El presidente Gustavo Petro completó su tercer remezón ministerial luego de sacar a seis ministros del gabinete. El único ministro amenazado que se salvó fue el de Minas y Energía, Andrés Camacho, quien había sonado como una de las personas a reemplazar.
Fuentes cercanas al ministerio confirman que el presidente Petro no estaba conforme con su velocidad para bajar los precios de la energía en el Caribe, pero dicen que Camacho se quedó en el cargo luego de que se movió a mostrar resultados públicos de su gestión, de la intervención de la senadora María José Pizarro y de una negociación política con el Partido Conservador.
Ahora tiene la misión de insistir en cambiar la fórmula tarifaria, tarea a la que se aplicará a través de la reforma de servicios públicos que presentará el gobierno en la nueva legislatura, una de las tareas que le encomendó el presidente Petro entre otras que discutió con el ministro Camacho y que este último denominó para esta nota como “el segundo tiempo de nuestro gobierno en el sector minas”.
Así fue como pasó el ministro Camacho de aparecer en el sonajero de ministros salientes a finales de junio a liderar una de las reformas claves del presidente a comienzos de este mes.
El ruido de salida se escuchaba en el ministerio
Dos fuentes en el Ministerio de Minas y Energía le contaron a la Silla Vacía que el presidente no estaba contento con los resultados del ministro. “Lo que se sabía era que Camacho estaba caído con Petro, que estaba molesto por el tema de lo cara que está la energía y por lentos avances en lo estratégico de esa cartera”, dijo una de ellas.
Bajar los precios de la energía en la costa ha sido una obsesión del presidente. Lo intentó primero por la vía de la negociación con los operadores. Así fue como en septiembre de 2022 anunció un pacto tarifario para bajar las tarifas de la luz. La solución consistió en desindexar los precios de la energía del Índice de Precios al Productor (IPP), que estaba más caro que el índice de Precios al Consumidor (IPC).
El problema fue que los precios no bajaron tanto como se esperaba y había anunciado la entonces ministra Irene Vélez. La reducción en tarifas de energía en todo el país fue incluso menor al anuncio del 2,7 por ciento. Entre agosto y diciembre de 2022 los precios bajaron apenas 1,6 por ciento. E incluso en diciembre de ese año aumentaron 0,8 por ciento.
Luego, a comienzos de 2023, el presidente Petro intentó asumir directamente las funciones, vía decreto, de regular las tarifas de los servicios públicos. Pero en marzo de ese año el Consejo de Estado suspendió la medida argumentando que el presidente estaba usurpando las competencias de las comisiones de regulación como es la definición del régimen tarifario.
El gobierno también ha querido tener poder sobre las tarifas precisamente a través de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), donde el presidente debe nombrar a los seis expertos comisionados que regulan las tarifas de energía, pero solo ha nombrado a dos en propiedad, y uno de esos nombramientos, el de Omar Prías, lo anuló el Consejo de Estado porque no tiene la experiencia necesaria. Sin esos comisionados, la Creg no puede tomar decisiones porque necesita un quórum de cuatro miembros. Sólo hasta el viernes de la semana pasada anunció la postulación de Fanny Guerrero Maya.
La incapacidad para bajar las tarifas de la energía tenían molesto al presidente Petro, y de ahí los ruidos de la salida de Camacho como parte del remezón. Sin embargo, un miembro del Pacto Histórico que está en el gobierno dice que el perfil del ministro Camacho, entre los otros ministros salientes, era el que más gustaba al Pacto porque Camacho combina ser un técnico y venir de las entrañas del movimiento social. Además, “no comete las cagadas de Irene Vélez”, dijo.
A finales de junio empezaron a circular las teorías de la salida de Camacho, que decían que su reemplazo sería William Mercado Redondo, quien llegaría a la cartera como uno de los compromisos políticos asumidos por el presidente Petro con el Partido Conservador para que se aprobara la reforma pensional. Según esa versión, su nombre fue directamente sugerido por el senador conservador Efraín Cepeda al finalizar la aprobación de dicha reforma, aunque el senador negó haber presentado su hoja de vida.
Sin embargo, a pesar de las especulaciones, el ministro no abandonó su cargo. “Una de las personas que incidió para que se quedara fue la senadora del Pacto María José Pizarro”, dijo la fuente en el ministerio, que afirma que Pizarro habló con el presidente en su defensa.
Otra persona del ministerio dice que la negociación política se resolvió con los conservadores por vía del ministerio de Transporte, donde llegó como nueva ministra la anterior viceministra María Constanza García, quien fue directora encargada del Invías y secretaria de Movilidad durante la Alcaldía del hoy presidente Petro, pero quien también es prima del senador Juan Carlos García, del Partido Conservador.
El Partido Conservador negó que García sea cuota de la colectividad, pero según la fuente del ministerio su elección fue “la razón política por la que Petro no tuvo que negociar el ministerio de Minas y Energía con ellos”, dice.
El corre-corre delos resultados
Entonces, de los ruidos de su salida a finales de junio se pasó a una agenda de anuncios que afianzaron a Camacho en el cargo a comienzos de julio. “Con la amenaza de su salida, el ministro se movió con comunicados de prensa, videos y entrevistas para mostrar los resultados de su gestión”, dijo una fuente que trabaja en el ministerio.
La primera de esas entregas fue completar, el 28 de junio, la totalidad de las consultas previas del proyecto de Colectora en la Guajira, del grupo de Energía de Bogotá, que era un paso clave para que la línea de transmisión de 72 kilómetros pudiera conectar los proyectos eólicos y solares con la red de transmisión nacional, y que había tomado años en concretarse en medio de diferencias con indígenas Wayúu.
En ese viaje, el ministro Camacho también anunció el lanzamiento de 16 comunidades energéticas en Cesar.
El domingo 30 de junio, dos días después, Camacho viajó en la comitiva del presidente Petro para asistir a la posesión del presidente Raúl Molino en Panamá. Los gobiernos se reunieron para evaluar la reactivación de la línea de interconexión eléctrica entre los dos países, luego de lo cual Camacho presentó un balance:
Paralelamente, el 2 de julio, salió una entrevista en la Revista Cambio donde el ministro hablaba sobre sus planes para la diversificación eléctrica y contó otros resultados de su gestión. Dos días después, el 4 de julio, ya estaba recibiendo el espaldarazo de Laura Sarabia, la directora del Dapre y mano derecha del presidente Petro. Sarabia trinó una columna del analista Jorge Restrepo que destacaba precisamente el trabajo del ministerio para acelerar el proyecto de Colectora. “Un gran trabajo”, dijo.
Para ese entonces, según las fuentes del ministerio, ya era clara la señal de que el ministro Camacho no se iría de su cartera.
Dos días después, Camacho anunció resultados precisamente en el punto que más ha obsesionado al presidente: las tarifas de energía en la costa. El 4 de julio contó que llegó a un acuerdo para asumir el pago de la deuda por la opción tarifaria con las empresas comercializadoras del grupo EMP y con la empresa Air-e. Estas medidas, según el comunicado, servirán para reducir las tarifas para los usuarios más vulnerables. Afinia anunció que disminuirá un 4.4 por ciento su tarifa a partir del 5 de julio y la Empresa Air-e un 4 por ciento desde el 15 de julio.
Según Amylkar Acosta, exministro de la cartera de Minas y Energía, la medida de bajar las tarifas sigue siendo muy floja teniendo en cuenta que el aumento de los costos de la energía de enero de 2023 a enero de 2024 ha sido del 31 por ciento.
Durante los primeros días de julio, como pudo confirmar La Silla, el ministro Camacho se reunió directamente con el presidente Petro, quien le dio las siguientes instrucciones: “Las instrucciones siguen siendo las mismas desde cuando yo llegué a la cartera: profundizar la ruta de transición energética justa, desarrollar las comunidades energéticas y consolidar una apuesta de minería para la paz y la vida”, dijo el ministro.
Justo en ese último compás de acciones, el ministro Camacho se reunió con el presidente Petro y los directivos de Glencore para establecer la transición de los dos más grandes territorios de minas de carbón de Colombia: Cerrejón en la Guajira y Prodeco en el Cesar, para que estos pasen a ser territorios basados en energías limpias.
Ahora, en su “segundo tiempo”, el ministro Camacho lidera un nuevo frente para bajar las tarifas de energía que es el proyecto de reforma a la ley de servicios públicos, que todavía no se ha hecho público, pero que tiene entre sus dos primeros títulos: la “justicia tarifaria” y la “universalización en la prestación del servicio”.
Funcionarios que preparan el proyecto ya han adelantado que buscarán cambiar los criterios de valoración de experticia para ingresar a la Creg y las otras comisiones de regulación.
Para el exministro Amylkar Acosta el proyecto es otra forma como el gobierno pretende que la regulación de los precios de la energía pase a manos de la Presidencia, lo que “sería una pésima señal para los inversionistas que le apuestan al sector”, dijo.
Así, desde julio comenzó un segundo tiempo para el Minminas, que pasó de ‘amenazado’ a liderar una megareforma tras el remezón del presidente, y donde será determinante para su futuro qué pase con los precios de la energía de la costa caribe, una de las causas del corazón del presidente.