“A mi hijo le deseo suerte y fuerza. Que estos sucesos forjen su carácter y pueda reflexionar sobre sus propios errores”. Esa fue la respuesta del presidente, Gustavo Petro, ante la noticia este sábado de la captura de su hijo mayor, Nicolás Petro, investigado por la Fiscalía por lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
La reacción del presidente, por un lado, manda un mensaje de respeto a la justicia que contrasta con actitudes de algunos de sus antecesores. Pero Petro va más allá. Al invitar a Nicolás a “reflexionar sobre sus propios errores”, pone un manto de culpabilidad sobre su hijo en un proceso que apenas empieza. Así, el presidente trata de desmarcar a su gobierno del escándalo.
Es una apuesta difícil porque Nicolás ha sido el más protagónico de los hijos de Petro en la política; porque su captura se da meses antes de unas elecciones regionales en las que muchos candidatos cercanos a Petro hacen campaña justamente con la bandera anticorrupción; y porque inevitablemente tener un hijo en la cárcel investigado por lavado de activos golpea simbólicamente a un presidente que desde el primer día ha intentado tener un rol internacional.
Además, porque la acusación contra Nicolás es que se enriqueció con plata de figuras cuestionadas que iba para la campaña de su padre. Esto vuelve a poner el foco sobre la plata con la que Petro se impulsó para llegar a la presidencia, un frente en el que ya han sembrado dudas las declaraciones de su exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, y el hecho de que hay pagos no reportados, como ha demostrado La Silla en varias investigaciones.
Del “yo no lo crié” al que “que reflexione sobre sus errores”
Desde que el caso de Nicolás Petro se hizo público, Gustavo Petro ha puesto distancia entre él y su hijo. “Yo no lo crié. Esa es la verdad”, dijo en una entrevista en marzo, días después de que se conoció el caso. Day Vásquez, exesposa de Nicolás Petro, acusó a este de recibir plata de narcos y empresarios cuestionados para la campaña presidencial, de no reportarla y de quedarse con ella.
Como reveló La Silla, Petro supo de las acusaciones contra Nicolás desde diciembre de 2022. Otra de sus hijas, Andrea Petro, recibió a Day Vásquez en su casa en Francia. Allí Vásquez le contó a Andrea Petro de su ruptura con Nicolás y de las pruebas que tenía contra él. Y Andrea Petro viajó a Colombia en diciembre para informar a su padre del futuro escándalo.
La primera respuesta de Petro fue esperar. Puso a parte de su círculo cercano, incluida a Laura Sarabia, a investigar. Recién confrontó directamente a Nicolás en enero, y días después, el 1 de febrero, Petro se reunió con Day Vásquez. Este sábado la Fiscalía también pidió capturar a Vásquez.
Aunque muchos han valorado que Petro pidiera la intervención inmediata de la justicia en el caso de su hijo, el presidente solo actuó en público en marzo, horas antes de que el caso se conociera en los medios. Petro sacó un comunicado el 2 de marzo en el que pidió investigar a su hijo.
En ese primer comunicado Petro dejó claro que su prioridad era su rol como presidente. “Quien quiera interferir en ese propósito, para sacar provecho de este, no tiene cabida en el gobierno, incluso si son miembros de mi familia. Confío en que mi hermano y mi hijo puedan demostrar su inocencia, pero respetaré las conclusiones a las que llegue la justicia”, escribió el presidente.
Fue una respuesta muy distinta a la que dio el propio Petro meses después, cuando estalló el escándalo que involucra a Laura Sarabia, su mano derecha en el gobierno, la cual salió del cargo en junio cuando se reveló que, tras un caso de hurto en su casa, la que era su niñera fue chuzada ilegalmente por la Dijín.
Petro fue mucho más vocal en la defensa de Sarabia. “Ningún miembro del gobierno ha dado ninguna orden de interceptaciones telefónicas”, dijo. Y al anunciar la salida de Sarabia agregó: “Mi funcionaria querida y estimada se retira del gobierno”.
Esa calidez con Sarabia, que no se vio en el caso de Nicolás Petro, muestra dos aproximaciones del presidente a las crisis: la defensa directa si implican a su gobierno, y la de la distancia, si involucran a su familia, como también se ha visto con los señalamientos contra su hermano, Juan Fernando Petro, a quien Petro pidió investigar por sus presuntos ofrecimientos de beneficios a criminales en las cárceles.
En el caso de Nicolás Petro medió otro factor en la respuesta fría de Petro: su poca cercanía personal con su hijo mayor. Nicolás es el único de los seis hijos de Petro que nunca ha vivido con su padre. Petro lo tuvo cuando aún era guerrillero del M19 y Nicolás creció en Ciénaga de Oro, mientras que Petro empezaba su carrera política en Bogotá. Nicolás se acercó años después, ya siendo un adulto, con interés en la política.
Y es justamente esa carrera política común la que hace más difícil el intento del Petro presidente de desmarcarse del hijo que, hace varios años, venía presentando como una especie de sucesor y sobre todo como una carta para consolidar el petrismo en la Costa.
El efecto Nicolás
Hace cuatro años, Gustavo Petro levantaba la mano de su hijo Nicolás en una tarima de Soledad. Atlántico, y lo presentaba como su candidato a la gobernación de ese departamento: “Yo los invito a votar por la decencia. ¿Cuál es la diferencia entre un político decente y uno que no lo es? El Corrupto compra el voto. El que es decente no compra un voto”, dijo Petro.
Vamos este 27 de octubre a darle la espalda a la corrupción y a la compra y venta de votos.
¡Vamos a votar por la decencia!
Palabras de @petrogustavo en Soledad, Atlántico. pic.twitter.com/d5PDtlQeUG
— Nicolás Petro Burgos (@nicolaspetroB) October 7, 2019
Ese énfasis en la decencia que ha puesto Petro en toda su carrera política, y con el que describió a Nicolás, ahora se vuelve en su contra. En especial, a unos meses de las elecciones regionales en las que Petro pondrá a prueba la capacidad de su movimiento, el Pacto Histórico, para consolidarse como un poder más allá de la presidencia.
Es un golpe aún más duro para Petro porque el caso no salpica solo a su hijo, sino a varias figuras protagónicas de su sector político.
Entre estos destaca Máximo Noriega, coordinador de tres campañas presidenciales de Petro en el Atlántico y quien era la apuesta de Nicolás a la gobernación. Noriega fue señalado por Day Vásquez de ser quien recibió la plata del exnarco Samuel Santander Lópesierra, conocido como “El hombre Malboro”. La misma con la que Nicolás Petro se habría quedado. Noriega recibió el aval del Pacto Histórico a la gobernación, pero horas después, tras la captura de Nicolás, el aval le fue retirado.
Entre los señalados por Day Vásquez hay otras figuras del petrismo en el Atlántico como Germán Londoño, mano derecha de Nicolás, y Camilo Burgos, su primo y aliado político.
Nicolás Petro era, desde hace varios años, la cara del petrismo en el Caribe. Por eso el impacto es general en esa región, clave para el presidente y que en gran medida lo impulsó para llegar a la Casa de Nariño.
Este escándalo, además, se suma a otro golpe a su campaña en la Costa: los audios revelados del exembajador en Venezuela, Armando Benedetti. En uno de estos, enviados por Benedetti a Laura Sarabia, el entonces embajador amenaza con “decir quién dio la plata en el Caribe para la campaña”, lo cual ha alimentado señalamientos de una presunta financiación ilegal de la campaña.
El caso de Nicolás también toca a funcionarios del alto gobierno, como el exministro del Interior, Alfonso Prada, hoy embajador en Francia. Day Vásquez señaló al exministro de negociar puestos en el ministerio para Nicolás Petro, algo que Prada ha negado.
Y los impactos pueden escalar con los meses. Fabio Humar, abogado penalista, explica que la solicitud de captura contra Day Vásquez no excluye que esta pueda colaborar con la Fiscalía para dar información sobre Nicolás Petro. “Ella puede ser testigo de los hechos que conoce, tener un preacuerdo o un principio de oportunidad en la que se convierta en testigo”, dice.
Así, mientras más avance el proceso y más detalles se conozcan, más afectado se verá políticamente el gobierno Petro. La noticia de la captura ya hizo eco en los principales medios internacionales, como The New York Times, la BBC y El País de España, que titularon: “Hijo de presidente de Colombia capturado por lavado de dinero”.
Y aunque el presidente ha tratado de responder a la crisis trazando una línea que lo separe de su hijo, puede no ser suficiente para evitar el costo político. En especial por el hecho de que, aunque no crió a Nicolás, es un hecho que fue quien lo lanzó a la política y lo puso en la posición de poder de la que habría abusado.