Después de casi cuatro horas de reunión con los delegados del gobierno nacional, el alcalde Carlos Fernando Galán salió de la carpa amarilla que tiene instalada la Alcaldía en el Puesto de Mando Unificado (PMU) en la quebrada de La Vieja. Por primera vez desde que empezó la emergencia por incendios forestales en la ciudad el lunes pasado, el alcalde se encontró con miembros del gabinete presidencial para conversar sobre el tema.
“Nos han dado acceso desde hoy a la sala de crisis para que podamos tramitar las solicitudes que tengamos, para poder actuar rápidamente. También nos van a mantener el apoyo aéreo”, dijo el alcalde durante la conversación con los medios.
La emergencia empieza a dibujar el talante del alcalde que podría acompañarlo en el resto de su mandato, puesto que incluso más allá de la emergencia, Galán ha mantenido un tono conciliador y moderado pese a desplantes del gobierno nacional, que ahora es una de sus grandes herramientas para hacer un frente conjunto contra los incendios.
Galán se ha encargado de poner la cara y gobernar desde la humareda. Ha delegado poco. Eso lo ha desgastado y el resto de la agenda de gobierno ha quedado en un segundo plano. Aunque se ha convertido en la cara visible de la emergencia, hay dudas sobre qué tan sostenible es esta estrategia en los siguientes meses que durará el fenómeno del Niño.
El PMU más importante de la ciudad
En el gobierno de Galán ya se había conversado el riesgo de los incendios forestales. Poco después de la apabullante victoria con el 49 por ciento de los votantes de la capital, los asesores del electo alcalde discutieron la necesidad de organizar una respuesta porque sabían que venía época de incendios, que iba a estar reforzada con el fenómeno del Niño.
Para prepararse, el Distrito decidió mantener en el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) a Guillermo Escobar como director general, quien llegó en la administración de Claudia López.
Según supo La Silla por tres fuentes al interior de la Alcaldía, los recursos y la organización previa del Idiger han sido claves para el manejo de la emergencia. “Encontramos todo muy bien organizado, todo muy bien planeado y con buena plata, eso nos daba un parte de tranquilidad por si algo pasaba”, dice una de las fuentes, quien pide no publicar su nombre para dar detalles del interior de la institución.
Desde el lunes, el alcalde ha estado todos los días en el puesto de la quebrada La Vieja, sobre la avenida circunvalar, en un sector de estrato seis. La noche del lunes la pasó en vela junto a sus asesores y a la directora de bomberos de la capital, Paula Henao, quien cuenta que desde entonces han dormido poco.
El PMU más importante de la ciudad está compuesto por seis carpas, la camioneta con los equipos de los sistemas aéreos remotamente tripulados (Siart) de la Policía y camionetas de la Defensa Civil, Bomberos, la Cruz Roja y las de los escoltas de todos los personajes que se pasean por ahí.
Bajo el picante sol capitalino caminan militares, miembros de la Defensa Civil, Policía, Bomberos y personal de la Alcaldía, pero también hay varios curiosos que bajan de los edificios alrededor del PMU.
María Mallarino es una de las ocho vecinas de la zona que ha organizado grandes campañas para recibir donaciones de comidas y vaselina para las quemaduras de la piel y electrolitos para quienes suben y bajan de la montaña. Las vecinas tienen un sistema tan organizado que ya están a los dos lados del cerro recibiendo a los miembros de la Fuerza Pública y Civil que apagan los incendios.
La prensa tiene una carpa abierta que está abarrotada de cámaras de televisión. Aunque deberían quedarse detrás de una cinta amarilla de peligro, los periodistas entran y salen, incluso, de la carpa en la que están organizados los bomberos de la capital.
El sol seca todo a su alrededor, incluyendo la tierra del lote en donde está ubicado el PMU. De vez en cuando, jóvenes militares rellenan sus bolsas de agua en el edificio vecino y mojan el suelo, para que la fina capa de arena no termine en los ojos de todos los presentes.
La moderación como talante ante el gobierno nacional
Alrededor de las 8 de la mañana, el equipo de Galán que estaba con el alcalde en la visita al PMU de la quebrada recibió la noticia de que llegarían tres viceministros y el subdirector de la Unidad de Gestión de Riesgo de Desastres (Ungrd) al puesto de mando más importante de la ciudad.
“Nos enteramos porque llamaron a decir que ya venían, antes no sabíamos nada de visitas del gobierno nacional”, le contó a La Silla una fuente cercana al alcalde, que pide la reserva de su nombre para dar detalles sobre el encuentro.
Finalmente, al PMU llegaron dos viceministras, Daniela Gómez, la vice de políticas de seguridad del minDefensa, y Tatiana Roa, de ordenamiento territorial del minAmbiente. También estuvieron Jose Jairo Jaramillo, el viceministro encargado del minInterior y Luis Carlos Barreto, el subdirector para conocimiento del riesgo de la Ungrd.
La conversación entre las autoridades distritales y nacionales tuvo lugar por cerca de cuatro horas en la carpa amarilla de la Alcaldía. Con el alcalde estaban la secretaria de Ambiente, Adriana Soto; el secretario de Seguridad, César Restrepo y el secretario de Salud, Gerson Bermont.
Aunque era una reunión a puerta cerrada, los asesores de los presentes se levantaban a abrir las puertas y las ventanas de la carpa, que potenciaba los 22 grados de temperatura y fuerte sol de la mañana.
Aunque es la primera vez que miembros del gabinete nacional hacen estas visitas desde el inicio de los incendios en Bogotá, el alcalde Galán ha mantenido una conversación constante con el director de la Policía, William Salamanca, quien ha participado en los PMU de la ciudad desde el principio de la emergencia.
A través de esta coordinación es que el gobierno distrital consiguió el apoyo de un avión de aspersión antinarcóticos para rociar los incendios desde el martes pasado. “Carlos Fernando, así como lo ves en las ruedas de prensa, siempre mantiene ese tono calmado y moderado, es difícil que se altere. Por eso ha funcionado bien la relación con la fuerza pública y el gobierno nacional”, cuenta una de las fuentes.
El alcalde incluso mantuvo el tono conciliador cuando el presidente Gustavo Petro insinuó la responsabilidad que tenían los alcaldes por no tomarse en serio el fenómeno del Niño en un trino.
“Se advirtió a alcaldes salientes y entrantes la gravedad del fenómeno del niño que el Ideam marcaba. La predicción ha sido casi exacta. En realidad los municipios que en su mayoría son incapaces para hacer los planes de ordenamiento y los proyectos, tampoco tienen capacidad de generar sus propios planes de mitigación del riesgo climático. Lo cual significa que la nación debe tomar este papel”, se lee en el trino del presidente.
El alcalde también ha hablado con el director del Dapre, Carlos Ramón González, sobre los incendios en la ciudad y con Sandra Ortiz, la consejera para las regiones, según supo La Silla por dos fuentes.
Según la directora de bomberos, Paula Henao, el trabajo con el gobierno nacional se ha concentrado en “validar las capacidades de las instituciones y fortalecer al Cuerpo de Bomberos en herramientas, equipamiento, personal”, explica.
Gobernar desde la humareda
Galán llegó al PMU de la quebrada de La Vieja el jueves antes de las 6 de la mañana. Se había ido de esa misma carpa tan solo unas horas antes, pasada la medianoche del miércoles anterior. “El alcalde siempre está a primera hora, desde antes de las 6 de la mañana y se va a las 2 o tres de la mañana del día siguiente”, cuenta Henao, la directora de Bomberos.
Galán empezó su carrera profesional como periodista. Al interior de los PMU, procura hacer todas las preguntas, para salir a hacer balances constantes con información sencilla y que busca contener el pánico que generan los incendios en la capital. “Uno sabe que el alcalde está nervioso, estresado o, incluso, bravo, cuando empieza a hacer preguntas”, dice una fuente de la Alcaldía, que pide no revelar su nombre para hablar de su jefe.
“En el manejo de una emergencia socioambiental la transparencia de la información es clave”, explica Camilo Prieto, profesor de cambio climático y salud ambiental de la Javeriana. El académico además dice que las últimas administraciones han mantenido el grado de transparencia respecto a temas centrales, como la calidad del aire en la ciudad. “Eso es indispensable, porque uno normalmente ni sabe qué está respirando”, explica.
Con las respuestas en mente es el mismo alcalde quien se ha convertido en la principal cara en las declaraciones, balances de la emergencia y las ruedas de prensa. Del total de 10 de estos eventos, Galán ha sido el principal vocero en 8.
Parte de la transparencia que le reconocen los dos expertos consultados por la Silla al alcalde es el equilibrio que ha conseguido entre mostrarse vulnerable para solicitar ayuda externa, al tiempo que demuestra la fuerza operacional de la ciudad.
“El alcalde ha estado muy pendiente de ese tema. Si bien contamos con los recursos, con los vehículos y con el personal, es necesario ampliar las capacidades para poder estar preparados ante estas situaciones”, le dijo Henao, la directora de Bomberos, a La Silla.
Pero el alcalde que gobierna desde el incendio no es una estrategia sostenible a largo plazo. Para eso, desde ahora hay un gran esfuerzo entre todas las entidades de la Alcaldía para que Galán pueda seguir con la agenda de gobierno una vez se controlen los incendios.
“En febrero el fenómeno se va a agudizar, la pregunta es cómo este gobierno se va a preparar para crear un sistema de gestión del riesgo y una unidad de respuesta lo suficientemente sólida para que cada vez tengamos mejor adaptación a estas emergencias”, cuestiona Andrés Santiago Arroyave, activista y académico ambiental.
Ese sistema debe contar con la visión del alcalde, sin depender de su constante presencia en el lugar de la emergencia. Para Javier Pava, quien fue director de la Ungrd de Petro y director del Idiger en la Bogotá Humana, “esto no va a terminar este fin de semana, va a seguir durante todo el mes de febrero incluso marzo. No hay un alcalde que pueda estar todo el mes dedicado a eso”.
Pava habla de la ausencia del Idiger, no solo durante esta emergencia sino en todo el trabajo de prevención y preparativos. “Si yo como alcalde me meto de cabeza en el incendio, se me llena mi cabeza de humo. No voy a tener más que pensar sino en cómo salgo de la humareda”, explica.
Desde la Alcaldía le dijeron a La Silla que el alcalde está consciente de eso. “Sabe que esto no se va a resolver esta semana. Seguro esos incendios se apagan de aquí a dos semanas, pero le preocupa mucho porque el fenómeno va hasta marzo”, cuenta una de las fuentes.
El alcalde sale del PMU sobre las 12 del mediodía. “No se va a almorzar, seguro se come algo en la camioneta, pero va a dar ronda antes de volver a hacer otros balances desde aquí mismo. Si lo espera se lo encuentra ahorita a la 1”, dice un funcionario mientras despide la camioneta negra en la que va Galán.