El modelo de apalancar grandes inversiones públicas con deuda de Barranquilla se ha replicado en el Atlántico con Elsa Noguera y Eduardo Verano. En el periodo de Noguera la deuda se incrementó más del doble y quedó en un billón de pesos. Ahora, en sus primeros meses, Verano aplicó la misma fórmula y ya le fue aprobado un cupo de endeudamiento por medio billón.
Se trata de una deuda más moderada que la de Barranquilla con Álex Char. Además, el Atlántico tiene el aval de la calificadora de riesgo Fitch Ratings, que le otorga la mejor calificación posible. Sin embargo, llama la atención el crecimiento acelerado, los altos montos a pagar en intereses e indicadores como la sostenibilidad, que están al límite.
Noguera trasladó el modelo charista al Atlántico, con obras de infraestructura importantes, concesiones y un polémico modelo de contratación a través de empresas mixtas. Para lograrlo endeudó el departamento. Verano, amarrado con esa deuda y compromisos de campaña, optó por una nueva deuda para cumplir su programa de gobierno.
“Están copiando el modelo del Distrito a dos niveles. Uno, endeudamiento alto, agotar lo más que se pueda la capacidad de endeudamiento. Y el otro es que sobresale la infraestructura física en las inversiones”, dice Wilson Roca, profesor de economía de la Universidad del Atlántico.
Más allá del debate sobre la solidez financiera, ya se empieza a abrir una discusión sobre cómo se está gastando la plata. En Barranquilla y Atlántico se han privilegiado inversiones en cemento, infraestructura. Esto permite ejecutar grandes sumas y cortar cintas. Sin embargo, voces influyentes del departamento, como la del empresario Antonio Celia, cuestionan este énfasis, que no ha generado grandes saltos de riqueza, y deja de lado inversiones sociales en temas claves como la educación.
Así se endeudó Elsa Noguera
Noguera ha sido uno de los principales alfiles de la poderosa casa Char. Durante sus cuatro años como gobernadora del Atlántico, a donde llegó impulsada por ese grupo político, replicó fórmulas del modelo de contratación del charismo en Barranquilla. Noguera adjudicó millonarios contratos a través de las empresas mixtas de la ciudad, como Edubar, Puerta de Oro y K-Yena.
Los procesos a través de las empresas mixtas suelen ser más opacos, pues se rigen por el derecho privado y es difícil hacerles seguimiento. En Barranquilla, además, se ha generado una concentración de contratos en unos pocos contratistas amigos. En el Atlántico, con Noguera, La Silla reveló casos en los que esa concentración se repitió a favor de la empresa de los hermanos Daes, aliados de la casa Char y con otra empresa en la bolsa de valores, Tecnoglass.
Noguera también contrató bajó la figura de crédito proveedor infraestructura hospitalaria, una fórmula en la cual el contratista saca de su bolsillo para pagar la obra y solo cuando se termina la gobernación paga. Es una figura que limita la pluralidad de oferentes pues solo empresas grandes tienen el músculo financiero para asumir la obra en esas condiciones.
Como parte de la fórmula charista, Noguera también incrementó la deuda pública en un 155% y las vigencias futuras en un 82%, en su periodo de 2020 a 2023.
El secretario de Hacienda durante el gobierno de Noguera, Juan Camilo Jacome, justifica las inversiones: “Teníamos una deuda social muy alta con la gente del Atlántico y las consecuencias sociales y económicas, producto de la pandemia, hizo que esta se multiplicara. Solo las inversiones en agro y turismo están representando un incremento de 100 mil millones de pesos anuales en el PIB del Atlántico”.
El endeudamiento fue posible por con la aprobación de la Asamblea, donde 13 de los 14 diputados eran de gobierno. La Asamblea le aprobó a Noguera dos cupos de endeudamiento que suman un billón de pesos. Buena parte de esos recursos se destinó para la construcción y remodelación de plazas y parques, construcción de acueductos y alcantarillado e infraestructura hospitalaria.
Noguera recibió una deuda de 405 mil millones de pesos, y dejó una deuda de un billón 38 mil millones. El porcentaje de la deuda en relación con el presupuesto pasó de 27% a 44%.
Esa cifra es la más alta de las gobernaciones grandes de Colombia. El porcentaje de la deuda en relación con el presupuesto de Antioquia es del 34%, Cundinamarca del 27% y Valle del Cauca de 19%, según datos del 2023.
Aun así, es menor al nivel de deuda que dejó Jaime Pumarejo en Barranquilla: del 57% de deuda en relación con el presupuesto. Es similar a la que dejó Char en su segunda Alcaldía en 2019, del 43%.
Además de la deuda, las vigencias futuras comprometidas casi se duplicaron. Noguera recibió una gobernación con 453 mil millones comprometidos en vigencias futuras y la dejó en 828 mil millones de pesos hasta el 2037. Es decir, 375 mil millones de pesos más.
De las siete gobernaciones principales, Atlántico es la que tiene más vigencias futuras comprometidas con relación al presupuesto. Es del 35%, mayor al 28% de Santander y 21% de Antioquia.
Durante el gobierno de Noguera, la Asamblea aprobó seis ordenanzas que comprometieron vigencias futuras extraordinarias, pero fue una la que generó el incremento más considerable. Se trata una concesión de turismo que pasó de agache en el debate público y de la que no hay registros en prensa.
La ordenanza 579 de 2022 ordenó comprometer vigencias futuras por 443 mil millones de pesos hasta el año 2037 para la “gestión, promoción e implementación del plan maestro para la conservación integral, revitalización y sostenibilidad de los proyectos de infraestructura turística”. Es decir, una concesión para el mantenimiento y gestión de cinco obras turísticas, entre ellas el Centro Gastronómico de Puerto Colombia, el mercado de La Sazón de Puerto Colombia y el Centro de Deportes Náutico, que tienen retrasos en la ejecución.
Noguera le entregó la gerencia del proyecto a la empresa mixta Puerta de Oro, que adjudicó el proyecto en junio del año pasado tras una convocatoria en la que se presentaron tres proponentes. Se los ganó un consorcio de las empresas Amgo Construcciones SAS e Ingeniería de Proyectos y Construcción SAS.
La gobernación amarrada de Verano
El gobernador Eduardo Verano llegó con muchos compromisos con las casas políticas del Atlántico, especialmente con los Char. Por eso, su gabinete está lleno de cuotas y las carteras más importantes, como Salud y Educación, están a cargo de fichas de los Char.
En lo económico también llegó amarrado. Por un lado, por compromisos de campaña, Verano le cedió 78 mil millones (de unos 125 mil) del impuesto de tasa de seguridad al alcalde Char para 2023.
Por otro lado, Verano tiene que cumplir los compromisos de deuda y vigencias futuras que dejó Elsa Noguera. En sus cuatro años, Verano tendrá que pagar, de lo heredado, 302 mil millones en vigencias futuras. Eso es 162 mil millones más de lo que Noguera pagó en vigencias heredadas en sus cuatro años.
Pero además, Verano ya comprometió nuevas vigencias futuras de la tasa de seguridad por los acuerdos con Char. Comprometió un billón de pesos hasta el 2034 de la tasa de seguridad. La mayoría de esos recursos estarán destinados a proyectos en Barranquilla, como la construcción de estaciones de policías y de un centro de inteligencia.
En cuanto a la deuda vía créditos, Verano pidió un cupo de 500 mil millones de pesos, que fue aprobado por unanimidad por la Asamblea. El proyecto indica que la deuda será invertida en infraestructura vial, mejoramientos de viviendas, un plan de estabilización costera, dotación de casas y centros culturales y dotación de infraestructura educativa.
Hasta el diputado de oposición, Alfredo Varela, apoyó el endeudamiento. “Para nadie es un secreto que el departamento del Atlántico está en una situación financiera dura (…) Pero tenemos que hacer algo en esta Asamblea porque mal haríamos en no acompañar al gobernador actual a que le cumpla a las familias del Atlántico”.
La alerta principal es porque, en las proyecciones de capacidad de endeudamiento que presenta la Gobernación, la sostenibilidad (un indicador que divide la deuda entre los ingresos corrientes) está en un 99%, solo uno por ciento por debajo de lo que sugiere la ley.
Hasta el 2021, la ley impedía que entidades territoriales con una sostenibilidad superior al 80% contrataran nuevas operaciones de crédito público. Sin embargo, modificaciones en el gobierno de Iván Duque abrieron la puerta a nuevas gabelas: las entidades se podrán endeudar si tenían una sostenibilidad inferior al 100% y si no la tienen, pero cuentan con al menos la segunda mejor calificación de riesgo, también podrán endeudarse.
Durante su periodo, Verano pagará 532 mil millones de pesos en amortizaciones a la deuda y 795 mil millones en intereses. La sostenibilidad la dejará en un 65%, según sus proyecciones. Aunque con altos niveles de interés, parece ser una deuda mucho más moderada que la de Char en Barranquilla, que dejará la sostenibilidad en un 159%, según proyecciones de la Alcaldía.
Al menos en deuda, Atlántico empieza a transitar el camino de Barranquilla. Aún está por verse si las inversiones mejoran la vida de los atlanticenses.