En el césped Teo Gutiérrez levanta la pierna izquierda y filtra un pase preciso para su compañero, Jhon Valencia, que remata al arco. Gol del Real Cartagena. En la tribuna, unas cinco mil personas se levantan de su asiento y celebran. Entre esos, en su palco en la tribuna occidental, el alcalde Dumek Turbay y el gobernador Yamilito Arana lo festejan con su comitiva.
En este semestre, Turbay y Arana han sido los principales impulsores del Real Cartagena, un equipo de segunda división que se ha convertido en un fenómeno que ha despertado a la hinchada y a la ciudad. Lo han hecho sin ocupar cargos directivos pues el Real Cartagena es un equipo privado, en el que la Alcaldía solo tiene el 5% de las acciones. Su rol como promotores es uno de los factores que favorece su popularidad en Cartagena, y hace parte de una fuerte estrategia de comunicación. Es un manejo que tiene un espejo en Barranquilla, con el alcalde Álex Char y el Junior, el club de su familia.
El alcalde y el gobernador asisten a casi todos los partidos del equipo en el estadio, el Jaime Morón, y en sus redes y en medios de comunicación lo promocionan en cada juego. Han liderado las gestiones para traer a jugadores de primer nivel, como Teófilo Gutiérrez, una figura por la que se explica buena parte del fenómeno Real Cartagena, y han invitado a empresas a patrocinar el equipo. El boom ha atraído a decenas de patrocinadores importantes, entre ellos Cervecería Águila.
El gobernador Arana adjudicó un contrato de 4.5 mil millones de pesos para el mejoramiento de las luminarias del estadio. La Alcaldía de Turbay ha congelado el aumento de la tarifa para el uso del estadio al equipo y le ha facilitado espacios de entrenamiento, según el presidente del Real. También han mejorado zonas alrededor del estadio. Desde su palco y con la camiseta amarilla del Real Cartagena, Turbay describe la labor realizada hasta ahora: “Nos ha tocado, como dicen en el sector turístico, maletear al equipo”.
Pero el próximo semestre, Turbay dará un paso más. Invertirá recursos públicos en el equipo. El alcalde Turbay se lo reveló a La Silla Vacía en el estadio: “Nosotros vamos a determinar en todos los deportes una asignación para el segundo semestre de unos 12 mil millones de pesos (…) Por lo menos unos cinco mil millones de pesos (para el Real Cartagena)”.
Para el alcalde Turbay, el ascenso del Real Cartagena es una prioridad: “Hoy, dentro de un mensaje de que Cartagena recupere el brillo, el esplendor, la grandeza, volver a la primera categoría es parte de esa narrativa”. Sus críticos, en cambio, lo ven como una cortina de humo para los problemas de Cartagena.
El columnista Álvaro González dice que “es un copy paste del modelo charista. Saturan las redes sociales con la notificación de que ganó el Real Cartagena, pero no dicen absolutamente nada de las muertes en la ciudad. Está claro que la estrategia del Real se utiliza como comodín de distracción para no tocar los temas sensibles en la gestión del alcalde”.
Real Cartagena, la obsesión de Dumek Turbay
En el palco, Dumek Turbay ve el partido en una cómoda silla tapizada junto a sus hijos pequeños Samuel y Dumek Jr. El gobernador “Yamilito” Arana está junto a su esposa, Angélica Salas. Hay una decena de familiares y amigos en el palco. A veces aparecen funcionarios o asesores, saludan, se sientan un rato, se van. Real Cartagena gana 1-0. Turbay mira el partido con rostro serio, gesticula y mueve las manos como dando indicaciones mientras habla con alguien de su comitiva. Pide que ataquen más.
El Real Cartagena ya está clasificado a la segunda fase del torneo (clasifican 8 de 16 equipos), pero está buscando la segunda posición para ser cabeza de su cuadrangular, lo que le daría lo que se llama “un punto invisible”, una ventaja en esa fase.
Turbay es un político que viene del mundo del deporte, y ya ha estado ligado al Real Cartagena. Fue mánager del equipo en 2004 y 2005, cuando el equipo ascendió a primera división y, después, llegó a la final del fútbol colombiano, el logro más importante de un club con 32 años de historia. Fue director del instituto de deportes de Bolívar, Iderbol, con cinco gobernadores distintos, entre 2006 y 2014. “Le gusta más el fútbol que la comida”, describe a Dumek un taxista de la ciudad.
Turbay fue gobernador de Bolívar y en su último año, el 2019, los entonces dueños del Real Cartagena, la familia Rendón, le dieron el rol de presidente ejecutivo ad doc. En esa época el equipo iba por buen rumbo, pero sorpresivamente despidieron al técnico Richard Parra, aparentemente porque al gobernador Turbay no le gustaban las críticas que recibía el Real por el estilo de juego del entrenador, según registró El Universal.
Turbay y Arana se ilusionan y prometen que el equipo ahora sí va a ascender. Desde que el Real descendió, en el 2012, es el momento que más fervor ha despertado en la ciudad.
La ilusión se explica por la llegada de Teófilo Gutiérrez, exdelantero de la Selección Colombia, mejor jugador de América en 2014, campeón de Copa Libertadores con River Plate e ídolo del Junior de Barranquilla.
“Cartagena es una ciudad donde todas las noticias son malas. A esta ciudad, que se siente tan abandonada y en la que no hay sentido de pertenencia, el fichaje de Teo es lo mejor que le ha pasado en los últimos diez años”, dice convencido Sebastián Sierra, un ingeniero químico de 25 años que regresó al estadio tras cuatro años ausente.
“A penas se filtró un video de Teófilo llegando a Cartagena, llamé a mi papá para comprar el abono. Mi papá, mi mamá, mi hermana y mi abuela, todos nos abonamos”, dice Mateo Lora, comunicador de 22 años.
La llegada de Teo fue anunciada por el alcalde y el gobernador. Tuvo los ya conocidos giros dramáticos que anteceden a la concreción de un fichaje de ese nivel, muy calcado al estilo de Álex Char con el Junior: el rumor, la filtración de un video, noticias de que el fichaje está caído, y la noticia feliz. Teo Gutiérrez, nuevo jugador del Real Cartagena. “Un final feliz, gracias a Dios. Le doy las gracias al señor alcalde de Cartagena, al gobernador, por su apoyo, por ese esfuerzo muy grande que están haciendo”, dijo Teófilo ante los medios con la camiseta del Real y junto a Turbay y Arana.
A su debut asistieron 17 mil personas, el estadio estaba lleno. El equipo ha contratado a otras figuras que han motivado más a la afición: el volante cartagenero Christian Marrugo y el joven delantero “Chino” Sandoval. Ambos jugadores con cartel, reconocidos en la primera división y de una alta jerarquía para el nivel de la segunda.
—¿Gobernador, siente que lo reconocen por la gestión con el Real? ¿Siente que eso le ha ayudado a su imagen? — Le pregunta La Silla Vacía
—El día que Teo debutó se llenó el estadio, que hace 20 años no se llenaba, ¿qué crees que pensaron esas 17 mil personas que vinieron? —dice, y se responde— que hoy hay dos administraciones, departamental y distrital, trabajando para que Cartagena vuelva a recuperar el orgullo y el sentido de pertenencia por sus cosas. Y una herramienta para levantar ese orgullo es el Real Cartagena.
El sello de la Gobernación y la Alcaldía está en todos lados. En los bancos de suplentes, en las vallas de publicidad y en la camiseta del equipo están los símbolos de ambas entidades. En otras oportunidades, los mandatarios han invitado a niños de programas distritales y departamentales para que conozcan al equipo y el estadio. Rifan camisetas. Un periodista local recuerda que hasta se ha hecho publicidad para el pago del impuesto predial.
El presidente del Real Cartagena es Renato Damiani, socio de Colombia Gol, una agencia que vende jugadores de fútbol. Llegaron al Real Cartagena promocionando los jugadores de su agencia, pero en el 2020 compraron la mayoría de acciones del equipo, durante la pandemia que afectó las finanzas.
Su negocio había sido promover jugadores para venderlos y en el Real han tenido un perfil bajo. Y ahora, con este boom del equipo, les ha cedido el protagonismo mediático a Turbay y a Arana. El partido lo ve en un sector distinto al de los mandatarios.
La tribuna que busca ganarse Dumek y Yamilito
El estadio está vestido de amarillo y verde. “No hay excusas para el ascenso”, dice un trapo colgado en la tribuna norte. Es la exigencia del equipo este semestre. En norte y sur las barras del Real Cartagena saltan y cantan “a mí no me importa los descensos, yo te alentaré con sentimientos”. La tribuna oriental es la más vacía, allí pega el sol intenso de frente. La occidental es la que está más llena. La asistencia va variando de acuerdo a la importancia de los partidos, hoy hay solo un tercio de los hinchas.
En la zona de prensa, “Lucho” Anaya relata el partido de pie y gritando con emoción para su medio Primer Tiempo. Menciona jugadores, “el maestro Marrugo”, da estadísticas, “que jugador Teo, 3 goles y 7 asistencias en 11 partidos”, alienta a los hinchas que están cerca y les pone el micrófono para que el ambiente se escuche en su transmisión.
“Lucho” Anaya dice que el interés es palpable. Cuenta que hubo una época en la que llegaron a ser el único medio transmitiendo, pero que hoy hay unas seis transmisiones del Real Cartagena. Las transmisiones de su medio Primer Tiempo se dispararon: pasaron de 2 mil reproducciones en sus canales de YouTube y Facebook, a 80 mil reproducciones la tarde del debut de Teo. Calcula que las transmisiones actualmente están en alrededor de 40 mil reproducciones.
“Antes, si tú ibas al estadio, solo conseguías agua y gaseosa, porque no era rentable”, dice Anaya. Hoy el ambiente es otro, hay un restaurante de pollo adentro del estadio. Se venden crispetas, gaseosas, cervezas, mango biche, perros calientes.
En las afueras del estadio también hay otro movimiento. Cientos de personas con camisetas amarillas hacen fila para ingresar. Están los tradicionales revendedores de boletas, vendedores de raspao y papitas y vendedores de camisetas a la espera de sus clientes.
Freddy Heredia tiene 20 años vendiendo camisetas de equipos de fútbol. “Yo me viajo con los 42 equipos. Yo voy pa’ donde sea. Pero antes no vendía camisetas del Real Cartagena”, dice Heredia, acento cachaco. Dice que ha vendido más de 100 camisetas del Real en la temporada.
El auge del Real Cartagena ha sido tal que el restaurante Distrito Burger, con siete puntos en la ciudad, sacó la hamburguesa “La Real” en honor al equipo. Luis Carlos De León, uno de los dueños del negocio, tuvo la idea: “Estábamos buscando un producto que fuera muy cartagenero, porque es una marca muy de la ciudad. Algo que supiera a Cartagena y yo les dije: ‘Qué más cartagenero que el Real, que más auge que lo que está pasando con el Real Cartagena modelo 2024’”.
Pero no todo ha sido fiesta para el Real Cartagena. En el minuto 52, hay penalti para Orsomarso, un equipo del Valle del Cauca que hoy es rival de Real Cartagena. Gol. Caras largas en las tribunas y de Turbay y Arana. La frustración total llegó con el segundo gol de Orsomarso, que definió el encuentro. “Le pedimos disculpas a la afición”, se excusó Teo en rueda de prensa.
De los resultados dependerá de si la espuma del Real Cartagena le juega a favor a Turbay y a Arana. Si el equipo falla en lo deportivo, esa espuma podría desaparecer o hasta jugarles en contra. La afición se divide entre quiénes la gestión de los mandatarios con el Real les importa a la hora de calificarlos o a los que no.
“Mi percepción no cambia por el fútbol, porque ser alcalde tiene otras responsabilidades más grandes que presentar jugadores”, dice Mateo Lora, que asiste con su familia.
A las afueras del estadio, Eulalia Ordóñez, modista de 77 años, dice “estamos pidiendo que tengamos médicos, medicina, porque no tenemos, pero también queremos que el Real suba”.