Al borde de la noche del viernes, una mayoría de representantes acogieron la proposición de avalar, sin cambios, el texto que aprobó el Senado el 23 de abril pasado. Se hizo a través de una proposición que hicieron un grupo de congresistas aliados al gobierno de Gustavo Petro, para evitar que la reforma se hundiera por tiempos. Con esto, el gobierno logra su primera gran reforma social en cerca de dos años de gobierno y saca adelante la reforma al sistema de seguridad social más importante desde la Ley 100 (1993).
La movida de manual
Desde ayer el gobierno venía sondeando la posibilidad de presentar una propuesta en la Cámara para acoger el texto del Senado. ¿Por qué?. Porque así mataba dos pájaros de un solo tiro.
Primero, las sesiones no estaban avanzando a buen ritmo con el reloj encima. La estrategia de la oposición por dilatar el trámite estaba funcionando. Fueron radicadas más de 10 recusaciones contra bancadas enteras y congresistas puntuales para tratar de sacarlos del debate con denuncias que, por ahora, no tienen sustentos ni pruebas. Y fácilmente podían ser descartadas por la Comisión de Ética.
También fueron presentados más de 110 impedimentos, mayoría de oposición, algunos tarde, y eso desgastó las plenarias porque se estaban votando en grupos de entre cinco y siete. Cada bloque de impedimentos se tenía que evacuar con votación nominal y asegurando el quorum de 94. Un 94 esquivo para el gobierno en las primeras sesiones.
Lo segundo fue el miedo a Iván Name. Suponiendo que se hubiera podido debatir durante estos tres días -Andrés Calle anunció sesiones el sábado- y la Cámara aprobara la reforma de acá al lunes o martes con algunos cambios, quedaba hacer la conciliación. Ese es un paso legislativo que hay que hacer cuando lo que aprueba una cámara es diferente a lo que hizo la otra. Es facultad de las mesas directivas poner en el orden del día los informes de conciliación. En el Pacto y en el gobierno, había dudas de si Name, presidente del Senado, iba a agendar entre el 18-19 o el 20 de junio esa conciliación.
Para dar el paso de la proposición que acogió el texto del Senado, el gobierno se curó en salud. Consultó a constitucionalistas y funcionarios de mucha experiencia en el Congreso qué tan viable era jurídicamente dar ese paso. Hubo conceptos diferentes, pero un consenso de que era posible por varias razones.
Primero que el texto que aprobó el Senado el 23 de abril fue la base de la ponencia que se debatió en la Comisión Séptima de la Cámara y luego se acogió en plenaria. Es decir, que cumplió uno de los elementos que suele revisar la Corte Constitucional cuando revisa demandas contra este tipo de leyes: principio de publicidad. El texto del Senado fue publicado en la gaceta 497 del 29 de abril.
También hubo conceptos favorables sobre el principio de debate que también verifica la Corte. La pensional en el trámite de la plenaria de la Cámara tuvo discusión. Inicialmente, cuando la oposición pudo sustentar a través de tres ponencias su intención de archivarla. Representantes del Centro Democrático y Cambio Radical, principalmente, sustentaron ante la plenaria por qué creían esa reforma debía archivarse. Cuando se abrió la votación, esa idea fue rechazada.
El debate siguió luego con la presentación del informe de ponencia positiva. Posteriormente, con la aprobación de un bloque de ocho artículos y con una propuesta de Caterine Juvinao de modificar la entrada en vigencia de la reforma para que quedara desde 2026, como también lo venía pidiendo la Andi.
Para el gobierno y sus aliados, esos dos elementos, publicidad y algo de debate, les puede servir de insumos de defensa cuando les toque ir ante la Corte. Porque está más que cantado que apenas el presidente Petro firme la ley, a la Corte llegarán numerosas demandas pidiendo tumbarla por vicios de trámite. Ahí se abrirá un nuevo frente de discusiones en una Corte Constitucional que, por ahora, le ha tumbado al gobierno Petro los decretos de La Guajira o la deducción de regalías.
La propuesta de acoger el texto de Senado aprobada hoy evita la conciliación y mantiene la base del acuerdo político que hizo el gobierno con los partidos políticos para darle viabilidad a la iniciativa. De hecho, quienes firmaron esa proposición fueron líderes de las bancadas: el conservador Ape Cuello, la verde Olga Lucía Velásquez, o liberales como Álvaro Monedero y Olga Beatriz González.
La aprobación de la proposición tuvo votos de la bancada del Pacto, la mayoría de liberales, de La U, algunos conservadores, las curules de paz y Comunes.
Esta fue la votación en la plenaria de la Cámara:
Así había sido el día
Desde las 11 de la mañana, la plenaria de la Cámara estaba votando la reforma luego de una avalancha de impedimentos que trabaron su trámite. Pero hasta las 4 de la tarde sólo habían aprobado un bloque de seis artículos. Con el tiempo en contra, y la posibilidad de sesionar el fin de semana para adelantar, apareció la proposición para pupitrear el texto que salió de Senado.
Con esta aprobación, el texto no necesita ser conciliado con el Senado, surte sus cuatro debates y queda lista para la sanción presidencial.
Entre los temas de fondo a destacar están:
- Colpensiones y los fondos privados de pensiones dejarán de competir. Se crea un sistema de cuatro pilares que, entre otras cosas, contempla una renta básica para los adultos en edad de pensión que no alcanzan a pensionarse.
- El umbral de cotización a Colpensiones quedó en 2.3 salarios mínimos. No en 1 salario, como querían los fondos privados de pensiones. Ni en 4, como en su momento lo impulsó el presidente Petro.
- La administración del fondo de ahorro pensional quedó en cabeza del Banco de la República.
- La reforma entrará en vigencia en julio del 2025.