Los cortes de agua en Bogotá han revelado que el problema del agua es más grave de lo que parecía hace unos meses. Como parte de su celebración de 15 años, La Silla Vacía y sus aliados estamos promoviendo una conversación asincrónica sobre cuatro acuerdos clave para vivir mejor en la próxima década. Uno de ellos es sobre cómo garantizar que todos los colombianos tengamos acceso a agua potable en la próxima década.

Michael John Webster, director de programas del 2030 Water Resources Group del Banco Mundial, programa enfocado en abordar la seguridad hídrica mundial, sostuvo hace unas semanas en Bogotá una mesa técnica con el Distrito, la Alcaldía y el sector privado para analizar lo que está ocurriendo en la ciudad.

La Silla lo entrevistó después de su visita a Colombia sobre experiencias exitosas en manejo del agua en el mundo, incluida la suya manejando la sequía de Ciudad del Cabo entre 2015 y 2017 como gerente del acueducto de esta ciudad sudafricana. Esta es la entrevista editada sobre lo que podríamos aprender para hacer un Acuerdo sobre el Futuro del Agua.

La Silla Vacía: Quiero arrancar pidiéndole un diagnóstico general sobre en qué debería pensar una sociedad para hacer acuerdos sobre el agua.

Michael John Webster:  En el mundo hay una brecha creciente en la capacidad de las fuentes de agua actuales para satisfacer la demanda de agua. Cuando analizamos esa brecha hace 10 años, se predijo que sería de alrededor del 40% a nivel mundial y hemos rehecho el mismo cálculo y se estima que será del 57% para 2030. En otras palabras, no hay suficiente oferta de agua en el mundo para satisfacer esa demanda.

LSV: ¿Y eso por qué ocurre?

Webster: En términos generales, la demanda está impulsada por el crecimiento demográfico. En muchas partes del mundo el crecimiento de la población se ha estabilizado, pero los grandes cambios demográficos que hemos visto en Asia y en otras partes del mundo ahora están llegando a África. Hay actualmente unos 1.300 millones de personas y en 30 años la población de este continente se duplicará. 

Además, la gente está adoptando una dieta más intensiva en agua y, a medida que los países se vuelven más ricos, comen más carne, que tiene un requerimiento de agua mucho mayor.

Entonces, la población se duplicará y la demanda de agua se triplicará.

LSV – ¿Y la oferta de agua no alcanza? 

Webster: La oferta de agua no sólo no satisface la demanda sino que se está reduciendo.

La causa más reciente es el cambio climático.  Por ejemplo, en Ciudad del Cabo, la ciudad sudafricana donde administré el acueducto, estimamos que las lluvias disminuirán en un 30% durante los próximos 25 años. Y esto es leve en comparación con una ciudad como Perth, en Australia, donde las precipitaciones desde los años 70 hasta hoy han disminuido en un 85%.  Allí no solo se produjo una reducción drástica de las lluvias sino que pasó de repente de estar en un cierto nivel a cuatro niveles diferentes en los últimos 50 años.

La otra parte de la ecuación del suministro es que las fuentes estarán cada vez más contaminadas por los bajos niveles de tratamiento de aguas residuales que van a los ríos en los países en desarrollo.

La dificultad para priorizar entre los usos del agua agrícola y potable también está causando mucha tensión.

Por último, está el tema de mantener el sistema fluvial y evitar la destrucción de las cuencas de los ríos.

LSV: No mencionó la demanda de agua que exigirán los centros de datos de inteligencia artificial para enfriar los equipos.

Webster. No sé mucho al respecto, pero he hablado con Amazon Web Services, Google, Microsoft y lo que me han dicho es que los centros de datos reutilizan el agua. Pero en el proceso de enfriamiento de los centros de datos, se aumenta el calor del agua y es necesario enfríarla antes de regresarla al medio ambiente.  Si no se hace, puede tener un impacto ambiental significativo.

LSV – Con ese contexto claro, ¿qué experiencias mundiales muestran el camino a seguir?

Webster: Hay muchos buenos ejemplos, pero Singapur es el más sorprendente en la gestión del agua. Es un pequeño estado insular, bastante rico en agua, pero como es una isla pequeña no hay lugar para almacenarla. 

Inicialmente, confiaron 100% en traerla en un tubo desde Malasia.  Pero en los años 50, cuando se independizaron, pensaron que el mayor riesgo para su seguridad era depender de otro país para su agua porque Malasia podría simplemente cerrar el grifo.  Entonces, convirtieron esa vulnerabilidad en una combinación diversa de fuentes de agua: ¼ de desalinización, ¼ de reutilización, ¼ de agua subterránea y 1/4 de recolección de agua lluvia. Con esa mezcla, Singapur es completamente autosuficiente.

Por otro lado, se han convertido en uno de los usuarios más eficientes del agua.
Actualmente consumen alrededor de 110 litros per cápita por día con agua no facturada del 3%.

Son extremadamente competentes profesionalmente. Y han convertido una amenaza existencial en un activo de una manera impresionante. 

LSV:   ¿Qué podría Colombia aprender de Singapur?

Webster. No pretendo ser ningún tipo de autoridad en Colombia, esta fue mi primera visita y fue fugaz. Pero Bogotá es una ciudad grande, y una cosa que me llamó la atención es que en el Acueducto están abiertos a la autorreflexión.  Muchas ciudades en posiciones similares todavía niegan que tengan un problema.  Ciudad de México, por ejemplo. 

La gestión de la demanda de agua en Bogotá es relativamente eficaz, pero el agua no facturada es demasiado alta. Es del 33%.

LSV: ¿Qué es el agua no facturada?

Webster: Es la diferencia entre el agua que se produce en las plantas de tratamiento y la que se vende a los clientes.  Hay dos tipos de razones por las que no se obtienen ingresos: por pérdidas técnicas, como fugas en las tuberías o medidores que no funcionan correctamente; y pérdidas comerciales, porque las personas no pagan por el agua o se utiliza para apagar incendios.

El punto de referencia para una buena empresa de servicios públicos es del 25% o menos, por lo que ese 33% está por encima del punto de referencia.

El promedio en el mundo en desarrollo es del 50% o más, por lo que hay muchos casos peores que Bogotá. 

No es un tema fácil porque requiere mucha inversión en infraestructura. Pero es una cuestión que deben considerar.

LSV: ¿Hay algo que Bogotá podría hacer mejor para manejar la demanda?

Webster: En la crisis de marzo y abril se vieron algunas de las limitaciones de su enfoque actual de racionamientos.  La forma más efectiva de hacerlo es a través de aranceles porque la gente es sensible a sus bolsillos. Por el momento, parece que la regulación no permite a la empresa de acueducto aplicar una tarifa de sequía, pero eso sería una adición muy importante para gestionar la demanda.

También se puede mejorar la comunicación. Debe ser muy simple, tener base científica y poder ser monitoreada por diferentes grupos, incluidos los periodistas.

LSV: ¿Y por el lado de la oferta?

Webster: Bogotá necesita mayores cantidades de almacenamiento.  Por el momento, los embalses sólo proporcionan unos 12 meses de almacenamiento. En muchas partes del mundo, tienes hasta cuatro o cinco años de almacenamiento. No veo una opción en la que Bogotá no necesite embalses adicionales o expandir los que tiene.

La segunda fuente son los acuíferos de agua subterránea. Actualmente Bogotá no los está utilizando. 

Conocimos gente de Coca Cola, de las cervecerías de Bavaria y de otras industrias que tienen sus propios pozos, pero el Acueducto no utiliza agua subterránea de manera significativa y el agua subterránea es un recurso fantástico.

LSV: ¿Por qué?

Webster: No sólo es una fuente de suministro de agua, sino que al estar bajo tierra no hay evaporación. Es necesario invertir en eso.

LSV. Entonces están los embalses, el agua subterránea y el agua reutilizada. Hablemos de cómo reutilizar el agua.

Webster. Una creciente fuente de agua en el mundo ha sido un mejor uso de los efluentes de aguas residuales. En Israel, por ejemplo, más del 80 por ciento de los efluentes de aguas residuales se utilizan con fines económicos, casi todos para la agricultura. Pero también se usa para la industria. En Bogotá, se usa muy poco el agua residual.

Necesitan mejorar las plantas de tratamiento de aguas residuales para tener un efluente de mayor calidad.  Sería una forma de compensar gran parte de su demanda.

En muchas partes del mundo, el agua residual se trata y se bombea de nuevo al acuífero para tener lo que llaman una recarga gestionada del acuífero. En Bogotá están a unos 80 metros, 100 metros de profundidad, lo que ayudaría a filtrar el agua y limpiarla para que la reutilización de aguas subterráneas pueda ser más sostenible.

LSV. ¿En qué ciudad se hace esto?

Webster: en Amsterdam es una de sus principales fuentes de agua.

LSV. Muchas de estas medidas requieren políticas públicas estructurales. ¿Qué tipo de acuerdos a nivel individual o empresarial ayudarían a cambiar la cultura hacia el agua?

Webster. Lo primero que debe cambiar es que el mensaje debe ser ese: el agua es responsabilidad de todos. Todos —empresas, negocios, hogares, organizaciones— todos tienen un papel que desempeñar.

El factor clave en el manejo de la sequía de Ciudad del Cabo fue que la ciudad se adueñó del problema y dijo: ‘tenemos una crisis y haremos lo que nos corresponde para hacer lo que tenemos que hacer. Pero necesitamos que cada persona en la sociedad haga su parte’. Y hubo este compromiso masivo en todos los estamentos de la sociedad.

Los hoteles dijeron que iban a instalar duchas con un medidor que solo permite una ducha de un minuto. Las empresas dijeron que podían perforar sus propios pozos y reutilizar su propia agua. Construyeron sus propias plantas desalinizadoras. Fuimos a los hogares y ellos construyeron sus propios techos y sus pozos. 

Luego hubo una campaña. ¿Cómo sería utilizar sólo 50 litros por persona al día? ¿Qué significa eso en la práctica?
Eso significa una descarga de un inodoro; significa ducharse cada dos días; esta es la cantidad que se puede utilizar para cocinar; esta es la cantidad que se puede utilizar para lavar. Así es cómo debes hacerlo.  

La alcaldesa de Ciudad del Cabo apareció en la televisión nacional y dijo que solo se lavaría el cabello una vez a la semana.

Pero antes fue necesario que toda la sociedad se pusiera de acuerdo sobre cuál era realmente la situación y eso se basaba en los niveles de los embalses. 

Antes de que hubiera claridad sobre cuál era la crisis, había un juego de culpas: los ricos culpaban a los pobres que habían llegado del campo; los pobres culpaban a los ricos por utilizar piscinas y regar sus jardines; el gobierno nacional decía que el plan del gobierno local era ineficiente; el gobierno local que el nacional no había construido suficientes represas; los partidos se culpaban entre sí. Dijeron, incluso, que había una conspiración para la desalinización israelí, etcétera, etcétera.

Una vez que el alcalde y la empresa de servicios públicos pudieron brindar una explicación clara de la crisis y tener un plan semanal de lo que querían hacer con la demanda y el suministro, redujimos a la mitad la demanda de 1000 megalitros por día a 500 megalitros durante un período de dos años. Eso evitó la sequía.

LSV. ¡Qué bien!

Webster.  Para lograrlo, es fundamental que cada uno en la sociedad comprenda su rol y acepte su responsabilidad directa en la solución de la crisis.

Así que nosotros pusimos a disposición del público los datos de consumo de las personas. Si estabas por debajo de 6 mil litros por mes, en el mapa de Google Maps tenías un punto verde. Si consumías más de mil litros, tenías un punto rojo en tu casa. Así que podías ver si tus vecinos estaban usando más agua o menos que tú.

LSV. El efecto de la vergüenza 

Webster. Sí. Es genial.

LSV. ¿Ha visto alguna experiencia interesante para ahorrar agua en el agro? En Colombia es el principal consumidor.

Webster. A nivel mundial, el 70% de las extracciones de agua dulce provienen de la agricultura, y probablemente en Colombia ocurra lo mismo.

Los sistemas de riego probablemente tengan los mayores beneficios para la eficiencia en el uso del agua agrícola. Nuevamente, Israel, es un buen ejemplo. La mayor parte del riego se realiza mediante goteo.

A la inversa, en gran parte del mundo todavía se utiliza el riego por inundación. Por eso trabajamos con pequeños agricultores en la India, Bangladesh, Vietnam y muchos países asiáticos en el ámbito del arroz.

LSV. ¿Por qué el arroz?

Webster. El 40% de la población mundial depende del arroz y representa el 20% de la extracción total de agua.  Si mantienes el arroz bajo el agua durante la cosecha, el 12% del metano global proviene de allí. Es el segundo emisor de metano más importante después del ganado. Metiendo riego puedes ahorrar un 30% de agua y un 65% de metano.

LSV. Mi última pregunta tiene que ver con el sistema de alcantarillado.
¿Cuál es el beneficio de invertir en alcantarillado versus plantar árboles? ¿Qué se debe priorizar?

Webster. El tratamiento de aguas residuales tiene dos grandes beneficios:  el de la salud pública y el ambiental.

En Bangladesh, hay muy poco tratamiento de aguas residuales y los peces están muriendo, el impacto sobre las personas y el medio ambiente es catastrófico. Pero es costoso. Por lo tanto, se debe hacer lo que se pueda dentro de sus posibilidades.

Una opción son los estanques de estabilización de residuos. Son grandes pistas de agua abiertas donde dejas que el sol haga gran parte del tratamiento por tí y vas de un punto a otro.  Pero se necesita mucho terreno y la tierra suele ser muy costosa.  Entonces, si tienes mucha tierra y mucho sol, como en algunas partes de África, eso puede ser efectivo.

Pero en un lugar como Colombia, con el mismo PIB per cápita que Sudáfrica, no se puede evitar el tratamiento convencional de aguas residuales, y eso requiere algún proceso biológico.

Para su parte terciaria, puede tener humedales construidos o algún tipo de solución basada en la naturaleza, pero aún así, necesitará un tratamiento
convencional y eso tiene un costo bastante alto.

Las inversiones para mejorar las plantas de tratamiento de aguas residuales deben realizarse. Uns vez que la crisis de agua esté bajo control, no hay muchas formas de evitar la necesidad de invertir en plantas de tratamiento.

LSV. ¿Hay algo más que los colombianos debamos tener en cuenta?
Webster.
Como dije al principio, he visto que hay una apertura a aprender. Eso da la oportunidad de mejorar sistemáticamente.

Una alianza de:

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...