Ni siquiera es claro cuántos muertos fueron en Cali a tres años del estallido social que se desató tras el paro nacional del 28 de abril de 2021. La ONG Indepaz registra 45 muertes, y la Fiscalía cuenta apenas 16, presuntamente cometidos por la Fuerza Pública. De estos, ocho casos ya van en etapa de juicio y dos tienen escrito de acusación.
Más allá de las cifras, las familiares de esos muertos en Cali, la ciudad donde las manifestaciones fueron más fuertes, se han convertido en las voceras de lo que perciben como un proceso de impunidad.
“Hemos avanzado”, responde Juan Carlos Oliveros, fiscal de Derechos Humanos en Cali. En términos prácticos, el registro de la Fiscalía muestra que el 62.5% de los casos tiene avances significativos.
Cuando La Silla le preguntó por qué sus registros son diferentes a las de organizaciones de DD.HH., dijo que “no sabía”. Por su parte, Juan Pappier, subdirector para las Américas de Human Rights Watch, considera que la justicia en Cali y el país ha sido lenta. “Los avances han sido muy limitados. Tampoco hay avances en otras cuestiones, como lesiones o abusos”, dijo.
La Silla habló con cinco familiares, entre madres, hermanas y abuelas, de algunos de los muertos en Cali, quienes hoy conmemoran el 28A. Hacen parte de Memoria Viva Colombia (Mevico), una organización que nació en 2022 para atender víctimas del estallido social en el país. Su mayor temor es que el olvido perpetúe la impunidad.
Laura Guerrero, madre de Nicolás: “Tenemos testigos, videos, fotos”
Joan Nicolás García Guerrero fue asesinado con una bala que impactó su cabeza el 3 de mayo de 2021, en sector del Paso del Comercio. Tenía 27 años.
Desde el día anterior tuve un dolor muy fuerte en el lado izquierdo de la cabeza. A mi hijo le disparan al otro día. Cuando fui a verlo, me doy cuenta que recibió el disparo en el mismo lugar donde yo sentí el dolor.
En todo momento él hablaba de seguir viviendo. Me decía “no me va a pasar nada porque nada malo estoy haciendo”. Tuvimos un almuerzo juntos. Antes de irse a llevar insumos para los muchachos del paro, me abrazó. Me dijo: “Yo sé que anoche le dolió la cabeza. Si usted se azara yo cómo le digo dónde voy a estar, cómo la voy a preocupar más”. Me dio un beso en la frente y me dijo “nada me va a pasar”. En la noche, Nico ya estaba muerto.
Esta es la hora que no hemos llegado ni a una primera audiencia. Se viene una audiencia de imputación de cargos para Edgar Vega, excomandante de la Policía de Cali que es señalado de ser responsable por el asesinato de mi hijo y de otros más. Pero ya nos la han aplazado. Esta es la tercera fecha que tenemos: iba a ser el 20 de marzo, luego el 23 de abril y ahora el 5 de junio. Tenemos testigos, videos, fotos. Solo esperamos poder hacer esa audiencia.
Mi deseo nunca ha sido vengativo ni nada. Entiendo que la justicia no solamente es lo penal, sino también honrar el nombre de nuestros hijos. Tengo el deseo de encontrar la verdad, de saber quién le disparó a Nico. Y creo que también la persona que le disparó tiene que descansar en paz, no porque tenga que morir, sino porque yo creo que ese homicidio le estará pesando.
Sandra Moreno, madre de Santiago: “Por qué no cuidaron bien la ciudad”
Santiago Moreno Moreno fue asesinado en la noche del 1 de mayo de 2021. Recibió un impacto de un arma de fuego en una jornada de protestas en el sector de la Loma de La Cruz. Tenía 23 años.
Mi hijo quería ser militar. Soñaba con ser un alto mando del Ejército. Como él fue egresado de un colegio militar, no tenía que prestar servicio y era un poco más fácil hacer los trámites para iniciar su carrera. Pero él quería escalar. Me decía: “mamá, yo no quiero que pague la carrera, voy a empezar como soldado y a escalar porque así voy a ser más productivo”.
Pero luego lo matan solo dos días después de haber comenzado el paro. Santiago me dijo: “mamá, me voy a La Loma”. Y yo me quedé tranquila, porque era uno de los puntos más calmados en ese entonces. Pero ese día justo hubo disturbios ahí. Lo que me cuenta el amigo que estaba con él, es que Santiago cruzó una calle y no lo volvió a ver. Cuando me llamaron a decir que algo le había pasado, yo ya sabía que mi hijo estaba muerto.
Cuando reclamé el cuerpo, nunca me dijeron que tenía un disparo. Solo me di cuenta después. Ahora el caso está en la Fiscalía, en etapa de investigación. Pero sigo esperando justicia hasta el día de hoy, porque no ha habido un solo juicio. No me gusta ese espacio, siempre espero a que el abogado me hable porque yo no soy capaz de hacerlo primero.
Yo no estoy enojada con la persona, sino con el uniforme de Policía. Porque detrás del uniforme hay seres humanos con sueños, así como los que tenía mi hijo. La vez que mataron al muchacho Policía en el Éxito de Calipso me dio pesar. Sufrí por la mamá detrás del hijo. Sin embargo, lo que más quiero hoy es saber por qué no cuidaron bien la ciudad, cuando esa era su tarea.
Leidy Chica Solano, hermana de Luis Eduardo: “Ya solo queda su memoria”
Luis Eduardo López Solano fue asesinado por tres impactos de bala en el puente de La Luna, en la mañana del 28 de mayo de 2021. Tenía 35 años. Según la Fiscalía, el homicida fue Fredy Bermúdez Ortiz, miembro activo del CTI, asesinado a golpes por los ciudadanos minutos después.
Yo me sigo preguntando: ¿por qué él?, ¿por qué tuvo que irse por allá en vez de haberme venido a buscar?, ¿a desayunar conmigo?
Mi hermano no era ningún vándalo como lo hicieron ver muchas veces. Él era guarda de seguridad de la empresa de Atlas. Él trabajaba en el Teatro Municipal. A Luis le gustaba mucho ir al punto La Luna y también de La Loma de la Cruz con su hija de 9 años, porque allá hacían eventos para niños, muchas actividades lúdicas.
El día que lo asesinaron fue un viernes. Mi hermana me llamó llorando y me dijo: ¡A Lucho le pasó algo! Yo tenía un grupo de WhatsApp del paro de La Luna y empezaron a llegar videos. Cuando me metí a verlos, vi que era mi hermano el que estaba ahí tirado. Cuando salí al punto de La Luna para ir por él, ya se lo habían llevado a la morgue. También la comunidad ya había matado al del CTI que le disparó a mi hermano.
Por ahora todo está en la Fiscalía. Pero solo ha habido una audiencia nada más. Los abogados nos dijeron que ya habían puesto otra demanda, porque la respuesta de la justicia es que “no tienen a quién juzgar”. El caso de mi hermano está activo en el papel, pero la Fiscalía lo dejó atrás.
Ya solo queda su memoria. Me he encargado, y voy a seguirme encargando, de que me escuchen y que nunca se olvide que fue asesinado en el estallido social de 2021. “Ya el muerto está muerto”, dicen muchos, pero no. Para mí no es así.
Blanca Imbachí, madre de Jhon Gerardo: “Mi hijo era una persona inocente”
Jhon Gerardo Arenas Imbachí fue asesinado por un proyectil de bala la noche del 10 de junio de 2021 en Siloé. Tenía 36 años.
El día que pasó todo yo estaba muy enferma, pero lo que me cuenta mi nuera es que ese día él le dijo que fueran a Jamundí. Ella le dijo que no, que estaba cansada y tenía malestar. El papá también le dijo que no fuera, porque estaba reparando el carro y de pronto lo dejaba tirado. Dos o tres personas le dijeron que no fuera, pero él dijo que sí.
Fueron a Jamundí, dejaron lo que tenían que dejar y regresaron. En vez de venirse por donde no hubiera paro, le dio por venirse por La Sorpresa. Hizo un giro y mi nuera dice que escuchó como un disparo. Miró dónde había pegado y sintió que el carro se desvió. Ella intentó estabilizar el carro, pero como él iba conduciendo, se estrelló contra un muro y se volteó. El proyectil le traspasó la espalda.
Mi hijo era una persona inocente, la madrugada lo llevaba y la noche lo traía, dedicado a su trabajo y a su familia. Él siempre venía y me decía: “madrecita, ¿cómo estás? ¿Qué necesitas?” Cuando yo lo llamaba, él de una llegaba acá, conmigo, pendiente.
La abogada dice que todavía están en el caso, pero yo no entiendo, tienen una prueba, la Fiscalía tiene el proyectil, ¿por qué no ha salido nada? El proceso lo inició fue mi nuera porque yo estaba mal de todo, de salud y por la pérdida de mi hijo. Ella dijo: ¿cómo vamos a dejar eso así? Por eso nos metimos al Tribunal de Siloé y a Memoria Viva. El 20 de febrero hicieron un juicio simbólico en el Tribunal de Siloé. Pero no ha pasado más.
Ana Milena Valencia, abuela de Juan Pablo: “¿Qué más testigos quieren? Si el mundo fue testigo”
Juan Pablo Cabrera Valencia murió por disparos la mañana del 28 de mayo en el sector de La Luna. Tenía 18 años. También fue asesinado por el agente del CTI, Fredy Bermúdez Ortiz.
Mi nieto acababa de cumplir sus 18 años justo el 28 de abril. Por la pandemia, no habíamos podido celebrarle bien el cumpleaños porque no se podía salir mucho, todo estaba cerrado. Pero el 18 de mayo logramos ir a Chipichape a comer. Y luego, tan solo 10 días después, lo asesinan. Ese día no supe por qué. Y ahora, tres años después, sigo sin saberlo.
Yo le dije: Juan, mañana 28 de mayo se cumple un mes del estallido, por favor, no vaya a andar por allá. Me dijo “no abuela, yo no ando metido en eso”. Al otro día se levantó temprano, se fue calladito, no me despertó ni nada. Él siempre me hacía caso. No entiendo por qué ese día no. Después del mediodía, recibí una llamada de mi hija. Ya estaba en medicina legal.
La Fiscalía precluyó el caso porque al señor del CTI lo mató la gente. Teníamos testigos, pero algunos no querían salir porque eran de la Primera Línea y a otros los tenían amenazados. Mi hija fue como cuatro o cinco veces a la Fiscalía, pero nunca le dieron una solución. Nosotros queremos saber por qué la Fiscalía tomó esa decisión si hay pruebas. Siempre ha pedido testigos, pero yo digo: ¿qué más testigos quiere? Si el mundo fue testigo.
Lo único que sé, es que el señor del CTI que mató a mi nieto, ya pagó. Aunque bueno, esa muerte a mí también me pareció fatal. Muy horrible haber muerto así a golpes. Pero si algo puede hacer la justicia “formal” ya es por mi hija, no por mí. Yo estaría mejor si él estuviera aquí conmigo. Eso sería la justicia para mí.