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Esta columna fue escrita por la columnista invitada Anyeli Stefany Mahecha Rico.
La Mutilación Genital Femenina (MGF) es una práctica sociocultural que altera o lesiona los órganos sexuales femeninos externos sin fines médicos. En 2019, más de 200 millones de mujeres y niñas en el mundo habían sido afectadas por la MGF, principalmente, en más de 17 países africanos como Burkina Faso, Kenia y Mali. En América Latina y el Caribe, solo Colombia registra casos de MGF con informes desde 2007 tras la muerte de dos niñas emberá por este procedimiento.
En la tesis “Hacia la Erradicación de la Mutilación Genital Femenina: El Caso Comparado de Burkina Faso y Colombia” se proporciona un análisis comparativo de las políticas y estrategias utilizadas para erradicar la MGF en Burkina Faso y Colombia. A continuación, se presentan los principales hallazgos de esta investigación, que destacan las lecciones aprendidas y las recomendaciones aplicables a Colombia basadas en la experiencia de Burkina Faso.
La voluntad política
En Burkina Faso, la erradicación de esta práctica ha sido una prioridad nacional desde la década de 1990. El compromiso de gobiernos en Burkina Faso, como el de Sankara, Compaoré y Kaboré, se evidencia en la implementación de leyes específicas que prohíben la MGF y en la creación de instituciones dedicadas a combatir esta práctica. Además del seguimiento anual de los procesos adelantados en el Día Nacional de Lucha contra la Escisión y la capacidad de aprovechar la experiencia internacional y regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Por otro lado, en Colombia, aunque se reconoce la existencia de la MGF, no se ha desarrollado una política pública integral ni se han implementado medidas legislativas concretas para abordar el problema. Esta falta de voluntad política en Colombia se presenta como una barrera significativa para la erradicación de la MGF, en donde el interés político como social sobre la MGF es cíclico y difícilmente sostenible, puesto que en Colombia las problemáticas de las comunidades indígenas difícilmente se vuelven un asunto prioritario. Además, se suma el hecho de que, se ha desaprovechado los medios colaborativos internacionales y los recursos son cada vez más escasos en salud sexual y reproductiva.
El diseño institucional
Burkina Faso ha establecido un marco institucional robusto para abordar la MGF. La creación del Comité Nacional de Lucha contra la Práctica de la Escisión, el cual “no solo tiene un papel de coordinación, investigación o seguimiento, sino que organiza y realiza por sí mismo actividades de Información, Educación y Comunicación” junto con las ONGs y asociaciones comunitarias, ha sido crucial para coordinar esfuerzos y movilizar recursos. La institucionalidad en Burkina Faso tiene una gran capacidad de acción, se refleja en iniciativas como el teléfono verde con números gratuitos y anónimos para denunciar casos de MGF, o las consultas comunitarias con las poblaciones afectadas. Estas estructuras institucionales, en donde el trabajo conjunto con la sociedad es esencial, permiten una implementación eficaz de las políticas y programas contra la MGF, facilitando la vigilancia y la aplicación de la ley.
En contraste, Colombia carece de una estructura institucional dedicada específicamente a combatir la MGF, lo que limita la efectividad de cualquier esfuerzo aislado y dificulta la coordinación de iniciativas a nivel nacional y local. Se ha observado la participación de algunas instituciones como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), la Comisaría de Familia de Pueblo Rico, el Hospital de Pueblo Rico y Medicina Legal, pero los resultados siguen siendo muy limitados.
Además, en Colombia, a nivel de la legislación indígena, se firmó en 2011 la Resolución 001 del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) sobre la prohibición de la ablación. Sin embargo, las fuentes entrevistadas afirman que la resolución no tiene mayor impacto en la erradicación de la práctica. Nadie busca al culpable, en qué vereda se llevó a cabo, no se investiga cuál resguardo, si es el emberá katio o el emberá chamí, como también nadie se interesa en dar seguimiento al estado de las niñas. Simplemente, es información que se pierde entre los cada vez más casos de mujeres víctimas.
La movilización de la sociedad civil
La participación activa de la sociedad civil es otro factor clave en la erradicación en Burkina Faso. ONGs, líderes comunitarios tradicionales y activistas han jugado un papel esencial en la sensibilización y educación de las comunidades sobre los riesgos y las consecuencias de la MGF. Estas organizaciones han trabajado estrechamente con las comunidades afectadas para cambiar las normas sociales y culturales que perpetúan la práctica.
En Colombia, la movilización de la sociedad civil es menos pronunciada, en parte debido a la falta de reconocimiento y visibilidad del problema. A partir de la investigación, se estima que solo el 1% de los colombianos y las colombianas saben que esto ocurre en Colombia. Para replicar el éxito de Burkina Faso, es crucial que se dé el principal reto: hablar de la MGF en Colombia y se reconozca los liderazgos ya existentes en las mujeres emberá y se fomente su protagonismo.
La educación y la sensibilización
La educación y la sensibilización son componentes fundamentales en las estrategias de erradicación de la MGF en Burkina Faso. Campañas de información pública, programas educativos en escuelas, programas radiales y talleres comunitarios han sido efectivos para aumentar la conciencia sobre los daños físicos y psicológicos causados por la MGF. Estas iniciativas han contribuido a un cambio gradual en las percepciones y actitudes hacia la práctica. En Colombia, se requiere un enfoque similar para educar tanto a las comunidades afectadas como al público en general sobre la MGF. Es todo un reto hablar de MGF en Colombia y aún más de todo aquellos temas que involucren el placer sexual femenino.
El enfoque multisectorial
Un enfoque multisectorial que involucre a diferentes actores es esencial para la erradicación efectiva de la MGF. En Burkina Faso, la colaboración entre el gobierno, las ONGs, los organismos internacionales y las comunidades locales ha sido crucial. Este enfoque ha permitido la implementación de programas integrales que abordan la MGF desde diversas perspectivas, incluyendo la salud, la educación y los derechos humanos. Para Colombia, adoptar un enfoque multisectorial similar puede fortalecer los esfuerzos de erradicación, facilitando la colaboración y la coordinación entre las distintas partes interesadas.
La aplicación de la ley y protección legal
La aplicación efectiva de las leyes que prohíben la MGF es un componente crítico del éxito de Burkina Faso en la reducción de esta práctica. La ley N°043/96/ADP y la protección de las víctimas han disuadido a muchos de continuar con la MGF. En Colombia, la ausencia de una legislación específica y de mecanismos de aplicación representa un obstáculo importante. No obstante, se precisa que Colombia aún no está preparada para la penalización de la práctica y que, a pesar de ser una medida relevante, deben darse anteriores procesos para que esta no sea contraproducente.
Conclusiones
Los hallazgos de esta investigación subrayan que la erradicación de la MGF requiere un enfoque integral que combine la voluntad política, un diseño institucional sólido y la movilización de la sociedad civil. Burkina Faso ofrece un modelo ejemplar que Colombia puede adaptar y aplicar, teniendo en cuenta las particularidades culturales y sociales del contexto colombiano. La implementación de políticas públicas específicas que fomenten la protección de los derechos sexuales de las mujeres son pasos cruciales para avanzar hacia la erradicación de la MGF en Colombia.
Anyeli Stefany Mahecha Rico
Politóloga e internacionalista en formación de la Pontificia Universidad Javeriana con énfasis en Integración y desarrollo. Sus áreas de interés giran en torno a la gestión pública, los estudios de género y la cooperación internacional.