Luis Jorge Hernández Flórez
Luis Jorge Hernández Flórez.

Desde finales de 2023 y en lo avanzado de 2024, se está presentando un aumento de casos de enfermedad respiratoria en Colombia. Esto se manifiesta en un aumento en consultas, pero no en una mayor ocupación de camas de unidad de cuidado intensivo (UCI). El pico que estamos viviendo se debe a varios virus, entre los que están el Covid-19 y su nueva variante JN-1, el virus sincitial respiratorio, el virus de la influenza y el rinovirus.

Hay dos vacunas que deben ser estacionales, es decir, deben aplicarse periódicamente cada año y buscan responder al tipo de virus que esté circulando esa temporada. También ha surgido la inquietud de saber si el Ministerio de Salud ha hecho la debida gestión para lograr la disponibilidad de estas vacunas actualizadas, especialmente contra Covid-19.

Según la información del Ministerio de Salud, la cobertura de la vacuna del Covid-19 es baja en el país, como lo muestra este gráfico con corte al 20 de enero de 2024. Vemos que la cobertura de primera dosis es de 63.3% y de esquema completo de 68,72%; una cobertura debajo del 90% se considera baja. Para una persona mayor de 60 años, un esquema completo de vacunación Covid es tener ya 5 dosis.

Fuente: Minsalud Powerbi.com

Por la situación epidemiológica actual, en la segunda semana de enero de 2024 el Consenso Colombiano de Atención, Diagnóstico y Manejo de la Infección por SARS-CoV-2/COVID-19 dijo al Ministerio de Salud que “las vacunas contra COVID-19 han demostrado ser seguras y efectivas para disminuir el riesgo de infección, el riesgo de muerte y de síndromes posvirales como el síndrome inflamatorio multisistémico temporalmente asociado al COVID-19 (SIMS TAC) y el COVID prolongado”. 

Este Consenso, en representación de varias  sociedades científicas, clínicas y hospitales y universidades del país como la Asociación Colombiana de Infectología, la Asociación Colombina de Inmunología, la Sociedad Colombiana de Pediatría y la Asociación de Epidemiología de Colombia también declararon que “desde el inicio de la pandemia, el SARS-CoV-2 ha evolucionado, generando nuevas variantes. Dentro de ellas, han tenido especial importancia Ómicron y la que actualmente predomina JN-1, una subvariante de Omicrón. Las variantes introducen modificaciones en sus proteínas, especialmente la proteína S (espiga), afectando la eficacia de las vacunas inicialmente desarrolladas (conocidas como vacunas monovalentes ancestrales) debido a que logran escapar del reconocimiento por los anticuerpos”.

También pusieron de presente que “el fenómeno de impronta inmune, al usar de forma repetitiva y continua vacunas ancestrales contra las nuevas variantes, reduce la respuesta inmunológica. Teniendo en cuenta lo anterior, continuar con la vacunación utilizando las monovalentes estimularía la producción de anticuerpos con baja capacidad de neutralización de las nuevas variantes, reduciendo así la eficacia de las vacunas ancestrales frente a estas”.

En este comunicado dirigido al ministro Jaramillo se especifica que: “para contrarrestar estos dos fenómenos, evasión e impronta inmune, se ha priorizado en el mundo el desarrollo y uso de vacunas basadas en tecnologías que permitan la actualización continua según las variantes del virus que predominan y que se van distanciando notablemente de las características del virus inicial. Dentro de ellas, la tecnología de ARN mensajero (ARNm) ofrece una mayor flexibilidad para dicha actualización.

Así, desde el año 2022 en el mundo se ha utilizado en niños y en adultos una vacuna bivalente contra la variante ancestral y la variante Ómicron, la cual ofrece una buena protección contra estas. Sin embargo, su eficacia ha disminuido ante variantes emergentes, particularmente en poblaciones vulnerables como los ancianos e inmunosuprimidos. Por ello, expertos a nivel mundial recomendaron actualizar periódicamente estas vacunas, enfocándose en las variantes dominantes y abandonando la variante ancestral.

Desde septiembre de 2023, algunos países iniciaron la aplicación de vacunas monovalentes –dirigidas a una sola variante del virus– de plataforma ARNm (Pfizer y Moderna) en niños y adultos, conocidas como vacunas actualizadas. Estas vacunas se administran como parte de la vacunación inicial para aquellos sin vacunación previa y en dosis de refuerzo para poblaciones de alto riesgo de enfermedad grave y muerte.

Debe tenerse en cuenta que otras plataformas, como la de vectores virales como Janssen y AstraZeneca, que ya no se comercializan, y vacunas inactivadas como Sinovac. Aunque estas son efectivas contra el virus original, no han tenido actualizaciones y siguen basándose en el virus ancestral, por lo que la protección de estas contra las nuevas variantes puede ser inferior.

Se formularon también las siguientes recomendaciones al Ministerio de Salud en la comunicación del Consenso suscrita por los doctores Germán Camacho Moreno y Carlos Saavedra Trujillo:

1. Que haya disponibilidad de vacunas actualizadas a variantes circulantes: se recomienda la administración de vacunas actualizadas según la vigilancia de las variantes circulantes del virus, con un seguimiento continuo de su efectividad y seguridad. Se recomienda agilizar la gestión para la consecución, aprobación y distribución de vacunas contra Covid-19 actualizadas, teniendo en cuenta que estas decisiones deben ser oportunas por el dinamismo del virus.

2. Que haya vacunación en poblaciones sin vacunación previa: en la población general, incluyendo niños mayores de 6 meses de edad que no hayan recibido previamente la vacuna. Idealmente, se administrarían de las vacunas de ARNm más actualizadas disponibles.

3. Que haya refuerzo en poblaciones vulnerables: se recomienda administrar un refuerzo con la vacuna de ARNm actualizada a todos los pacientes mayores de 60 años, a los pacientes menores de 60 años (incluyendo niños y adolescentes) con comorbilidades, especialmente aquellos con inmunosupresión y al personal de salud que ya haya completado el esquema de vacunación inicial.

4. Que haya vacunación en las gestantes: las mujeres gestantes son una población de alto riesgo para enfermar y presentar complicaciones por el Covid-19, por lo que se recomienda administrar una dosis de vacuna ARNm (Pfizer o Moderna) actualizadas en el segundo trimestre de cada gestación. Esta vacunación también protege de la infección al recién nacido.

5. Que se administre concomitante con otras vacunas: se recomienda no diferir ni aplazar la aplicación de las vacunas contra el Covid-19 en escenarios en los que se requiera la aplicación simultánea con otras vacunas. La coadministración con cualquiera de las vacunas ha demostrado ser segura, sin alterar la eficacia vacunal.

6. Que haya vacunación anual: dada la frecuente mutación del Covid-19, similar a la del virus de la influenza, se contempla la necesidad de una vacunación periódica, probablemente anual, con vacunas actualizadas contra el virus.

7. Que se incluya en el Plan Ampliado de Inmunizaciones: solicitamos que se considere la opinión del Consejo Nacional de Prácticas de Inmunización (CNPI), organismo científico de consulta multidisciplinario, en relación con la adquisición, actualización e inclusión de las vacunas contra el Covid-19 en el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), priorizando las poblaciones no inmunizadas y aquellas con riesgo de enfermedad grave junto con los trabajadores de salud.

8. Que haya comunicación y concientización: se recomienda una estrategia de comunicación robusta, ya que es crucial promover y socializar los beneficios de la vacunación contra Covid-19 para todas las edades tanto en ciudadanía como en los trabajadores de la salud.

9. Se recomienda tener actualizada y disponible a la ciudadanía y la academia, la información en general del programa ampliado de inmunizaciones incluyendo la vacuna contra Covid-19 en cuanto a coberturas y cumplimiento de metas, desagregando por territorios, grupos de edad y poblaciones vulnerables.

10. Que se continue el trabajo conjunto para mantener esquemas de vacunación completos, especialmente con aquellas vacunas que pueden prevenir la infección respiratoria aguda como influenza, tosferina y neumococo según las indicaciones del PAI en del país.

Es clave que el Ministerio de Salud y Proyección Social no se quede solo en modo “reforma a la salud”, sino que refuerce la salud pública del país, la cual sigue con indicadores en rojo. 

Médico Epidemiológo Salubrista, Magister en Bioética, Profesor Universidad de los Andes.