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La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, señaló recientemente que la deforestación volvió a dispararse en lo que va de 2024 en el bioma amazónico. “Identificamos un incremento del 40 por ciento en el primer trimestre de 2024 en comparación con 2023”, dijo. La cifra contrasta con el ánimo triunfalista de 2023, cuando la deforestación se redujo entre un 25 y un 35 por ciento en esos departamentos.
En 2023 no era del todo claro cuál era la receta detrás de ese logro. Por una parte, estaban las órdenes territoriales del Estado Mayor Central (EMC), que impartían multas a quienes siguieran con la tala en el marco de las mesas de negociación de paz con el gobierno Petro. Esas directrices habían sido hasta ahora instrumentales para bajar la deforestación. En su momento, el entonces comisionado de paz, Danilo Rueda, decía: “no puede haber una ‘paz total’ sin una paz ambiental”.
Por otro lado, también estaban las iniciativas del gobierno Petro para incentivar a que las personas no tumbaran el bosque, como los Núcleos de Desarrollo Forestal, que son una apuesta por convertir los núcleos de deforestación en lugares de restauración forestal, y otras iniciativas de conservación en departamentos como Guaviare, Caquetá y Meta.
Con el repunte en lo que va de 2024 queda más claro el poder de las disidencias de “Mordisco”. El aumento en la tala se corresponde con las dificultades en la mesa de negociación con las disidencias. Recientemente, estas terminaron en la salida de Iván “Mordisco” de la mesa con el gobierno y el rompimiento en dos facciones del EMC. Y ya hay señales de que el grupo de “Mordisco” no solo está promoviendo más tala, sino también actuando contra las iniciativas del gobierno.
Ahora, con la paz total se enredan también los logros ambientales del gobierno, justo cuando se prepara para ser vitrina ante el mundo con la COP16 de Biodiversidad.
La deforestación vuelve al alza
En 2023 la deforestación se redujo entre un 25 y un 35 por ciento, frente a 2022, según los datos de alertas de deforestación. Fue el nivel más bajo de deforestación desde 2013.
Pero ya desde el año pasado el Ministerio de Ambiente había señalado que esa tendencia se podía complicar. Desde una reunión con campesinos en Guaviare, en noviembre pasado, la ministra Muhamad había alertado sobre un cambio de las condiciones. Aunque la deforestación general había bajado en los primeros nueve meses, en Guaviare había aumentado de junio a septiembre en un 125 por ciento. Por esta razón la ministra fue a redoblar su apuesta para pagarles a familias que se comprometieran con la preservación del bosque en sus propiedades con su apuesta de los núcleos de desarrollo forestal.
A comienzos de este año finalmente se confirmaron los temores de la ministra Muhamad. Durante octubre, noviembre y diciembre de 2023, en los departamentos de la Amazonía colombiana se estimó una deforestación de alrededor de 18.400 hectáreas. Es decir, un aumento del 41 por ciento en relación con este mismo trimestre de 2022. Los departamentos más afectados fueron: Caquetá (+3.464 hectáreas), Meta (+2.437 hectáreas) y Guaviare (+1.004 hectáreas).
Lo preocupante es que la tendencia sigue al alza en el arranque de 2024. La ministra Muhamad señaló como una de las razones los incendios y sequías históricas provocados por el fenómeno del Niño, pero también directamente al EMC. “Es miserable la presión psicológica que están ejerciendo los grupos armados contra las comunidades. En este caso se está poniendo la naturaleza en la mitad del conflicto y esto es una violación al derecho internacional humanitario en el que, claramente, las afectaciones al medioambiente están prohibidas como forma de presión armada”, dijo.
Que las directrices del EMC se han vuelto más flexibles frente a la deforestación, al tiempo que se han complicado las iniciativas del gobierno de conservación del bosque, es un diagnóstico que confirman distintas voces desde departamentos como Guaviare.
El mordisco de “Mordisco”
Para Felipe Henao, uno de los miembros que dirige una asociación de cuidadores de bosque llamada Pipe-Q-Ida, en San José del Guaviare, es claro que la tala de árboles está siendo usada por las disidencias del EMC como parte de una estrategia política en su negociación con el gobierno.
“Hoy en Guaviare quienes determinan si se deforesta o no son las disidencias en cabeza de ´Mordisco´. Sí él dice: hagan fundos, consigan tierra, pónganse a producir, todo lo que él ordene se hace”, dice.
Cuenta que señales de que la deforestación va avanzando en el departamento es que se están haciendo nuevas vías desde Calamar para otros lados, incluyendo una vía que ya tiene 20 kilómetros en Cachicamo, alrededor de la cual se va tumbando selva.
“Ahora ya no importa si es verano para tumbar, todos los meses del año se deforesta, todo el tiempo se puede tumbar, antes incluso mejor en invierno porque no los molestan tanto”, dice.
También se muestra crítico con la gestión del Ministerio de Ambiente y sus iniciativas para parar la deforestación, como los Núcleos de Desarrollo Forestal, de los cuales hay ocho en Guaviare. Dice que los líderes comunales que decidieron meterse a esas iniciativas de pagos por conservación del gobierno están siendo amenazados por liderar esa estrategia. Esta consiste en que las familias propietarias reciben un pago de 900 mil pesos mensual por cuidar el bosque y sembrar.
“En Guaviare, el Núcleo de los Puertos era el que iba más adelantado de todos, pero ahora todo está quieto porque la orden de las disidencias es: no se metan en eso, no ganen plata porque no respondemos”, dice.
Cuenta que a comienzos del año un comandante de las disidencias que trabaja bajo el mando de “Mordisco” lo paró a él y a otros líderes que querían involucrarse con los núcleos y les dijo: “Si el gobierno nos incumple ustedes me pagan con la vida”.
Otro líder ambiental de Guaviare, que pidió reserva de su identidad por temor a represalias, dijo que las disidencias les han dicho, por intermedio de los representantes de las Juntas de Acción Comunal, que no quieren saber de nada que tenga que ver con bonos de carbono o con núcleos de desarrollo forestal. En zonas como Cartagena del Chairá, en Caquetá, incluso el ingreso de funcionarios del gobierno está complicado.
“Ya a Cartagena del Chairá nadie se quiere meter. Por allá lo muerden a uno. La órden es joderle la vida al gobierno y si uno gana plata del gobierno lo ven como si uno fuera de ellos”, dice.
Angélica Rojas es la Coordinadora regional en el Guaviare de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (Fcds) y es una de las personas que más conoce de las dinámicas sociales del territorio. Dice que desde finales del año pasado ya se conocían de órdenes explícitas de las disidencias para “limpiar” 30 metros de lado y lado de la vía, pero este año con la situación de las negociaciones hicieron presión para que los propietarios de predios hicieran esa limpieza.
“Adicionalmente, se dio autorización para tumbar 10 hectáreas en cada predio, de modo que los que tuvieran los medios lo podían hacer. Incluso está la directriz de que los que querían tumbar más lo podían negociar con ellos directamente”, dijo.
Rojas dice que las disidencias se han tomado el control de los recursos naturales como un mecanismo de negociación y presión con el gobierno. “El aumento de la deforestación se dará no por la salida específica de “Mordisco”, sino por la determinación del grupo de volver la deforestación un castigo para demostrar que la gobernabilidad es de ellos”, dice.
Aparte de la presión al gobierno, Kyle Johnson, Co-fundador e investigador de la Fundación Conflict Responses (Core), dice que las dinámicas del conflicto en Guaviare han cambiado: “Hay mucho movimiento de comandante en Guaviare, los que han llegado a mandar son más violentos, más amenazantes contra la población civil, entonces la dinámica de la guerra y de la ausencia de negociación va a radicalizar la situación, y esto también afecta lo ambiental”, dice.
Para Johnson, ahora con la salida de “Mordisco” de las mesas de negociación hay dos escenarios para la región. El primero es que no cambie nada, es decir, que la órden del EMC de que se podía talar siga aplicándose tanto en territorios de “Mordisco” como de “Calarcá”, quien lidera la otra facción que sí está en la mesa de negociación. Esto lo que va a traer es un aumento de la tala, pero quizás no tan drástico como en años anteriores.
El otro escenario es que la tala se dispare en lugares bajo el control de “Mordisco” porque ya no tiene incentivo para mantener la provisión, pero en lugares de “Calarcá” sí puedan bajar la tala, según como avance la negociación con el gobierno.
“Por ahora, no veo a “Calarcá” o a “Mordisco” cambiando las órdenes permisivas con la tala porque sí. Lo que sí se puede decir es que, como en Guaviare la prohibición y las reglas están vinculadas a la mesa de negociación, sí puede que haya mayor permisividad frente a la tala y, por tanto, lo más probable es que aumente la deforestación en ese departamento”, dice.
A seis meses de la Cumbre Mundial de Biodiversidad en Cali, donde los ojos del mundo estarán puestos en los logros ambientales del gobierno Petro, su indicador más clave, que es la reducción de la deforestación amazónica está enredado por cuenta de las disidencias armadas con las que Petro ha buscado, hasta ahora infructuosamente, hacer la paz.