socios, es que la administración se ha movido con poco interés. Se trata de un proyecto al que el Distrito, que es dueño del 70% de la empresa, ya puso plata para la construcción, equipamiento y operación de la fábrica durante tres años.
El riesgo es que la ejecución de un proyecto único en el país, de más de $280 mil millones, termine por perder el impulso que dejó la pandemia para avanzar en soberanía biotecnológica. Y ya hay impaciencia y preocupación entre los socios, según le dijeron a La Silla Vacía ocho fuentes que han participado en asambleas de accionistas, la junta directiva y equipos de trabajo de los socios. Por la naturaleza del proyecto y la información del detrás de escena, piden no publicar sus nombres.
Frente a esa percepción desde el interior de la empresa, el secretario de Salud, Gerson Bermont, dice que el proyecto está lejos de enfriarse. “Nos alegra que haya tantas personas pendientes, que tal vez querrían que se moviera más rápido, pero tuvimos que empezar la empresa y vamos dentro de los plazos establecidos”, responde.
El proyecto no es visible en la agenda del alcalde
Durante la alcaldía de Claudia López, la agenda de producción de vacunas tuvo un gran catalizador, pues la propuesta surgió después de la pandemia. La alcaldesa y su secretario de Salud, Alejandro Gómez, hicieron bombo de la fábrica hasta diciembre del 2023, su último mes en la administración, cuando se asociaron con el laboratorio chino.
Sin embargo, las fuentes consultadas perciben que el proyecto cayó varios escalafones en la agenda de Galán y de la Alcaldía, en general.
Parte del problema que perciben las fuentes al interior de la empresa es que los funcionarios encargados son pocos y su dedicación no es exclusiva. El mismo gerente encargado, que quedó después de los cambios de estatutos, Leonardo Arregocés, tiene otras responsabilidades como asesor de la Secretaría, por lo que las fuentes consultadas perciben que su dedicación con BogotáBio va y viene.
BogotáBio fue mencionado en público por el secretario Bermont fue el pasado 8 de mayo. Cuando, frente el Concejo, el funcionario habló sobre “la posibilidad de generar vacunas a nivel nacional”.
Lejos del rol protagónico con el que terminó la administración post-pandémica de López, el proyecto ahora está enmarcado en una agenda más compleja de ciencia y tecnología. El secretario de salud Bermont explicó a La Silla que BogotáBio es uno de los tres grandes pilares de esa cartera. Los otros dos son el Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación (Icdbis) y el laboratorio de salud pública BCL3. “Esos tres proyectos, lo que hay es un corazón de ciencia, innovación e investigación muy fuerte que debe apostarle a conformar un ecosistema de la ciencia, innovación y tecnología”, dice.
Por eso, BogotáBio no aparece explícitamente en el Plan Distrital de Desarrollo. Sino como parte del objetivo 3, titulado “Bogotá confía en su potencial”, en donde hay una meta general que habla del ecosistema de ciencia, tecnología e innovación para la salud. Para “contribuir a la generación y la apropiación social de nuevo conocimiento para la toma de decisiones relacionadas con las problemáticas en salud pública”, se lee. Para lograrlo, la destinación presupuestal es de 70 billones de pesos.
Dentro de la empresa, el equipo también siente el golpe que viene con la pérdida de protagonismo. Pues el equipo en BogotáBio se ha reducido. La alcaldía de López cerró con siete funcionarios trabajando exclusivamente en la fábrica de vacunas, pero en seis meses han ido saliendo. La planta quedó reducida a dos personas: Rigoberto Lugo, el contador cuyo contrato se venció hace un mes, y un abogado recién contratado.
Para el secretario Bermont, el proyecto tiene las manos que necesita. “En este momento están los que se necesitan. El gerente encargado es asesor mío y cuenta con todo el apoyo de la Secretaría, él no necesita tener más personas a cargo para lo que requiere”, dice.
Pero entre expertos del sector salud también se percibe una pérdida de relevancia. Claudia Vaca, directora del centro de pensamiento Medicamentos, Información y Poder de la Nacional, dice que “esperaría que la empresa estuviera en el centro de la política pública de esta administración, incluso en el centro de la agenda del alcalde”.
Bermont niega que ese sea el caso, pues el tema sí figura en la agenda central de la Secretaría. “Es sencillo hacer anuncios, pero más complejo hacer las cosas. Nosotros no estamos haciendo anuncios, estamos trabajando en la filigrana empresarial que el proyecto necesita”, dice el secretario.
La confianza en el sector privado
Hace un mes, Sura inauguró su propia versión de fábrica de vacunas, la primera en el país en envasarlas. Se trata de VaxThera, una planta de terminado —es decir, para los últimos pasos en la elaboración de vacunas—, que lanzó el Grupo Sura desde 2021.
La iniciativa fue del Grupo Sura, pero aunque nació del sector privado, la propuesta aterrizó con el guiño del gobierno de Iván Duque, particularmente de su ministro de Salud, Fernando Ruiz, quien estaba en medio de asegurar que las vacunas contra el Covid-19 llegaran al país.
El grupo extenso que estuvo con Ruiz en el Ministerio, terminó llegando a la Secretaría de Salud de Galán.
El primero, y más notorio, es el mismo Bermont, quien llegó a la Secretaría, después de haber sido director de Promoción y Prevención de esa cartera a nivel nacional. Arregocés, hoy gerente interino de BogotáBio, fue el director de medicamentos. Por lo que estuvieron en esa entidad nacional cuando se manejó la pandemia y después, durante el desarrollo del proyecto de terminación de vacunas de Sura.
Cinco de las fuentes consultadas coinciden como parte de la escuela de Ruiz los funcionarios se sienten más cercanos al sector privado que al público para el desarrollo de estas iniciativas de avance tecnológico en el sector. En ese sentido, BogotáBio es una empresa pensada en el marco de una política industrial liderada por el Estado.
Para el secretario Bermont, no hay una diferenciación. “Todas las iniciativas, públicas y privadas, hacen parte del sistema de innovación y tecnología, no solo se necesita BogotáBio, ni VaxThera, se necesitan muchos proyectos en ese sentido en Colombia para que sea reconocida a nivel mundial y que tenga una sostenibilidad sanitaria para una futura pandemia”, dice el funcionario.
Además, desde que llegó al cargo, Bermont ha tenido que encabezar una respuesta a otras situaciones coyunturales, que se alejan de esos vestigios que dejó la pandemia. En la lista están la intervención que hizo la SuperSalud de Gustavo Petro de una de las subredes de salud en la ciudad; los acuerdos para que no se intervenga la EPS de la ciudad, Capital Salud; e incluso los retos en la atención al riesgo de feminicidio en la ciudad.
Más allá de si hay una distancia con el sector público, el tema de salud no ha estado en el centro del debate durante la administración Galán. “Uno sabe cuáles son las Secretarías de primer y segundo nivel dentro de la administración, y en esta Alcaldía hemos visto que Salud no es el centro de la agenda del alcalde, a diferencia de otros temas como seguridad o infraestructura”, dice una de las fuentes enteradas.
Los chinos como socios
Uno de los riesgos que enfrenta el proyecto, desde una visión más corporativa, es que la injerencia del laboratorio chino en la empresa aumente ante la inactividad del Distrito. “Los chinos son muy hábiles en esos ambientes de política corporativa, posiblemente ellos sí quieran moverse para tomar decisiones más allá de las de la Alcaldía, que luchó mucho para ser el socio mayoritario”, agrega una fuente que ha participado en la empresa.
En esta administración ya ha habido movidas del laboratorio para aumentar el control sobre el proyecto, que finalmente se evitó durante las conversaciones para modificar los estatutos. Según los mensajes, a los que tuvo acceso La Silla, mientras se negociaba el periodo de interinidad —que terminó siendo cuatro meses—, el laboratorio chino propuso que, si Bogotá no encontraba perfiles para hacer la terna, podrían ser ellos quienes lo hicieran.
El reto de medir el avance de la fábrica, y el balance en el trabajo entre la Alcaldía y Sinovac es la elección del nuevo gerente. Para conseguir al candidato ideal, BogotáBio contrató a T Mapp, una cazatalentos enfocada en buscar perfiles para altas y medias gerencias. Es decir, presidentes, compañías y otros altos cargos de compañías públicas o privadas.
De las 80 hojas de vida que mandó la cazatalentos, la Secretaría de Salud depuró hasta llegar a 20, de las cuales saldrá la terna para elegir al gerente en propiedad. Entre los nombres iniciales, están, por ejemplo, Juan Fernando García, quien trabajó en el Ministerio de Salud durante el gobierno de Álvaro Uribe y en el de Comercio de Juan Manuel Santos. Desde 2012 trabaja en la empresa británica de productos farmacéuticos GlaxoSmithKline.
También está el ex superintendente de Salud de Duque, Fabio Aristizábal. Él ha sido cercano al uribismo, incluso fue candidato al Senado por el Centro Democrático, pero se quemó en 2018 con más de 14.600 votos. Pero no es seguro que cumpla con los 15 años de gerencia en el sector privado, que exige el perfil.
El lío que ahora se enfrenta la compañía, según supo La Silla por una de las fuentes de adentro, es que los candidatos están pidiendo un salario de casi el doble de los 35-40 millones de pesos que se tenía contemplado para el gerente de la compañía.
Por otro lado, quien salga elegido tendrá el reto de navegar entre los intereses de los socios y buscar oportunidades con otras entidades del estado. La producción de vacunas es uno de los grandes temas que comparte el Distrito con la agenda nacional del presidente Gustavo Petro, quien ha dicho varias veces que el país debe reforzar su apuesta de ciencia y tecnología. Incuso ha hablado de una alianza entre el Instituto Nacional de Salud y el laboratorio farmacéutico Vecol para producir vacunas en el país.
Hasta el 30 de junio tiene plazo la junta directiva para nombrar a un gerente en propiedad que llega con el reto de devolverle importancia a uno de los proyectos estratégicos que recibió Galán.