El legado de Alejandro Eder en Cali no será una arteria vial, un gran escenario deportivo o un edificio gigante. Más que por nuevas estructuras, el alcalde quiere ser recordado por recuperar el espacio urbano más viejo de la ciudad: el centro.
La apuesta de Eder no requiere los tiempos y los recursos que implican las grandes obras de infraestructura y de lograrse sería una hazaña lo suficientemente simbólica para dejar una marca. Además, se adapta con su discurso, que busca reconectar a la ciudad con un pasado más próspero y renovar su imagen.
Para lograrlo, tendrá que poner a marchar a un sector que lidia con múltiples problemáticas: deterioro físico, invasión del espacio público, inseguridad y otras consecuencias del abandono acumulado. Además, hay quienes ven detrás de sus planes un sesgo a favor de los poderes económicos que lo rodean y en detrimento del tejido social.
Desde el primero de enero, Eder puso sus ojos en el centro. Su discurso de posesión fue en la Plaza de Cayzedo, el corazón histórico de Cali, que en la administración pasada estuvo cercada para controlar las ventas ambulantes y la prostitución que circunda sus jardines.
“Escogimos este lugar, frente a la imagen de Joaquín de Cayzedo y Cuero, porque simboliza que los caleños (…) ya hemos liderado a nuestro país”, dijo el alcalde en su discurso. El prócer caleño que se posa en medio de la plaza fue quien lideró el acta de independencia de Santiago de Cali en 1810, 17 días antes que el grito libertador en Bogotá.
El Plan de Renovación y Revitalización del centro trasciende a la Plaza de Cayzedo y sus alrededores. Se sitúa en el “centro ampliado”, entre las calles quinta y 25 y las carreras primera y 15. Un total de 11 barrios: San Bosco, San Pascual, San Pedro, La Merced, El Calvario, El Hoyo, El Piloto, San Nicolás, Sucre, El Obrero y Santa Rosa. De acuerdo con estimaciones de la Alcaldía, allí se generan entre 25 y 35 mil empleos directos, pero es una de las zonas menos pobladas de la ciudad.
“Todos los alcaldes quieren dejar un legado, una gran transformación en su corto periodo. El que ha planteado el alcalde Eder es la recuperación del centro de Cali”, dice Diego Hau, director de Planeación de la Alcaldía. “Es el sitio donde confluimos todos los caleños. Es histórico, económico y cultural”, agregó.
De acuerdo con Sebastián Acosta Zapata, sociólogo y experto en políticas públicas, no es una novedad que los mandatarios de Cali miren al centro. La idea se remonta a los años 50, tras la explosión de camiones cargados de dinamita en 1956, en el barrio San Nicolás, que dejó borradas ocho manzanas y más de mil personas muertas.
En este siglo, fue en el POT del año 2000 que comenzó a hablarse de la renovación del “centro global” y se dio pie a hitos urbanos que llegarían después, como el Bulevar del Río. “Cali ha tenido una historia de revisar constantemente su pasado para ponerse a la par de otras ciudades”, dice Zapata.
La ventaja que tienen las obras del centro es que dependen de recursos propios y se proyectan a corto plazo o mediano plazo. Eso no pasa, por ejemplo, con el Tren de Cercanías, otro de los proyectos bandera de esta administración, que depende de la chequera y los tiempos del gobierno nacional.
“Si logra marcar algo importante en el centro ya tiene algo porque ser recordado”, dice el concejal Edison Giraldo, que hace parte de la coalición de gobierno y presentó ante la Alcaldía un mandato con propuestas para mejorar el Centro. “Siempre ha habido ideas y propuestas de los gobernantes, pero no se han realizado”, agregó.
Los renders de Eder
El portafolio incluye 11 proyectos, entre ideas propias y heredadas. En tres años y medio algunos quedarán en planos, otros con sus primeros ladrillos y otros más quedarán listos.
La brújula del plan es la Plaza Cayzedo, que comenzará a cambiar gracias a la COP16. Allí tendrá lugar la Zona Verde, donde se hará la programación pública del evento. Ese será una especie de piloto para su peatonalización parcial, que podría ir hasta la Iglesia de La Merced. La última palabra la tendrán los estudios de tránsito que están por realizarse.
“Ese ha sido un sueño de toda la vida en el centro, pero nadie ha asumido el reto porque hay que trabajar con ventas informales, cerrar el centro dos años y la gente le tiene desconfianza a los proyectos porque se demoran mucho”, dice el concejal Giraldo.
Otra intervención, más administrativa que ingenieril, será en el Bulevar del Río Cali. En los próximos días se publicará el proyecto de decreto para reglamentar el uso del espacio público, para ponerle orden al boom gastronómico y pachanguero del sector. Además, comenzarán los diseños para extenderlo hasta su desembocadura en el río Cauca.
El Barrio Obrero, famoso por su tradición salsera, tendrá nueva cara. Allí se está impulsando una “Ruta de la Salsa”. En los próximos días, se firmará el acta de inicio de las obras de recuperación del espacio público y se potenciarán sus referentes culturales para posicionarlos como destino turístico. La inauguración será en la Feria de Cali de este año.
Los planes de Eder se encuentran con los del presidente Petro en la remodelación del colegio Santa Librada, que quedó en el Plan Nacional de Desarrollo. También en la nueva sede del Sena, que estará ubicada en el lote de la antigua plaza de toros, detrás de la Plazoleta Jairo Varela. La construcción del Sena arranca este año, pero el avance del colegio depende del gobierno Petro.
El Paseo Jovita al Río, que viene ya había sido incluido en otros planes de desarrollo, también quedó en la lista. El compromiso es dejar estudios en detalle y eventualmente comenzar la obra, que va a soterrar la Calle Quinta desde Santa Librada, para conectar con el túnel mundialista.
En el Centro Histórico arrancó el proceso para ampliar el Plan de Manejo y Protección (Pemp). Es un instrumento de ordenamiento territorial formulado por la Alcaldía y avalado por el Ministerio de Cultura desde 2015. Ahora busca incluir a San Antonio y crear un ente gestor para ejecutar sus lineamientos. Finalmente, quedaron previstos los estudios para la remodelación del teatro municipal Enrique Buenaventura.
La herencia de los planes parciales
El nuevo mapa del centro está superpuesto al de los planes parciales de renovación: Calvario, Sucre, San Pascual, Ciudadela de la Justicia —que conforman Ciudad Paraíso— y El Hoyo. Son figuras adoptadas desde hace 14 años para desarrollar alianzas publicoprivadas, con proyectos de vivienda, comerciales e institucionales, en los que a cambio de ventajas para construir los privados se encargan de hacer equipamientos públicos.
Calvario es el que tiene mayor porcentaje de avance, con la mayoría de predios comprados y una torre de apartamentos construida. La Ciudadela también marcha a buen ritmo con la construcción del nuevo búnker de la Fiscalía que estará listo en 2025. Sin embargo, el avance de Sucre y San Pascual apenas empieza y el de El Hoyo está congelado.
“Los planes parciales tienen una buena configuración, independientemente de que hayan sido constituidos hace mucho tiempo”, dice Raquel Garavito, gerente de la Empresa de Renovación Urbana (Edru). “Van a mejorar las condiciones de vida, no solo de los que vayan a vivir ahí, sino de todos, porque mejoran las condiciones generales del territorio”, agregó.
Esta administración tiene clara su intención de impulsarlos, pero su avance depende de los privados. Sin embargo, la Alcaldía se comprometió a dejar lista la Estación Central del MIO, que es el proyecto detonante del plan parcial Sucre. Además, entregarán 4 mil subsidios de vivienda en Ciudad Paraíso.
“Hoy en día hay ciudades dentro de las ciudades. Los barrios, localidades y comunas se convierten en una miniciudad que le ofrece todos los servicios a sus habitantes. Nuestro reto es lograr que esos planes parciales logren ese dinamismo”, dice Garavito.
Sin embargo, con el paso del tiempo los planes parciales han perdido impulso. La experiencia de El Calvario —la antigua olla de Cali, que ya fue demolida— previno a los habitantes de los otros barrios.
“Por muchos años la Alcaldía no se preocupó por el Calvario, fue un barrio degradado, fue la olla de Cali. La intención era comprar a huevo para quedarse con el territorio”, dice Fernando Pérez, presidente de la junta de Acción Comunal de San Pascual.
San Pascual todavía se mantiene en pie. Nueve manzanas conservan una relativa normalidad, a pesar de estar rodeadas de otras en ruinas. Los vecinos se organizaron para sostenerlo y mantener la frente en alto de cara a una negociación inminente.
“Como junta hemos tratado de conversar con los inversionistas y sentarnos como colectivo, para ver si hay manera de quedarnos o tener una negociación justa, pero con la nueva gerencia de la Edru no ha sido posible”, dice Pérez.
Sobre el tema, la gerente Garavito dijo que hay una comisión específica para escuchar a las personas impactadas por los planes parciales, en temas ambientales, de seguridad, espacio público y hábitat. “Hay actuaciones transversales para que la comunidad no sea espectadora, sino que haya una integración real”.
Los miedos que confluyen en el centro
El centro de Cali, como en otras grandes ciudades de Colombia, carga con una paradoja. Es un lugar histórico, epicentro de empleo y esparcimiento, pero genera miedo. La oscuridad, las basuras, la invasión del espacio público y la delincuencia lo convierten en un espacio que puede llegar a ser abrumador.
El año pasado, la Comuna 3, donde está el centro, fue la de mayor tasa de homicidios en proporción a la cantidad de habitantes, con 44 víctimas. Es una de las tres comunas con más hurtos, según el último informe de Cali Cómo Vamos. Además, es el sector de la ciudad que concentra las ventas informales y la mayor cantidad de habitantes de calle.
Por eso, mientras comienzan las obras, la Alcaldía busca retomar su control. Instaló en mayo un Puesto de Mando Unificado en El Calvario, entre el edificio de Ciudad Paraíso y la estación de Policía de Fray Damián. Recogieron 115 toneladas de escombros, inspeccionaron 13 bodegas e inmovilizaron 67 vehículos. También se llegó a 2 mil personas con atención social, 450 con algún tipo de vulnerabilidad.
Una de las grandes prioridades del alcalde @alejoeder es recuperar el centro de Cali.
— Seguridad y Justicia (@SeguridadCali) May 29, 2024
En un gran esfuerzo junto a la Fuerza Pública y las diferentes secretarías de @AlcaldiaDeCali, vamos a devolverle seguridad, bienestar, cultura y desarrollo económico al corazón de la ciudad. pic.twitter.com/LRpcMPyUPg
Pero los miedos en el centro no solo están en la calle. Hay quienes temen por las decisiones que se toman en las oficinas. Suspicacias que tienen que ver con la política y por los poderes que rodean a Eder.
“En algunos secretarios hay desprecio para hablar con la gente y sus organizaciones. Espero equivocarme, pero eso puede generar procesos de resistencia”, dice el concejal Mauricio Zamora, del Pacto Histórico. Zamora también pide mayor interés por el componente social de este tipo de planes.
“Los principales beneficiados de una estrategia de renovación son los sectores económicos y de la construcción. Eder es de la élite, su Plan de Desarrollo está lleno de buenas voluntades, pero también hay intereses de clase muy profundos”, dice el politólogo Sebastián Acosta.
En la Alcaldía, por el contrario, ven al plan de renovación del centro como una oportunidad de integración. Un escenario para materializar la reconciliación social y política que promueve el alcalde, después de la profunda división que dejó el paro nacional de 2021.
“Las voluntades, tanto de la administración como de los actores formales y estacionarios, es la misma: pongámosle orden al centro, porque hay dinámicas que atentan contra la convivencia y el trabajo de ellos mismos”, dijo Melissa Vergara, subdirectora de Planeación.
Tres años y medio tiene Alejandro Eder para dejar una marca. Sus coordenadas son la COP16 y el Tren de Cercanías, pero en obras, el centro de Cali es su norte.