Al mismo tiempo que un hombre recibía cuatro tiros en el parque de la 93, un exclusivo sector del norte de Bogotá, en el occidente de Bogotá, el secretario de Seguridad, César Restrepo, y el brigadier general José Daniel Gualdrón, comandante de la Policía Metropolitana, daban la tercera rueda de prensa de la semana sobre seguridad en Bogotá. Su parte era de ocho capturados por los robos en los cerros orientales incluyendo el del actor Juan Pablo Raba, parados detrás de los funcionarios, mientras se hacían virales los videos del tiroteo posterior que generó el atentado en el parque de la 93.
En el mes y medio que lleva Carlos Fernando Galán en la Alcaldía de Bogotá ha habido 10 atracos masivos en restaurantes de toda la ciudad, especialmente en el norte, la zona más rica. Esto ha disparado la percepción de inseguridad, a pesar de que las cifras oficiales muestran una caída sustancial del crimen. Los hurtos a personas cayeron 20% entre enero del 2023 y del 2024. El hurto a comercios 65%. Y el homicidio bajó 22%, según las cifras de la secretaría con corte a 31 de enero.
Con solo un mes tras el cambio de gobierno, es difícil establecer si esos datos se mantendrán con la ruta que plantea la Alcaldía. Por ahora, la distancia entre la percepción y la cifras ilustra el reto para el nuevo alcalde. Así lo refleja la estrategia de seguridad que ya ha trazado Galán. Por un lado, ha conseguido más policías, y ha hecho operaciones en lugares estratégicos con la Fiscalía, la Policía y el Ejército, como en San Victorino, un centro de comercio popular. Por otro, lanzaron “patrullas gourmet”, en zonas afluentes de restaurantes, como respuesta a los robos más mediáticos.
El envalentonamiento del crimen en lugares de alto impacto se convierte en un reto inmediato que golpea su lema de “Bogotá camina segura”.
La mano dura en lugares estratégicos
El 6 de febrero, a las 7 de la noche, cuatro hombres armados entraron al local de la panadería Masa, en la calle 81 con carrera novena, en un barrio del norte de Bogotá. Mientras dos de ellos esperaban en la puerta, los otros les robaron celulares y relojes a los comensales. El de Masa se convirtió en el más visible de la llamada ola de atracos masivos en establecimientos comerciales.
La estrategia de la alcaldía de Galán en temas de seguridad está enfocada en los cuatro principales delitos de la ciudad: el homicidio, la extorsión, el hurto y el microtráfico. Desde el 17 de enero, durante una rueda de prensa en el Parque El Tintal en la localidad de Kennedy con centenares de policías detrás, el alcalde anunció 21 acciones en su agenda de seguridad. De esas, 15 son preventivas y las otras seis inmediatas.
Parte de esas acciones son las llamadas “megatomas”, operaciones de la Policía en las que los agentes hacen requisas en lugares estratégicos, señalados por su relevancia en un crimen en particular.
Por ejemplo, la primera megatoma de esta administración fue en la calle 13 con Caracas, en donde terminan buena parte de los celulares robados en la ciudad. La operación demuestra la estrategia a dos bandas de la Alcaldía, que busca resultados y, al tiempo, un cambio en la percepción de seguridad. Por eso, la secretaría publicó un video con música en sus redes sobre la recuperación de 43 celulares en la operación. También hubo video de la megatoma en Bosa, que terminó con seis capturas y la recuperación de bicicletas y celulares robados.
Según dicen dos asesores del gobierno, estos operativos se hacen en busca de resultados concretos, pero están apoyados en el golpe mediático que implica una megatoma en lugares estratégicos. “La política de seguridad debe tener un componente de percepción grande, esa es la apuesta”, dice uno de ellos, que pide la reserva de su nombre porque no tiene la vocería.
Por el énfasis en la percepción, para sus 100 primeros días, la administración se está enfocando principalmente en dos temas, la seguridad y la movilidad. Los dos afectan directamente la vida diaria en la ciudad y, por eso, mejorar los indicadores de cada uno implica reforzar una imagen positiva en los bogotanos.
En el tema de seguridad, el lío es que los videos de los atracos en restaurantes se viralizan en las redes generando miedo entre los habitantes y terminan chocando con ese esfuerzo de la administración para cambiar la narrativa.
Galán delega el rol de sheriff
El viernes 16 de febrero, a las 5:37 de la tarde, un hombre con tapabocas entró a un restaurante en la calle 122 con 17, se sacó una pistola del pantalón y empezó a amenazar a los comensales. Unos segundos después, entró su compañero, con un casco de moto. En menos de 45 segundos, los dos ladrones huyeron del restaurante en una moto con relojes y celulares robados.
A diferencia de los otros casos de robo, en este sí hay un capturado. La noticia de la captura llegó a las redes sociales de la secretaría de Seguridad en la mañana del 19 de febrero con la descripción “¡Ahora tendrá que pagar por sus actos! El trabajo entre autoridades y ciudadanía es clave para seguirlos capturando” y el #100DíasPorBogotá.
Aunque es uno de los ejes centrales de su gobierno, Galán no ha sido el principal vocero de la administración en este tema. Este manejo difiere del que tuvo la Alcaldía con la emergencia por incendios en la ciudad, en donde el alcalde se dedicó a gobernar desde la humareda por casi una semana, Galán sí ha delegado la atención a los temas de seguridad. Los dos voceros del Distrito en el tema son el secretario de Seguridad, César Restrepo, y el comandante de la Policía, el brigadier general Gualdrón.
Galán no se monta en el carro de la Policía, ni se pone el traje de agente. Un funcionario del gobierno, que pide la reserva de su nombre para comentar las discusiones al interior del Distrito, le dijo a La Silla que Galán no busca ser “el de la mano dura, sino trabajar en la confianza de los ciudadanos”. “La idea es que la ciudadanía sienta que a alguien le importa que le roben, porque así se mejora la percepción”, agrega.
Para eso delega el rol de la mano dura. El secretario Restrepo le dijo a La Silla que la percepción de inseguridad está basada en hechos reales, “pero esa percepción elevada está construida por videos que no tienen una correcta verificación y sin explicación, lo que termina generando un ambiente de miedo que es muy favorable a los criminales”.
Para combatir la percepción de inseguridad, el Distrito ha sido enfático en que las víctimas de robos o extorsiones denuncien frente a las autoridades reales, no solamente en redes sociales. “La construcción de seguridad es un trabajo de todos, quien sea víctima debe contactarnos para nosotros poner en marcha la ley y a partir de eso poder aplicarla, como aquí está el ejemplo”, dice el secretario señalando a los capturados detrás de él.
“A Galán le toca ponerse la misma camiseta que se puso con los incendios, sin necesidad de hacer show mediático, pero estar más al frente del día a día de la situación”, comenta Daniel Mejía, profesor de economía de los Andes y secretario de Seguridad de Enrique Peñalosa. Sin embargo, en las últimas semanas, la imagen del alcalde en estas ruedas de prensa sobre seguridad ha estado reducida por su estado de salud, pues ha entrado y salido de la clínica por complicaciones de una apendicitis.
La Silla supo por una fuente de la Policía, que pidió el anonimato para dar detalles, que algunos de los criminales que han aparecido en los videos de atracos en restaurantes o buses ya están identificados. El reto serán sus capturas en los próximos días o semanas.
La articulación entre entidades
Desde comienzos de febrero, la Alcaldía lanzó las “patrullas gourmet”, compuestas por 90 policías que patrullan sectores priorizados de Kennedy, Chapinero, Usaquén y Teusaquillo, en horarios en los que los restaurantes tienen más comensales. El lanzamiento de los operativos, fiel al estilo del cambio de percepción, fue a través de un video con música épica.
Más allá de las patrullas como plan de choque inicial, el Distrito también ha dado señales del plan para contener la inseguridad a mediano y largo plazo. Estas estrategias parten de la articulación con la Policía, los entes investigativos y judiciales, además de la relación con el gobierno nacional.
“Atrás quedó la peleadera, lo que uno ve con el alcalde es que están trabajando en equipo y exigiendo resultados”, le dijo a La Silla Hugo Acero, quien fue el primer secretario de Seguridad de Claudia López, y ejerció en medio de los enfrentamientos de la alcaldesa con la Policía.
Por un lado, en la relación con la Policía ha sido central el papel del brigadier general Gualdrón. Según afirman las dos fuentes del Distrito, la moral de la Policía Metropolitana se había debilitado al final del mandato de López. Pero la articulación de la Alcaldía con el Gualdrón ha funcionado para que la línea la tire el mismo agente, que es mejor recibido en la Policía.
Otro frente unido es el que está jugando el Distrito con la división de la Fiscalía de la ciudad. Muestra de ello fue la presencia de la directora seccional de Fiscalías de Bogotá, Leonor Merchán, en la rueda de prensa sobre de extorsiones en Kennedy, que la Alcaldía hizo con siete capturados esposados detrás de Restrepo, Gualdrón y Merchán.
Además, Galán tiene línea directa de comunicación con el gobierno nacional a través del director de la Policía, el general William Salamanca. Ese canal permitió una articulación entre el Distrito y la Nación durante la emergencia de incendios en los cerros orientales y ha demostrado que se mantiene en temas de seguridad.
El resultado ha sido notorio. Desde el primer consejo de seguridad que tuvo el alcalde con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, la ciudad recibió 500 nuevos agentes de policía. Esto menos de un mes después de haber empezado el gobierno, mientras que la administración de López llevaba casi un año insistiendo sin lograrlo.
El lío será mantener los buenos términos al tiempo que se exigen resultados. Por ejemplo, para que la rama judicial les dé cárcel a los ladrones reincidentes para que no vuelvan a las calles de la ciudad. El tema causó fuertes enfrentamientos entre la alcaldesa López y los jueces y podría poner a prueba el tono conciliador de Galán con esas entidades.
Más allá de la decisión judicial, el espacio físico que necesitan para dejar a los ladrones en las cárceles será uno de los problemas a largo plazo. Según datos del Inpec del 2023, en la ciudad el hacinamiento de presos es de cerca del 265 por ciento y se necesitan nuevas y costosas estructuras carcelarias para enfrentarlo.
En la ciudad está en marcha la construcción de una nueva cárcel en la localidad de Puente Aranda, que debería terminarse en la administración de Galán. Además de ese proyecto, en el programa de gobierno del alcalde se habla de la construcción de una nueva cárcel que permita unificar el trabajo de varias entidades para evitar la reincidencia.
A menos de dos meses de gobierno, en las calles de Bogotá la Alcaldía ya libra dos batallas. Por un lado, una en contra de los criminales que parecen haber perdido el miedo. Y otra que se mueve en los chats y las redes para que los bogotanos recuperen la tranquilidad en las calles.