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Uno de los sectores que tiene mayor influencia en limitar el cambio climático es el energético; sector que debe reducir sus emisiones de dióxido de carbono y para lo que requiere de innovación, tecnología y políticas apropiadas que permitan lograr una descarbonización. Proceso que garantizaría sostenibilidad, protección ambiental, seguridad del suministro energético, estabilidad económica y aspectos sociales.
Se estima que el sector energético y de servicios públicos es el mayor contribuyente de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Al mismo tiempo, a medida que la electrificación se incrementa, la necesidad general de energía aumenta y algunos escenarios sugieren que para 2050 podría ser entre 2 y 2,5 veces mayor que en la actualidad. Además, las empresas de energía y servicios públicos necesitarán producir más energía y acelerar su ritmo de descarbonización. A medida que la industria avanza hacia el cero neto, es fundamental comprender y monitorear el desempeño de las diversas fuentes de energía, redes y clientes para poder analizar opciones de eficiencia energética, reducción de emisiones y estrategias de descarbonización. Algunos de los principales retos de la descarbonización del sector energético son:
Medir la huella de carbono: Las cuotas de carbono y las regulaciones de contabilidad de carbono requieren que el sector eléctrico consuma menos energía y reduzca su huella de carbono. Al mismo tiempo, debería poder medir y comparar su progreso, lo que puede presentar un desafío tecnológico importante. Estos procesos se dificultan por la dispersión y baja calidad de los datos y los costos que puede implicar el cálculo de la huella de carbono.
Para poder resolver este reto, las empresas energéticas podrían trabajar dos métodos: cálculo pasivo y activo de la huella, que implica un enfoque iterativo con software de informes ESG personalizado para abordar sus necesidades más urgentes. Estas soluciones ayudarán a utilizar plataformas de análisis avanzadas para monitorear y conectar datos de adquisiciones y consumo y automatizar la recopilación y la presentación de informes de datos, generar conocimientos, reducir las emisiones de carbono y priorizar proyectos basándose en un seguimiento fiable de su eficacia en materia de sostenibilidad.
Gestión eficaz de las energías renovables en el mix energético: Las empresas de petróleo y gas deben lograr un equilibrio entre su actual dependencia de los combustibles fósiles y la creciente necesidad de adoptar fuentes de energía renovables. Esto requiere una gestión cuidadosa de la cartera y decisiones de inversión que sean coherentes con los objetivos de reducción de carbono y el desarrollo de cadenas de suministro integradas, incluida la generación de energías renovables, el hidrógeno y la producción de calor. La generación de energía a partir de fuentes renovables como la eólica y la solar es intermitente y no puede adaptarse fácilmente a las fluctuaciones de la demanda.
Se estima que las empresas energéticas seguirán invirtiendo en recursos de software que puedan pronosticar el comportamiento de los activos de producción y procesamiento y la gestión de reducción de energía y emisiones con el grado adecuado de precisión y detalle, que permite gestionar un negocio rentable y eficiente, que podría aportar a un mayor retorno por vatio producido. Según diversos estudios, aplicar analítica avanzada en el sector energético puede reducir los costos entre un 5% y un 7,5%, de acuerdo con estudios de la agencia internacional de energía.
Gestión de activos y riesgos: Las empresas de energía y servicios públicos deben realizar análisis precisos de inversiones y riesgos, además de divulgar los impactos de sus operaciones futuras para cumplir su compromiso con la descarbonización. Los líderes empresariales deberían evaluar la capacidad para transferir activos y capacidades a nuevos modelos de negocio. Esto puede ayudar a comprender el impacto de su inversión en términos de costos significativos o ventajas competitivas. Para lo cual se requiere de plataformas de análisis de datos que fomenten la colaboración y la transparencia en toda la cadena de suministro, que pueden proporcionar información para la optimización de precios, la gestión de activos y mejorar los contactos con los clientes y grupos de interés.
Recopilar información sobre emisiones y costos permitirá tomar medidas inmediatas para:
- Evaluar qué tan bien se ajustan sus activos al mercado y cuál es su rentabilidad en función del perfil de emisiones.
- Lograr flexibilidad y optimización dentro de la cartera de hidrocarburos y los activos no hidrocarburíferos.
- Conciliar los objetivos financieros y ambientales, reduciendo la complejidad de la gestión de cartera y la planificación de capital.
- Ser capaz de evaluar y predecir el ciclo de vida de todos sus activos y todas las decisiones de inversión de capital.
En este reto es importante la implementación de la tecnología adecuada centrada en el riesgo, equipada con análisis basados en IA y algoritmos de aprendizaje automático que pueden procesar grandes cantidades de datos; esto puede revelar conocimientos ocultos, gestionar riesgos y reducir los costos. Al simular varios escenarios de mercado y resultados del desempeño de los activos, para ajustar dinámicamente las carteras de activos y garantizar que sigan siendo rentables; alineadas con las condiciones del mercado, proponer estrategias de mitigación. Esto ayuda a protegerse contra las volatilidades del mercado y los cambios regulatorios, pronosticar el rendimiento y el valor de los activos a largo plazo, ayudando en la planificación estratégica y la transición a modelos de negocio bajos en carbono.
Todos estos elementos muestran que la descarbonización del sector energético es posible en la medida que se mide y se garantiza una gestión eficaz que permita diseñar estrategias efectivas para lograr diversificación energética mientras que se reducen emisiones y efectos sobre el cambio climático.