Juan Manuel Flórez Arias https://www.lasillavacia.com/author/juan-manuel-florez-arias/ Wed, 03 Jan 2024 05:40:17 +0000 es-CO hourly 1 https://www.lasillavacia.com/wp-content/uploads/2023/01/cropped-favicon-silla-1-32x32.png Juan Manuel Flórez Arias https://www.lasillavacia.com/author/juan-manuel-florez-arias/ 32 32 223758139 Federico Gutiérrez, el sheriff presidenciable que regresa a Medellín  https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/federico-gutierrez-el-sheriff-presidenciable-que-regresa-a-medellin/ Wed, 03 Jan 2024 05:09:39 +0000 https://www.lasillavacia.com/?p=225071

Perfil de “Fico”, quien repetirá Alcaldía tras quemarse en su aspiración presidencial. Promete enderezar el camino trazado por Daniel Quintero y no renunciar al cargo antes de tiempo. 

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Parecía que esperaban a una estrella de rock. “Pronto llegará el alcalde”, repetía la voz de la funcionaria a una decena de periodistas y fotógrafos en la sala central de la estación de la Policía Metropolitana, en el centro de Medellín. Estaban convocados para un gran anuncio. La noche anterior, el 3 de julio de 2018, la Policía había atrapado a dos jefes de las bandas criminales de Altavista, en el occidente de la ciudad: Chatán, líder Los Chivos, y Diego Pájaro, cabecilla de Los Pájaros.

Ambos estaban en el organigrama de los más buscados del alcalde Federico Gutiérrez. En 2016, cuando asumió el cargo, Gutiérrez comenzó a compartir en sus redes sociales un tablero con las fotos de los líderes de las bandas criminales. Cada que atrapaba a uno, ponía una X sobre la foto en el tablero. En dos años había tachado 102 fotos.

“En cualquier momento llegará”, repetía la comunicadora. “¿Cuándo empieza la obra de teatro?”, le susurró uno de los periodistas al fotógrafo que lo acompañaba. Los dos detenidos estaban en la estación, pero no habían dejado que la prensa los viera. El alcalde había dado la instrucción de que antes quería hablar con los cabecillas en privado.

Pasó más tiempo y entonces se abrió una puerta. Los detenidos salieron. Diego Pájaro apenas llegaba a los 25 años y Chatán tenía 21. Cruzaron el patio central de la estación de Policía con las manos esposadas y sostenidos a cada lado por un hombre de uniforme. Desfilaron en medio de la multitud de periodistas y funcionarios, con la mirada hundida en el suelo, sin decir nada, hasta un salón contiguo al patio donde estaba el alcalde.

Federico —el pelo largo hasta los hombros, la camisa blanca con el primer botón desabrochado y las mangas remangadas en los codos— los esperaba de pie. Invitó a Chatán y a Diego Pájaro a sentarse, aún esposados. El alcalde se quedó erguido. Se inclinó y apoyó una mano sobre la mesa, se puso la otra en la cintura y les dijo: “Bueno, ¿cómo hacemos para que sus hijos no sean como ustedes?”.

Las palabras heredadas, para la victoria y la derrota 

“Hay pocas cosas en la vida que son buenas en exceso, y una de ellas es la gratitud”, dijo Federico el 9 de diciembre de 2021, cuando entregó casi un millón y medio de firmas ante la Registraduría. Entonces, competía para ser el candidato presidencial de una coalición de centro derecha, en la que también pujaban el exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa; el nuevamente alcalde de Barranquilla, Alejandro Char; y el conservador David Barguil. 

Lo del agradecimiento en exceso se lo heredó a su mamá, Amparo Zuluaga. Y esa herencia la usó en la Registraduría, en plena carrera por la Presidencia; cuando ganó la Alcaldía de Medellín por primera vez, en 2016; y sobre el agradecimiento volvió el 29 de octubre pasado, cuando se convirtió nuevamente en alcalde de la ciudad. “Esta no es una discusión de izquierda, derecha o centro. Esta es una discusión sobre el sentido común, que primará en nuestro gobierno. Pa’ fuera la corrupción, pa’ fuera con el odio. Que llegue la esperanza y que vuelva la confianza”, dijo Gutiérrez primero. 

Y luego volvió sobre su herencia. “Y gracias al país por acompañarnos con tantos candidatos a alcaldías, concejos, gobernaciones y asambleas con nuestro partido Creemos. Gracias a mi papá y a mi mamá. Lo que soy es gracias a ellos, que me están guiando desde el cielo”. En ese momento, “Fico” mencionó a un amigo, también fallecido. Guardó silencio y miró por varios segundos al cielo. Se convertía de nuevo en alcalde de su ciudad. Venía de quemarse en la primera vuelta presidencial. 

Federico Gutiérrez en su discurso como alcalde electo de Medellín, el 29 de octubre de 2023. Foto: Cortesía

La última semana de la campaña está grabada en la memoria de Verónica Suárez, quien le escribía los discursos a Federico y quien será gerente de Proyectos Estratégicos en su segunda alcaldía. “Esto se nos salió de las manos”, dijo la comunicadora cuando una encuesta ubicó al ingeniero Rodolfo Hernández segundo antes de ir a las urnas. Y en los días previos hizo los sondeos de rigor en cada taxi que tomó. “Venga”, decía, “usted por quién va a votar”. Por el “viejito”, respondían los conductores. Ese fue el medidor definitivo. 

—Muchachos, yo les quiero agradecer —dijo Gutiérrez cuando la tendencia ya lo dejaba por fuera de la segunda vuelta—. No cruzamos la línea ética en esta campaña. 

Minutos antes, cuando empezó el conteo, “Fico” y Verónica intercambiaron chats: “Tenemos que estar preparados”, escribió el aún candidato. “Yo estuve a su lado ese día. Y entonces lo quise y lo admiré más. Su entereza emocional yo no la había visto en nadie. Tenía dos discursos, uno para la victoria y otro para la derrota”, dice Verónica. En ambos estaba la herencia de sus padres. El único exceso que le permitieron en casa. 

—El país ya habló —dijo Federico en su primer discurso tras la derrota. 

Le acompañaron su esposa, Margarita Gómez, y Rodrigo Lara, su fórmula presidencial. Entonces leyó, se apoyó en la certeza del papel, y hubo menos desparpajo. Tampoco se filtraron los chascarrillos con los que le saca risas frecuentes a la prensa. 

—En muy poco tiempo, siendo dos caras nuevas de la política nacional, hemos logrado mucho. Para nosotros, siempre estará por encima el país —continuó “Fico”.

Le dijo a Verónica que en el discurso debían tomar postura, que el país no estaba para tibiezas. “Me dijo: ‘no confío mucho en ese señor Rodolfo, pero no voy a votar por Petro ni en blanco. Seré coherente. Anunciaré mi voto ahorita. Hacemos un discurso corto. Y ya’”. Así fue el discurso, preciso, pero a dos bandas y con una fecha: un espaldarazo a Hernández; una declaración de “guerra” a Petro; y la mira en el 19 de junio, día de la segunda vuelta.  

“No hemos hablado con Rodolfo”, aclaró Federico en su salida a medios el 29 de mayo de 2022. “No queremos perder el país y no vamos a poner en riesgo su futuro, el de nuestras familias y el de nuestros hijos. Por eso, votaremos por Rodolfo y Marelén. No seremos indiferentes”, sostuvo. Y luego recogió lo aprendido durante la campaña, en la que fue un claro opositor de Petro y de quien lo seguiría siendo una vez regresara a casa derrotado, pero con más de 5 millones de votos bajo el brazo. 

“Gustavo Petro, por todo lo que ha dicho, y todo lo que ha hecho, no le conviene a Colombia. Sería un peligro para la democracia, para las libertades, para la economía, para nuestras familias y para nuestros hijos”, sentenció Gutiérrez en su discurso de entonces, aún con papel en mano. 

Pero la derrota no siempre es derrota, dice Orlando Uribe, amigo y mano derecha de “Fico” en temas económicos, quien además repetirá en Hacienda en esta administración. Lo de Federico fue una gesta, afirma, porque nadie lo conocía por fuera de Antioquia y tuvo que armar equipo de forma vertiginosa. “La de él es la política del sentido común; la de las necesidades de la gente. Estudió mucho para entender los problemas del país, las dinámicas económicas y rurales. Y la gente se lo agradeció”, sostiene. 

Y aunque Gutiérrez llegó a la Alcaldía como independiente en 2016 y soportó su intento presidencial en la recolección de firmas, la suya no fue una campaña sin músculo. En el camino se convirtió en el candidato de una coalición de centro derecha con ecos en los partidos tradicionales y políticos de vieja data. También recibió el respaldo de grandes empresarios. Fueron 90 los líderes de empresas del país que se montaron en su campaña, jalonados por Mario Hernández. 

La cosa, dice Verónica, es que el río estaba cuesta arriba. “Fico” caminó Colombia como caminó Medellín, dice la comunicadora. Como cuando hacía avanzadas por los vericuetos de las más altas comunas de la ciudad en su primera administración, se fue a la Colombia pobre, alejada del gobierno central. Así, en un barrio de un pueblo del que Verónica no recuerda el nombre, Gutiérrez probó una pizca del hartazgo de parte del país. 

—Vea —le dijo un votante a “Fico”—. Usted nos cae muy bien, es honesto, querido. Es más: aquí solo ha venido usted, pero igual votaremos por Petro. 

—¿Pero por qué? —cuestionó Federico. 

—Puede que con Petro sigamos comiendo mierda —fue la primera parte de la respuesta—. Pero si él gana, ustedes, los privilegiados de este país, también van a comer mierda.  

Discurso de Federico Gutiérrez tras quemarse en la primera vuelta presidencial de 2022. Foto: Cortesía

El talento para nombrar

Hubo una época en la que Federico se burlaba de los discursos políticos. Él y su amigo Juan David Valderrama, con el que coincidió en los años ochenta en el colegio del Opus Dei Gimnasio Alcázares, se reían de uno de sus compañeros que recitaba los discursos de Jorge Eliécer Gaitán.

“Fico y yo no hablábamos de política. Solo de fútbol. Él es de Nacional y yo del Medellín. Nos manteníamos jugando partidos, aunque él no era tan buen jugador”, dice Valderrama.

Tampoco destacaban como estudiantes. “En un año apostamos a cuál perdía más materias. Y cuando los profesores iban a enviar el informe quincenal a los padres, les rogábamos que nos bajaran un poco más la nota”, recuerda Valderrama.

Federico era el hermano del medio entre dos mujeres: Catalina, un año mayor, y Juliana, 6 años menor. Juliana dice que entre los tres él era el único al que su mamá no era capaz de regañar. “Entraba furiosa a decirle algo y salía atacada de la risa. Una vez una vecina le dijo que quería ponerle a su hijo Federico y mi mamá se alarmó. Le dijo que lo pensara bien porque no iba a ser Federico, sino Joderico. La personalidad venía con el nombre”.

Parte de la disciplina corría por parte de su papá, Hernán Gutiérrez, un ingeniero civil reconocido en la ciudad y con altos cargos en Eafit y la Universidad Nacional. Por él pasaban ciertas reglas innegociables como que cada domingo, sin importar la hora a la que hubiera llegado esa madrugada de alguna fiesta, Federico se debía levantar a lavar el carro familiar.

“Era un Mazda 323 NS al que le decíamos la Uva Pasa, porque Federico lo chocaba en todas partes”, dice Juan David Londoño, su vecino de la infancia en Belén Alameda, al occidente de la ciudad; para la época, un barrio de clase media alta, de casas grandes con ventanales imponentes y jardines en las fachadas.

Federico era el centro en torno al cual gravitaba la vida social del colegio y la del barrio. Organizaba las fiestas, los paseos, los partidos de fútbol. También era bueno inventando apodos. “Creo que él puso todos los del barrio”, dice Juliana.

Cuando llegó a 11 coordinó el anuario de su colegio. Habló con cada estudiante que se iba a graduar y recolectó en un libro sus historias, sus fotos y los apodos que él mismo les había puesto. “Creo que por eso no lo echaron del colegio, porque estaba encargado del anuario. Hasta hace unos años, antes de que vendieran la casa de mis papás, todavía había un cuarto lleno de cajas con los anuarios de Alcázares”, dice Juliana.

El hincha de Nacional de pelo largo que se reía de la política tenía un rasgo clave para ejercerla: el talento para nombrar. El nombre que hace al otro sentirse visto. Lo mantuvo cuando dejó el colegio y pasó a la universidad. Primero en Eafit, donde estudió la misma carrera que su papá: Ingeniería Civil. Allí perdió cálculo tres veces seguidas y al final desistió e intentó en la Universidad de Medellín. Varios de sus amigos coinciden en que era un vago, y también en que no pasaba desapercibido.

Una de sus compañeras, Laura López, recuerda que caminar por el campus con Fico era un  ejercicio de paciencia. “Nos demorábamos casi una hora para cruzar cien metros entre el bloque de ingeniería y la biblioteca, porque Fico se detenía cada dos pasos a saludar a alguien”. Su carisma es ese: el de alguien que convence a otros de seguirlo porque sabe sus nombres, porque los reconoce entre una multitud y se detiene a apretarles la mano.

El oficio de ser seguido

Federico Gutiérrez y Jaime Cuartas probaban su destreza subiéndose a los buses a hacer campaña, mientras Santiago Gómez los observaba desde la acera. Era 2003 y ellos tres eran todo el equipo de la campaña para llegar al Concejo. Se paraban en los semáforos, pedían permiso en las universidades para dar discursos en las clases, Jaime y Federico cubrían las rutas de bus, y pasaban por los puestos repartiendo volantes en vez de dulces. Y en las noches los tres se reunían a comer perro caliente en la calle. 

Se habían conocido siete años atrás, cuando pertenecieron a un grupo político de jóvenes que se llamó Universitarios Haciendo Nación (UHN). Lo que los reunió al principio fue la indignación. Era 1996 y la noticia principal del país era el proceso 8.000, una investigación contra el presidente Ernesto Samper por la posible entrada de plata del narcotráfico en su campaña.

Federico, que no había pensado en la política hasta entonces, se interesó. Comenzó a asistir a las reuniones que coordinaba Santiago Vélez Trucco, un estudiante de la Escuela de Ingenieros de Antioquia (EIA). En el grupo estaban también Santiago Gómez, quien era estudiante de Administración de la Universidad La Salle, y Jaime Cuartas, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Antioquia.

Se encontraban en una casa en la Loma de los Balsos en el barrio El Poblado de Medellín. “Creo que Federico no vio la política inicialmente como un proyecto de vida, sino como un espacio bacano para compartir con la gente. Porque cuando nos metimos en UHN había unas niñas muy bonitas en ese grupo y estábamos pelados”, dice Jaime Cuartas.

Para las elecciones de 1997, la apuesta de UHN fue llevar a Vélez Trucco al Concejo de Medellín. Con 23 años, Vélez Trucco se convirtió en el concejal más joven de la historia de la ciudad y la tercera mayor votación de esas elecciones y se llevó al Concejo como asistentes a Federico, Santiago y Jaime.

Pero al poco tiempo de empezar tuvo una descompensación química y comenzó a desvariar. Llegaba al Concejo de gabán, gafas oscuras, sombrero, y con dos muñecos: Bugs Bunny y Marvin, el Marciano. “Estaba alucinando, le daba zanahoria a Bugs Bunny en medio de las plenarias del Concejo. El día de la mujer llamaba a todas las floristerías a hacer pedidos por toneladas y a nosotros nos tocaba llamar detrás cancelando”, recuerda Jaime. 

Trucco dejó el Concejo sin haber conseguido la mayoría de las cosas que prometió en campaña. Fue una experiencia frustrante para Federico, y la última vez que hizo campaña para un equipo político que no llevara su nombre. Mantuvo, eso sí, el estilo de esa primera apuesta política: los volantes, las caminatas, las mangas arremangadas hasta los codos.  

Después de eso se lanzó al Concejo Municipal de Juventudes (CMJ) en 1999, ayudado por Jaime Cuartas, quien lo reemplazó en 2002, cuando Fico se retiró por sobrepasar los 26 años.

Luego del CMJ, Fico hizo un intento por ejercer su carrera. Trabajó como ingeniero civil en la constructora CDO, propiedad del empresario Álvaro Villegas. Pero en 2003 volvió a pensar en la política.

—Mami, es que me voy a lanzar al Concejo —dijo Federico.

—¿Yo qué hice en esta vida para que tú te vayas para la política? —respondió Amparo, según recuerda Juliana. 

Pero cedió pronto y dijo que lo apoyaba: “Eso sí, hazlo bien, con los valores que te enseñamos, Federico”.

El plan para volver a la política era este: Fico y diez de sus amigos de UHN se habían prometido en febrero de 2003 que para junio todos renunciarían a sus trabajos para empezar la campaña. En la fecha acordada, solo llegaron Federico, Santiago Gómez y Jaime Cuartas.

Eran tres, pero solo uno sería candidato. Para Santiago no había debate, era Fico. Para Jaime no era tan claro, él también quería aspirar.

Una tarde, Jaime y Federico se citaron en el Café Libro, al lado del Museo de Arte Moderno de Medellín en el barrio Carlos E. Restrepo, para decidir quién iba en el tarjetón. “Fico me dijo que él quería que yo lo apoyara, que le permitiera ir adelante, y que cuando fuera mi momento, él me apoyaría”, recuerda Jaime. Aceptó, en parte porque no tenía un peso para aportar a la campaña y Fico tenía el respaldo económico de su familia.

La versión de Fico es otra: “Ellos fueron los que me dijeron que fuera el candidato. Y yo les decía, ¿en serio yo? Que sea cualquiera de ustedes”. 

Federico Gutiérrez en compañía de Santiago Gómez, su amigo y candidato a la Alcaldía en 2019. Foto: Cortesía

En cualquier caso, el que participó en las elecciones al Concejo de 2003 fue Federico. Lo hizo con el aval del Nuevo Partido, recién creado por varios políticos uribistas que habían renunciado a los partidos tradicionales como Óscar Iván Zuluaga y Gina Parody. También se alió con el candidato a la Alcaldía Sergio Fajardo, primo mayor de su amigo del colegio Juan David Valderrama. Con Fajardo, Federico coincidía sobre todo en el estilo de campaña en la calle. Ambos ganaron.

Federico, como el único concejal de Medellín del Nuevo Partido (en 2005 se convirtió en el Partido de la U), se volvió defensor de Fajardo. Y Jaime Cuartas trabajó como subsecretario de la Juventud en esa alcaldía.

En 2007, cuando tocaba volver a decidir qué camino tomarían en las siguientes elecciones, Fico volvió a pedirle a Jaime que lo acompañara. Juntos hicieron la campaña por La U, aliados con Alonso Salazar, candidato a la Alcaldía de Compromiso Ciudadano, el movimiento político de Fajardo. 

Impulsado por el protagonismo que tuvo en el Concejo como aliado de la alcaldía de Fajardo, Fico sacó casi 14 mil votos y fue la mayor votación al Concejo en la ciudad. 

Esto le dio la fuerza para convertirse en presidente de la corporación en 2008. Y, acto seguido, rompió con el fajardismo y se alejó del nuevo alcalde, Alonso Salazar. “Nos sorprendió porque se desmarcó de una. Fico estaba en su propio proyecto”, dice el fajardista Santiago Londoño, que también fue concejal en ese periodo.

Graduado como crítico de Salazar, sobre todo en temas de seguridad, Fico lanzó su primera campaña a la Alcaldía de Medellín en 2011. Jaime Cuartas vio entonces la oportunidad para que Fico cumpliera su promesa y le propuso que hicieran campaña juntos: él al Concejo y Federico a la Alcaldía. 

“Me dijo que no, que él estaba pensando en su alcaldía”, recuerda Jaime. “Yo siempre fui el coequipero de Fico, el candidato detrás del candidato. Yo no pertenecía a ningún bloque de La U, el partido por el que él buscaba aspirar, entonces lo que me dijo fue: mire cómo se va a conseguir el aval”.  

Federico prefiere no hablar mucho del tema. “No hay que pegarse de tanta cosa ni hilar tan fino. Cada uno tiene su proceso y esa es la vida”, dice.

Jaime terminó en el Partido Verde, haciéndole campaña al rival de Fico en esas elecciones: Aníbal Gaviria. Gaviria era el candidato de los empresarios antioqueños y su principal rival era Luis Pérez, un político aliado de los políticos con maquinarias electorales. Los privados temían que Pérez pudiera ganar y por eso llamaron a Federico y le sugirieron retirarse y unirse a Gaviria.

Pero Fico no quiso ceder su lugar y acudió al expresidente Álvaro Uribe, que lo estaba apoyando. “Llamó por teléfono a Uribe y le contó lo que le estaban pidiendo”, recuerda Santiago Gómez. La respuesta de Uribe fue hacer campaña codo a codo con Gutiérrez.

En octubre de 2011, un mes antes de las elecciones, se podía ver sobre la autopista regional de Medellín una de las tantas vallas con la imagen del expresidente sosteniendo en alto la mano de Federico, mientras en la otra tenía un sombrero aguadeño. “Con seguridad gana Medellín”, decía en la margen derecha del cartel, y en la esquina izquierda superior, como si fuera una estampa, estaba grabado el nombre de Uribe.

Aun con ese impulso Federico quedó de tercero, con 120.000 votos y la alcaldía la ganó Aníbal Gaviria. Pero la derrota no lo desanimó. “Yo no perdí, gané experiencia y reconocimiento. Le dije a mi equipo que no iba a descansar un solo día de los cuatro años que venían hasta que ganáramos”, dice.

Se impuso a sí mismo disciplina desde el principio. La semana siguiente de las elecciones, Federico madrugó a continuar la campaña. Pasó varios días en la calle entregando volantes que decían: “120.000 gracias”.

Saber ganar

Amparo Zuluaga, la madre de Federico, murió un miércoles de febrero de 2015. Tenía un cáncer de tálamo en el cerebro que le detectaron en noviembre del año anterior, y del que Federico se enteró el día de su cumpleaños, el 28 de ese mes.

Dos días después de la muerte de Amparo, con la inercia de una familia fiel a sus rutinas, Hernán Gutierrez llamó a sus tres hijos y a cada uno le dijo lo mismo: “La tradición continúa y mañana los espero a todos para almorzar frijolitos”. El sábado al mediodía estaban almorzando los Gutierrez Zuluaga, como todos los sábados siguientes durante la segunda campaña a la Alcaldía.

Federico dice que no paró la campaña por el duelo: “Al minuto de eso estoy trabajando. Haciendo la vida normal. Sin dejar de pensar en ella, pero tratando de echar pa’ delante. Hay gente que se toma unos días; a mí esa pensadera y quedarme sin hacer nada me enloquecería. Yo necesito estar trabajando, haciendo cosas”. 

En las elecciones de 2015, el rival era Álvaro Uribe, su aliado cuatro años antes. Santiago Gómez recuerda que Uribe y Fico hablaron meses antes de la campaña. “Presidente, yo no lo voy a meter en líos”, le dijo Federico, cuando fue claro que había otros candidatos del uribismo.

Con el fajardismo tampoco se logró concretar una alianza. Hubo un primer acercamiento a finales de 2014, del que solo quedó la llegada de Juan David Valderrama, su amigo del colegio, quien asumió como gerente de campaña en lugar de Santiago Gómez, que siguió apoyando a Fico en otro cargo.

La sede quedaba en Belén, el barrio de la infancia de Fico. Su papá, Hernán, la visitaba con frecuencia y se dedicaba sobre todo a hablar de números con Valderrama.

—¿Valde, vos cómo ves las encuestas? —preguntaba.

—Yo veo la tendencia y vamos a ganar, Hernán —le respondía Valderrama. 

Era octubre, y  Fico era cuarto en las encuestas, con apenas el siete por ciento.

—Ombe, la amistad es muy bonita, pero ¿y la realidad? —decía Hernán.

Justo ese mes, cuenta Valderrama, empezaron a recibir presiones del equipo del candidato uribista Juan Carlos Vélez para que Fico se retirara. “Le decían a Fico: ‘No vuelva a perder, le damos un buen espacio, sea protagonista de la administración de Juan Carlos y en la próxima elección usted barre’”.

Pero Fico no quiso ceder su lugar. “Vamos, sin miedo, si perdimos, perdimos. Pero todo este esfuerzo tan grande yo no lo voy a frenar”, les dijo.

El día de las elecciones estaban en la sede de Belén cuando salió el primer boletín con los resultados: Fico estaba de primero. En el segundo boletín, bajó un puesto. En el tercero, volvió a liderar.

—Ya ganamos —decretó Valderrama por el sexto boletín.

—Esperate, esperate, güevón, no celebrés todavía —respondió Fico.

Pero su papá intervino.

—Federico, lo que dice Valde es verdad. Ya esto es irreversible —dijo.

Él seguía sin creerlo. Los reportes de resultados siguieron acumulándose. Fico ganaba por un margen del 1 por ciento. A las 5:45 de la tarde Juan Carlos Velez lo llamó y lo felicitó. En ese momento, cuando supo que había ganado, Federico recordó a su mamá: “Lo primero que pensé fue que no la tenía al lado”. 

Pero de nuevo se empujó a mirar al frente. En eso ha consistido su vida: en prepararse para ganar. “En la vida a uno le advierten mucho todo lo que puede salir mal, lo preparan para saber perder. Pero no lo preparan para lo contrario, y eso es más importante”, dice. 

Cada uno de los pasos que había dado —UHN, los dos periodos en el Concejo, la ruptura con Jaime Cuartas, la derrota en la primera campaña a la alcaldía— los veía como una antesala para ese momento: “Yo sí me preparé para saber ganar”.

Federico Gutiérrez llegó a la Alcaldía de Medellín en 2016 como el alcalde más joven de la historia de la ciudad. Foto: Cortesía

Dibujar al enemigo… ¿Y luego tenerlo como aliado?

Juliana Gutierrez se despertó a la una de la mañana con el corazón agitado. Se paró de su cama y fue a buscar a su hermano, pero no estaba. Era diciembre de 1999, Federico todavía vivía en la casa de sus padres en Belén y ese día en la tarde había salido en el carro a recoger a una amiga en el barrio Laureles. La hora de llegada a la casa, impuesta por sus padres, era máximo las dos de la mañana. Juliana esperó a Federico, pero pasaron las horas y seguía sin llegar.

Apareció a las cinco de la mañana en el carro de un amigo. En cuanto la vio, Federico se puso a llorar. Le habían robado. Dos ladrones los encañonaron a él y a su amiga en una señal de pare. Se montaron, lo obligaron a manejar hasta las afueras de la ciudad, los dejaron ahí y se llevaron el carro.

En el trayecto, mientras manejaba con una pistola apuntándole a la espalda, Fico les daba consejos a los ladrones: “Hombre, ¿por qué hacen esto? ¿Por qué se meten en esas cosas? El trabajo es una cosa muy importante. A mí me pueden matar, pero a esta mujer no la toquen”, les decía.

Cuando presencia un crimen, Federico siente una emoción más fuerte que el miedo. “Le da ira”, dice Juliana. “¿Miedo? Miedo tienen que tener esos bandidos”, le decía Fico a su hermana. Quince años después la frase se hizo famosa en su alcaldía. 

Cuando Fico empezó su periodo, en 2016, hizo de la seguridad el eje de su administración. Y aunque las amenazas en su contra por parte de bandas criminales estuvieron en los titulares desde los primeros dos meses de gobierno, él decía que no sentía miedo, cuenta Juliana: “Lo que sentía era más ganas de coger a los criminales”.

Pero primero necesitaba saber a quiénes tenía que buscar. 

La tarea se la encargó a su primer secretario de Seguridad, Gustavo Villegas, un empresario que había estado al frente de la desmovilización de los paramilitares del bloque Cacique Nutibara, cuestionada por ONGs que dicen que este proceso ayudó a consolidar el poder de alias ‘Don Berna’ en Medellín. Al poco tiempo de asumir como secretario, Villegas fue detenido, acusado de favorecer con información a bandas criminales y de una alianza con la Oficina de Envigado. 

La caída de Villegas fue un golpe para Federico, que lo ha perseguido desde entonces. 

Ocurrió el 4 de julio de 2017, día en que el alcalde dio una rueda de prensa sin el ánimo habitual. Estaba parco, formal. “La única instrucción que le he dado a mi equipo siempre ha sido enfrentar a los criminales con toda la contundencia”, dijo en su declaración, desvinculándose de los señalamientos contra su secretario de pactar con los combos.

Y así lo hizo en su posterior campaña a la Presidencia. Con el ceño tenso, y una respiración larga, Federico negó en los debates cualquier responsabilidad por el que es a todas luces el principal lunar de su carrera. En abril de 2022, a un mes de la primera vuelta presidencial, le dijo a La Silla: “Nada de lo afirmado por los delincuentes a los que ustedes se refieren pudo probarse, por una razón muy simple, no es cierto”. 

Federico se refirió a las declaraciones que dieron ante la Fiscalía Julio Perdomo, “El Viejo”; Mara Toro, líder de la banda La Terraza; y Edwin Tapias, un desmovilizado que trabajaba con Toro. Los tres afirmaron haber transado con Villegas la entrega de tres fleteros que protagonizaron el operativo más viral de la administración de Fico, comenzando 2017. 

Luego de que un video de un robo se hiciera viral el 13 de enero de ese año, Federico patentó el “sheriff” que definió toda su administración. Tras una “persecución” de 24 horas, transmitida por el alcalde en Twitter y con el despliegue de los canales regionales, Telemedellín y Teleantioquia, al día siguiente afirmó: “Se demuestra que después de 24 horas de operativos, sin descansar, derecho como vamos, se puede combatir a la criminalidad”. 

En la noche del 13 y la madrugada del 14, según reveló La Silla basada en el expediente de la Fiscalía contra Villegas, Perdomo, Toro y Tapias intercambiaron mensajes con Mariano Zea Ospina, un contratista de la Secretaría de Seguridad, que al parecer fungía como el intermediario de Villegas. El negocio, según los tres declarantes, consistió en entregar a los fleteros para que la Policía no hiciera una redada en la comuna 3. 

Y aunque la campaña presidencial de Federico desvirtuó esta sombra, e insistió en que el operativo fue exitoso gracias a las autoridades, lo cierto es que en el expediente reposan las versiones de un intercambio de mensajes entre el contratista Mariano, Perdomo, Toro y Tapias. Desde el contacto de entrada, en el que el contratista pide apoyo a Perdomo para dar con los fleteros, hasta los agradecimientos que según Toro recibió de Villegas (representado en Mariano) luego de su entrega. 

Federico Gutiérrez en compañía de Gustavo Villegas, su primer secretario de Seguridad en 2016, señalado por supuestos vínculos con la Oficina de Envigado. Foto: Cortesía

Villegas fue imputado por concierto para delinquir agravado. Y aunque interceptaciones y testimonios de miembros de la Oficina de Envigado mostraban que había intercambiado información para ayudarlos, además de adelantar un plan de sometimiento sin autorización presidencial, solo fue condenado a 33 meses de prisión por un preacuerdo con la Fiscalía. 

“La condena no tuvo ninguna relación con vinculación, ayuda o apoyo de estructuras criminales”, insistió la campaña de Federico ad portas de la primera vuelta en 2022. 

Andrés Tobón, de 26 años, un joven que había trabajado temas de seguridad en Eafit, fue el reemplazo del secretario caído de Fico. “Lo había seguido y me gustaba lo que hacía. Entonces le mandé un correo en 2014 diciéndole que me ponía a su disposición. A los 15 minutos me respondió: ‘que fuera a la oficina’”, dice Tobón, quien recuerda que su primer encargo fue encontrar a alias “Tom”, jefe de “Los Chatas”, por quien Estados Unidos ofrecía 2 millones de dólares de recompensa. 

“Revisando muy rápidamente me di cuenta que había cinco fiscales buscando a Tom por diferentes delitos y no se hablaban entre ellos. Y así estaba en general la persecución del crimen en la ciudad”, agrega. Esto llevó a Fico y a su secretario a proponer un nuevo modelo de persecución criminal. Lograron que la Dijin les asignará 150 policías judiciales y que la Fiscalía seccional Medellín aportara los fiscales de crimen organizado. 

“Ya teníamos gente para trabajar, ahora necesitábamos definir el enemigo”, dice Tobón. Hicieron un inventario criminal, un listado con las fotos y los alias de los jefes de todos los grupos. Fue otro anuario, como el de las fotos de los compañeros de colegio de “Fico”. Pero esta vez era una colección de enemigos.

Durante sus cuatro años como alcalde, Federico capturó 166 cabecillas. Con cada captura había una rueda prensa, una equis sobre su rostros en el inventario y un indicador de la guerra contra el crimen. “Federico parecía Batman defendiendo a ciudad Gótica”, dice Pablo Emilio Angarita, investigador en seguridad de la Universidad de Antioquia. 

Pero la apuesta de Fico no contrarrestó los homicidios. De hecho, escalaron. Antes de Gutiérrez, en 2015, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes fue de 20,13. En 2018, cuando llevaba tres años como alcalde, había subido a 25,1. Hubo una reducción leve en 2019, que terminó con una tasa de 23,8, superior a cuando asumió el cargo.

Fabricar un símbolo

Al edificio Mónaco, la mansión que el narcotraficante Pablo Escobar construyó en la zona más rica de Medellín, le pusieron tres bombas durante sus treinta años de existencia. El primer atentado lo hizo el cartel de Cali en 1988, y dio inicio a la guerra entre narcotraficantes en Colombia. El segundo, fue luego de la muerte de Escobar, cuando el edificio fue incautado por el Estado, en un ataque de grupos criminales contra la sede del CTI que funcionaba allí en el año 2000.

Pero la última explosión, la definitiva, la organizó el alcalde Federico Gutiérrez en 2019. 

Fue una demolición que Federico planeó durante dos años, y que presidió desde un evento en el Club Campestre de Medellín, a trescientos metros del Mónaco, al que asistieron el presidente Iván Duque, la filarmónica de Medellín, varios músicos famosos y víctimas del narcotráfico. La invitación incluía las siguientes instrucciones: “Vestuario formal, recomendamos usar zapatos cómodos. No habrá parqueadero disponible en el club”.

El cierre del evento fue el discurso del alcalde. Federico coordinó el cronograma para que, un par de segundos luego de que él terminara de hablar, estallara el edificio.  

La idea de demoler el Mónaco la tuvo en 2017. Como alcalde, Federico regañaba en público a los extranjeros que se tomaban fotos con sitios relacionados con Escobar en Medellín. En marzo de 2017, el rapero estadounidense Wiz Khalifa llevó flores a la tumba del narcotraficante y se fumó un porro de marihuana en la fachada del Mónaco. Gutiérrez reaccionó el mismo día: “Ese sinvergüenza le debe ofrecer una disculpa a esta ciudad. Ese señor aquí no es bienvenido”, dijo. 

Federico, el alcalde, seguía siendo un poco el universitario que solo se interesó por la política cuando un presidente de Colombia fue acusado de elegirse con plata del narcotráfico. La diferencia es que ahora tenía poder. Y la licencia que da para crear símbolos.

Fabricar un símbolo es reescribir un fragmento del mundo, y el insumo de Fico para hacerlo fue su pasado. “La idea de tumbar el Mónaco fue criticada como un show, como un capricho, pero era una lucha personal de Fico, que creció en la Medellín de las bombas del narcotráfico de los 80 y como alcalde le tocó ver en la calle a los niños jugando a ser Pablo Escobar”, dice Verónica Suárez, asesora de discursos durante la alcaldía de Fico.

Dos meses después del regaño a Wiz Khalifa, Federico propuso demoler el edificio Mónaco. El hijo de un ingeniero civil escogió tumbar un edificio como símbolo de una victoria póstuma sobre Escobar.

La demolición del Mónaco fue el evento principal de un proyecto más grande, llamado ‘Medellín abraza su historia’, que incluyó la creación de un sitio web y contratos con medios para hacer artículos que reinterpretaran la historia del narcotráfico en Medellín. El objetivo, según dijo Federico en su discurso el día de la demolición, era “saldar una deuda narrativa. Contar la historia del lado de las víctimas y héroes, que es el lado correcto”.

Hubo detractores. “Anunció en el Concejo que había que tumbar el Mónaco porque era un edificio del narcotráfico. Yo le dije: ‘Alcalde, entonces tumbemos media Medellín’”, dice la exconcejal Luz María Múnera, del Polo Democrático, opositora de Gutiérrez en su alcaldía.

Fabricar un símbolo también es cuidar los detalles. En el caso del Mónaco, el nuevo relato que estaba construyendo Federico debía tener un héroe.

“Pensábamos alguien que se equipara con Pablo Escobar en lo atractiva que podía ser su historia. Y ahí surgió el comandante de Policía Valdemar Franklin. Un hombre que sabe que lo van a matar, y que aún así se quita su esquema de seguridad porque no quiere que haya ni un huérfano por cuenta suya. Alguien que pone su cuerpo en esa lucha contra el narcotráfico”, dice Verónica.

Franklin estuvo en las piezas publicitarias de la Alcaldía hasta el final del gobierno de Fico. Por instrucción de su Alcaldía, la historia del héroe que puso el cuerpo fue contada por varios años en las escuelas. 

Implosión del edificio Mónaco, uno de los símbolos de la primera administración de Federico Gutiérrez en Medellín. Foto: Cortesía

En la demolición del Mónaco, Federico también puso su cuerpo. En abril de 2018, cuando obtuvo el permiso del Gobierno Nacional para tumbar el edificio, dio una rueda de prensa en la fachada y, al terminar, tomó un un martillo y golpeó una parte de la fachada hasta que logró arrancarle un pedazo.

Pero el principal detalle en la creación de un símbolo es su visibilidad. Y, en el caso de la explosión de un edificio, su estruendo. Verónica dice que el Mónaco fue un evento mediático justo por eso. “Si hacíamos algo pequeño, que no explotara, la gente no hablaría de eso”, dice.

El 23 de febrero de 2019, a las 11:54 de la mañana, explotaron 275 kilos de explosivos Indugel en el edificio Mónaco, el triple en peso que en el primer atentado del cartel de Cali en 1988. El Mónaco se desplomó en tres segundos. La onda de la explosión quebró varios vidrios en las casas alrededor, los árboles aledaños al edificio cedieron ante la explosión y el suelo se estremeció como con un terremoto. “Fue volver a sentir lo que sentimos hace muchos años”, dijo la presentadora del evento, a trescientos metros de allí.

Cuando pasó el susto de la explosión, la multitud empezó a aplaudir. El alcalde también aplaudió, de pie en la tarima, y sonaron los violines de la orquesta Filarmónica, mientras todos eran envueltos en una nube de polvo y escombros pulverizados que ocultó el cielo por varios minutos.

Un hombre común

“Pronto llegará el alcalde”, repetía la funcionaria. Era 2016 y los concejales de Medellín habían sido invitados al despacho de Federico Gutiérrez para hablar sobre el Plan de Desarrollo. Unas semanas antes el alcalde les había compartido el documento que debía ser votado por ellos para definir la política pública de los siguientes cuatro años. Les dio unos días para leerlo y luego los convocó para tratar de convencerlos de votar positivo.

No era un gran desafío. La mayoría de los concejales hacía parte de su coalición. Solo una concejala estaba declarada en oposición y decidida a votar en contra: Luz María Múnera, del Polo Democrático.

Era a la que Federico le prestaba más atención. “Cada que iba al Concejo saludaba a todos uno por uno, pero se quedaba más en mi puesto. Me decía que qué bueno verme, que qué trabajo tan interesante el mío. No me soltaba, y por supuesto todos los periodistas aprovechaban para tomar fotos”, dice.

Esa vez no fue distinto. Los otros concejales comenzaron a elogiar el Plan de Desarrollo, pero Federico estaba concentrado en Múnera. 

—Luzma, ¿vos qué pensás? —le dijo.

—Alcalde, voy a votar negativo —respondió ella.

Él se puso pálido. “No era capaz de disimular, se descomponía cuando alguien le decía que no”, dice Múnera.

La reunión se volvió un debate entre ambos. El resto de concejales eran espectadores. Al final, Federico se le acercó y le dijo que si quería quedarse para hablar un poco más del tema. Ella se negó. Él insistió. Ella se volvió a negar.

—Me quedo si discutimos el modelo de ciudad —dijo ella.

—Luzma, no, no no —respondió él. 

Ya no estaba buscando su voto, no lo necesitaba para aprobar el Plan de Desarrollo. Lo que buscaba era algo más. Era saldar una deuda narrativa con su propia imagen.

“Él solía decir en los consejos de gobierno: salgan a medios, hablen. Porque si no contamos, van a contar por nosotros”, dice una persona de su gabinete que pidió no ser citada.

Recuerda que el control de Federico era estricto. Les exigía que no pusieran en riesgo su imagen como alcalde. “Así como era en la calle, que podía parar a regañar a alguien por llevar una camiseta de Pablo Escobar, era con nosotros. Nos insistía mucho: ojo cómo se comportan afuera. No nos dejaba utilizar los carros oficiales los fines de semana. En general trataba de que no diéramos de que hablar”, agrega.

Para Federico era importante que sus políticas tuvieran un rostro, y usualmente era el suyo. En su alcaldía creó un programa para evitar la deserción escolar al que llamó ‘El Colegio Cuenta con Vos’, que incluía rondas de Fico con un megáfono en mano por los barrios llamando a los niños a ir a la escuela.

El resultado, según datos de su alcaldía, fue el regreso a la escolarización de más de 7.600 estudiantes. Pero igual que con su apuesta en seguridad, su política no mejoró el panorama en lo general. En 2019, las tasas de cobertura neta en transición, primaria, secundaria y media de Medellín bajaron todas con respecto a 2015, antes de que Gutiérrez asumiera el cargo. La única que aumentó fue la cobertura en educación inicial, para bebés y los niños más pequeños, que pasó de 72 por ciento a 83,5 por ciento.

Más allá de las cifras, Federico está acostumbrado a controlar su relato. En estas elecciones, la historia es la misma que la de la Alcaldía en 2016: “Yo no tengo partido. Antes mi partido era Medellín y ahora mi partido es Colombia. Yo no tengo ideología, la mejor ideología es el sentido común”.

Su promesa sigue siendo esencialmente la misma: la seguridad. En los primeros días del 2022, luego de varias masacres en Arauca por una guerra entre el ELN y las disidencias de la exguerrilla Farc, Federico fue al lugar. Se paró en el puente que marca la frontera con Venezuela y dijo: “A partir del 7 de agosto, como Presidente de la República, recuperaremos el orden y la tranquilidad de los colombianos. Los bandidos, en la cárcel o en una tumba”.

Hacer política en nombre del sentido común implica aspirar a ser seguido por todos, a no dejar ningún rostro fuera del anuario. Ese ha sido el talento político de Fico. “A él lo conoce medio Medellín. Tiene ideas que muchos de nosotros podemos tener también, pero uno no es capaz de conseguir un voto, de convencer a otros de que lo sigan. Él sí”, dice Orlando Uribe, su secretario de Hacienda en la Alcaldía.

Federico Gutiérrez formalizó su segunda candidatura a la Alcaldía de Medellín el 4 de julio de 2023. Foto: Cortesía

Por eso, en parte, Federico fracasó cuando intentó impulsar a Santiago Gómez como su sucesor a la Alcaldía en 2019. La campaña, bajo el eslogan de “El de Fico”, no logró despegar y Gómez quedó de tercero. “Fue muy difícil, porque me comparaban con Fico y yo soy distinto. No soy carismático. Él es el que reparte los volantes, pero yo soy el que está pendiente de que se impriman. Él es el que inaugura las obras, pero yo soy el que está haciendo las cuentas de los recursos”, dice Santiago.

Hacer política en nombre del sentido común también ha implicado querer ser visto como un hombre común. “Todos los políticos tienen identidades metafóricas. Uribe es un campesino que habla de seguridad montado en un caballo. Fajardo es un profesor. ¿Quién es Federico? Federico es alguien que podría ser tu papá o tu vecino. Es una persona normal que habla con errores gramaticales, con errores de género o número, y eso es bueno para su audiencia”, dice Verónica.

Fico es alguien que se siente cómodo en las multitudes y huye del silencio incluso cuando está solo. Cuando era alcalde, y alguna reunión llegaba a un punto muerto, salía de la oficina, se ponía unos tenis que guardaba en el carro y salía a trotar. Subía al cerro Nutibara mientras escuchaba vallenato. A las horas volvía y seguía la reunión.

“Yo cojo la bicicleta, pongo vallenato y digo: tengo cita con mi psiquiatra. Cuando monto o cuando troto estoy en mi espacio. El mío. Porque siempre estoy rodeado de mucha gente, estoy con mi familia, con mis amigos, en mi campaña. Pero ese espacio del deporte es sagrado porque es mío. Soy yo. Y mientras avanzo voy pensando. Soy yo”, dice.

Ese ha sido su camino político. Estar rodeado de gente, pero reconocerse en medio de la multitud. Ser el hombre común que la nombra, la aconseja, y a veces también la castiga.

El sheriff que vuelve a casa

“Pa’ fuera la corrupción, pa’ fuera con el odio”, el estribillo que usó “Fico” cuando ganó de nuevo la Alcaldía, fue también la cortinilla de su discurso de posesión. Amigo de los símbolos, como lo ocurrido con el Mónaco, prometió asumir el cargo en la Plaza Botero, luego de tumbar las vallas con las que el exalcalde Daniel Quintero restringió el acceso. La promesa la hizo el 20 de diciembre, en una rueda de prensa, en el Dann Carlton de El Poblado. Fue la zanahoria tras el garrote: dijo que Quintero había dejado a la ciudad en bancarrota, cosa que el anterior gobierno todavía desmiente. 

—¿Qué decir sobre este debate? —preguntó una periodista. 

—Bueno, muchas gracias… —respondió “Fico”, ante cámaras y micrófonos—. 

Los periodistas soltaron la carcajada. Celebraron. 

El Federico alcalde, candidato a la Presidencia y nuevamente alcalde ha cambiado poco. Camina por entre las cámaras y grabadoras que se agolpan para registrar sus declaraciones mientras saluda, de mano, poniéndo el cuerpo. Abraza. Pregunta por la familia. Y contesta con alegría cuando son buenas noticias: “Gracias a Dios”. Luego, incluso en momentos tensos, suelta chistes. Sale el Federico al que no le gustaba la política. El mismo Federico, dice Verónica Suárez, porque no ha tenido ninguna mutación. “Es el mismo siempre: con una persona de la calle, con un embajador”. 

O el mismo pero con experiencia, dice Orlando Uribe. “La segunda campaña a la Alcaldía fue más estructurada, el equipo está más maduro. Esa es la diferencia que veo: un “Fico” con la ciudad y el país en la cabeza, con bagaje”. Pero sí hay lección aprendida, además de la experiencia: Federico ahora tiene clara la pata que le faltaba a la mesa y que, según Verónica, le abrió el camino a Quintero en 2019. 

—¿Cuál era esa pata?

—Una segregación histórica —dice la comunicadora—. Por eso caló el discurso de Quintero sobre las élites. Esa es la lección que nos deja: hay que unirnos y conectar más. 

Además de esta lección, Gutiérrez es una versión 2.0 de sí mismo. Y así su gabinete. Varios de sus secretarios repiten en el mismo despacho en la Alcaldía que comienza, otros que tuvieron funciones menores ascendieron y son pocas las figuras nuevas. Pero también es un remake de lo que ha funcionado en la ciudad, de los símbolos de orgullo que se empañaron, según algunos, tras la llegada de Quintero. “Vamos a recuperar la tacita de plata. ¡Qué vuelvan los jardines! ¡No más basura ni rastrojos! Pondremos bonita la ciudad”, promete. 

Posesión de Federico Gutiérrez como alcalde de Medellín 2024-2027. Foto: Cortesía

A “Fico” no le alcanzó para llegar a la Casa de Nariño, pero en Medellín lo esperaron con el anhelo del hijo pródigo. En vallas publicitarias los políticos le pidieron lanzarse de nuevo a la Alcaldía. Todos los candidatos a Gobernación, incluido el titular Andrés Julián Rendón, quien zanjó su victoria por el impulso que le dio Gutiérrez, ambientaron su regreso. Pero él se guardó. Primero lo consultó con Margarita, su esposa, y con sus dos hijos. 

Era quizá un premio de consolación. Uno que le sacaron en cara sus opositores, quienes alegaron que renunciaría, en caso de ganar, para insistir en el sueño presidencial. Y ahora es su plataforma, soportada en más de 600 mil votos: una que le permite sacar casi a diario el espejo retrovisor por los yerros de Quintero; la misma que le permite hacerle oposición a Petro, el viejo conocido al que le pide “más cariño por Antioquia” y no “castigo”. Su discurso cabalga en dos personajes: en el alcalde y en el opositor presidenciable. 

—¿Podría renunciar, para el 26?

—Yo conozco a Federico hace 20 años y él jamás haría eso —dice Orlando—. Prefirió asumir este reto, pese a tener 5 millones de votos bajo el brazo. Eso le da mérito. 

Esta es la historia de un sheriff que regresa a casa derrotado y luego es redimido: no para atrapar fleteros bajo los flashes de las cámaras, como en 2016, sino para despejar las sombras de corrupción que dejó la administración Quintero.  

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En medio de su soledad, Petro asume el costo de recuperar a Sarabia https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/en-medio-de-su-soledad-petro-asume-el-costo-de-recuperar-a-sarabia/ Fri, 01 Sep 2023 11:00:03 +0000 https://www.lasillavacia.com/en-medio-de-su-soledad-petro-asume-el-costo-de-recuperar-a-sarabia/

Laura Sarabia será la diectora de Prosperidad Social. Vuelve al gobierno de Gustavo Petro pese a la investigación de la Fiscalía por posibles chuzadas.

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En junio, el presidente dijo que Laura Sarabia salía del gobierno “para que desde el poder que implica esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se va a alterar los procesos de investigación”. Pero tres meses después el presidente le ofreció regresar a la casa de Nariño en el mismo cargo, como jefa de despacho, su persona más cercana, sin que haya cambiado nada en la investigación que la Fiscalía anunció a Sarabia por presunto abuso de poder y chuzadas ilegales.

Sin embargo, fue Sarabia la que no aceptó la posibilidad de volver como jefa de despacho. Así se lo dijo a La Silla: “Yo le tengo profundo cariño al presidente, pero no estaba segura de volver. Y ahí es donde surge la propuesta del Departamento de Prosperidad Social. Finalmente, es él quien toma la decisión”, dijo.

Sarabia reemplazará a Cielo Rusinque en el DPS, la entidad con el quinto presupuesto más grande de todo el gobierno (10 billones de pesos en 2023), encargada de la política de subsidios a los pobres. 

Sarabia vuelve aunque sigue sin aclararse la investigación que la Fiscalía anunció en junio por el interrogatorio con polígrafo que se le hizo en las instalaciones de la presidencia a la exempleada de Sarabia, Marelbys Meza. Y también porque el teléfono de la empleada fue interceptado irregularmente por la policía judicial. Ambas cosas pasaron luego de un robo en la casa de Sarabia en enero, del que la exniñera fue sospechosa. Ese proceso sigue en una etapa preliminar y Sarabia fue llamada a dar su versión el 5 de septiembre.

“Él siempre quiso que Laura volviera”, dijo una fuente del Pacto Histórico. La exjefa de despacho es una de las pocas funcionarias en las que confía y eso se notó en estos meses, en los que el presidente quedó aún más desconectado de sus ministros.

Incluso amenazó con un nuevo remezón de gabinete si no veía resultados, y siguió consultando a Sarabia informalmente en varias ocasiones, como cuando fue capturado su hijo, Nicolás Petro. El presidente contó en una entrevista que fue ella la que le ayudó a contactar a los abogados de Nicolás para reunirse con ellos en la residencia presidencial.

La movida de nombrar a Sarabia en el DPS y no en la jefatura de despacho también cambia el panorama de la investigación que la involucra. Como directora de un departamento administrativo, Sarabia adquiere el mismo fuero de los ministros, por lo que en caso de ir a juicio sería juzgada por la Corte Suprema de Justicia en lugar de por un juez ordinario. La Fiscalía, sin embargo, sigue siendo la encargada de acusarla si encuentra evidencias.

Petro decidió asumir el costo político de recuperar a la funcionaria investigada, en un intento por reorganizar el vacío de poder que había quedado en palacio tras su salida. 

La confidente de Petro

Como jefa de despacho, Laura Sarabia tenía tres grandes poderes en la Casa de Nariño: primero, manejaba la agenda de Petro y la relación con los ministros; segundo, tomaba las decisiones estratégicas en comunicaciones, como a qué medios darles entrevistas; y tercero, era la mano derecha de Petro en decisiones difíciles y consultas personales.

Dos de esos tres poderes ya están en otras manos. El manejo de la agenda de Petro pasó a Carlos Ramón González, el director del Departamento Administrativo de la Presidencia. Dos fuentes de la Casa de Nariño coincidieron en que una de las razones por las que Sarabia no quiso volver a su mismo cargo fue para no abrir una disputa de poder con González en el tercer piso de la Casa de Nariño.

Ante la negativa de Sarabia, Petro contempló darle el cargo a Cielo Rusinque, a la que ya había decidido sacar del Departamento de Prosperidad Social. A través de Carlos Ramón González, le ofreció a Rusinque un cargo mucho más limitado que el que tuvo Sarabia, dedicado sobre todo a su agenda.

Pero Rusinque se adelantó. Anunció su llegada en medios y, según una fuente de la Casa de Nariño, incluso anticipó pedidos de renuncia para funcionarios en palacio. Esas dos movidas le quitaron la confianza de Petro, quien el miércoles de esta semana reversó la decisión y decidió dejarle el poder de la agenda a Carlos Ramón González, tal como ha sido estos meses.

El poder de las comunicaciones también cambió de dueño. Lo asumió Hollman Morris, el subgerente de RTVC, el sistema de medios públicos. Morris tira línea en palacio en la consejería de comunicaciones de presidencia, donde fue nombrada una exempleada suya, María Paula Fonseca. También le dio un giro a la televisión pública, en especial el canal Señal Colombia: extendió el noticiero del mediodía a dos horas y ordenó interrumpir la programación cultural y educativa del canal todas las semanas para transmitir en vivo eventos políticos, entre ellos muchos del gobierno.

Sarabia no recupera estos dos poderes con su regreso, pero mantiene el más importante: la confianza de Petro.

El presidente se puso del lado de Sarabia en la pelea que ella tuvo con el exembajador en Venezuela, y su antiguo jefe, Armando Benedetti, con el que trabajó durante cinco años en el Congreso como secretaria privada.

El escándalo que la sacó del gobierno en junio coincidió con el estallido de una tensión de meses entre Sarabia y Benedetti. El entonces embajador en Venezuela tenía la intención de volver al gobierno en un cargo de mayor poder, por lo que le reclamó a Sarabia en varios audios que fueron filtrados a la prensa, en los que además hizo referencia a la posible financiación irregular de la campaña. La lealtad de Sarabia se mantuvo con Petro.

Y mientras estuvo fuera del gobierno siguió conectada con decisiones claves. Entre ellas, la elección del abogado del presidente, Mauricio Pava. Petro anunció a principios de agosto que Pava lo representará frente a las investigaciones que surjan en torno a presuntas irregularidades en la financiación de su campaña, que también fueron mencionadas tras la captura de su hijo, Nicolás Petro.

Pava es cercano a Sarabia desde hace años. Se conocieron mientras ella era asesora de Benedetti y Pava era el abogado del congresista en varios procesos, como el que lo investiga por la presunta adjudicación ilegal de contratos a través de Fonade durante el gobierno Santos.

La pelea entre Sarabia y Benedetti causó que Pava dejara de ser abogado del excongresista. Y según una fuente del gobierno, que pidió no ser citada, fue a través de ella que el abogado pasó a representar al presidente Petro.

Sarabia no lo confirmó ni lo negó. “A Mauricio lo conozco hace algunos años, cuando fue abogado de Benedetti. Un muy buen penalista. Entiendo que el nombre al presidente le llega por varios lados”, le dijo a La Silla.

Una mano derecha investigada

Además del poder que ya tenía, el nuevo cargo de Sarabia le da control sobre la política de subsidios, un frente clave para la promesa de mayor igualdad con la que Petro ganó la presidencia y que bajo la gestión de Rusinque ha tenido pocos avances.

La expectativa en el gobierno, según dos funcionarios que pidieron no ser citados, es que la llegada de Sarabia al DPS ayude a conectar con la base popular que necesita los subsidios. “Ella está más conectada con el proyecto y es más eficaz que Cielo y puede ayudar a construir una base electoral a futuro”, dijo uno de los funcionarios.

Petro priorizó ese uso político de los subsidios sobre la propia experiencia de Sarabia. La nueva directora llega a un cargo con billones de presupuesto sin haber trabajado nunca en el manejo de recursos públicos, ni en políticas para enfrentar la pobreza. Aunque su eficiencia y capacidad de trabajo está demostrada, su trayectoria se ha limitado a manejar las agendas de un congresista, Armando Benedetti, y luego del presidente Petro.

Su nombramiento, además, enfrenta al gobierno Petro al escenario de defenderla en medio de su investigación, algo que el presidente había dicho que no haría. Su cargo le devuelve un poder en palacio que, pese a que el abogado de Sarabia lo ha negado, puede ser intimidatorio para eventuales testigos en su contra en la investigación por su gestión en un cargo anterior.

Además, en los audios filtrados de Benedetti, el exembajador amenaza a Laura Sarabia con “decir quién dio la plata en la costa”. Esto en un contexto en el que la campaña de Petro es investigada por posible financiación irregular. El nombramiento de Sarabia sigue la línea de Petro de mantener en puestos de poder a posibles involucrados o testigos en el caso, como el gerente de Ecopetrol, Ricardo Roa, exgerente de la campaña.

El nombramiento también contrasta con los detalles del caso de Sarabia con su exniñera. Entre ellos, por ejemplo, que no afilió a Marelbys Meza a seguridad social durante los meses que trabajó como niñera en su casa, algo que le ha cobrado la oposición y se contradice con el manejo de la política enfocada en los más pobres.

Esas contradicciones, la inexperiencia y la investigación en curso son los costos que asume Petro para recuperar a su mano derecha. Luego de meses en los que, según perciben en palacio, ha gobernado sin una extremidad.

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Hollman TV: la nueva estrategia de comunicaciones de Petro https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/hollman-tv-la-nueva-estrategia-de-comunicaciones-de-petro/ Fri, 25 Aug 2023 22:29:16 +0000 https://www.lasillavacia.com/hollman-tv-la-nueva-estrategia-de-comunicaciones-de-petro/

El subgerente de RTVC Hollman Morris dirige la estrategia de comunicaciones de Gustavo Petro. Transformó Señal Colombia para apoyar más al gobierno.

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El presentador de RTVC Noticias, Matheo Gelves, interrumpió la emisión el 21 de agosto y le dio paso al reportero enviado al congreso de empresarios de la Andi. Ese reportero es, además, el subgerente de RTVC, Hollman Morris. El presentador le dio entrada sin mencionar su cargo, ni introducirlo como reportero. Solo por su nombre: “Saludamos a Hollman Morris. Hollman, adelante”. Morris apareció con un micrófono con el logo del canal: “Buenas tardes, Bogotá. Gracias a estudio”.

El rostro de Morris se ha vuelto común en RTVC, el sistema de medios públicos, en los últimos meses, incluso antes de su posesión como subgerente de televisión el 27 de julio. Ha sido enviado especial, panelista invitado a mesas de análisis organizadas por él mismo, entrevistador en estudio de funcionarios del gobierno, y el artífice de un cambio profundo en la programación de la televisión pública.

Señal Colombia, el canal más importante del sistema, pasó de ser un espacio principalmente cultural y educativo hace unos meses, a volcarse a las noticias y el análisis político a favor del gobierno de Gustavo Petro. El noticiero del mediodía, que ocupaba media hora de la programación, se extendió por orden de Morris hasta las dos horas diarias. Sumado a la emisión de la noche, de una hora.

Y, también por instrucción del subgerente, la parrilla habitual del canal se interrumpe constantemente para transmitir en vivo eventos del gobierno de hasta 4 horas y media de duración, como la marcha del 7 de junio convocada por Petro.

El cambio es parte de una nueva estrategia de comunicaciones del gobierno de Gustavo Petro, que pasa por convertir a RTVC Noticias en su principal plataforma. Al frente está Morris, que ya aplicó un modelo parecido cuando fue gerente de Canal Capital en la alcaldía de Petro en Bogotá.

El poder de Morris en el gobierno se extiende más allá de RTVC: en la Consejería de Prensa de la Presidencia, encargada de la relación del gobierno con los periodistas, fue nombrada María Paula Fonseca, una exempleada suya. La Silla confirmó con fuentes adentro que Morris es un visitante habitual de la Casa de Nariño desde hace unos meses y que ha dado instrucciones al equipo de comunicaciones que en principio está bajo el mando de Fonseca.

Detrás de esto hay un objetivo que ya es claro para los funcionarios del gobierno y los empleados de RTVC: consolidar el canal Señal Colombia como un megáfono de respaldo a Petro, que le haga contrapeso a los medios privados, algunos adversos al gobierno.

Hollman, la cara de la TV pública

El giro en las comunicaciones del gobierno comenzó con la crisis de Laura Sarabia, la jefa de despacho. A principios de junio, cuando ella salió del gobierno por el escándalo de las presuntas chuzadas ilegales a su exniñera, hubo una reunión de crisis en palacio. A esta no fue invitado el exasesor de comunicaciones, Germán Gómez, quien trabajaba en llave con Sarabia.

En la reunión sí estuvo, en cambio, Hollman Morris, que aún no se posesionaba como subgerente en RTVC. Morris fue protagonista de la alcaldía de Petro como director de Canal Capital. Desde ese espacio de televisión pública, dirigió la defensa del alcalde tras su destitución en 2013 por la Procuraduría, con transmisiones en vivo de sus discursos en el balcón del Palacio de Liévano.

El nombre de Morris sonó para dirigir RTVC desde la llegada de Petro a la Presidencia. Pero su nombramiento se enredó en medio de las críticas de un sector de mujeres de Colombia Humana y de la izquierda que se le oponen desde 2019 por los señalamientos de maltrato y violencia intrafamiliar en su contra, que fueron archivados judicialmente.

En los meses en los que RTVC estuvo en interinidad, Morris mostró varias veces su descontento con la forma en la que se manejaba la televisión pública. En septiembre, durante la apertura de la frontera con Venezuela, le “sugirió” vía Twitter a la gerente encargada, Adriana Vásquez, enlazar el canal con la cadena Telesur. Y en diciembre criticó a una reportera de RTVC que cubrió una declaración del fiscal Franciso Barbosa que criticaba al gobierno. “¿Qué hace la radio y la tv pública repitiendo el relato de los medios privados?”, publicó Morris.

Finalmente, fue designado como subgerente de televisión, por debajo de la gerente Nórida Rodríguez. Pero con el mandato extraoficial de dirigir la estrategia de comunicaciones del gobierno, según le dijo a La Silla una fuente de Colombia Humana que le escuchó al propio Morris hace unas semanas. Y según coincidió también otra fuente de la Casa de Nariño que pidió no ser citada.

David Racero, representante del Pacto Histórico y uno de los cercanos a Petro que estuvo en la reunión de crisis de junio, confirmó que “la estrategia de comunicaciones va a pasar por RTVC. Y hay un diálogo fluido entre la jefatura de prensa de María Paula Fonseca, quien llega con Hollman Morris, y las directivas de RTVC”.

Morris empezó a ejercer su nuevo poder desde antes de su posesión.

El 6 de junio Morris se reunió con los directivos de RTVC. El encuentro, según una fuente que lo supo de primera mano, fue tenso. “Hollman preguntó que cuánta plata tenía para llevar a su gente al noticiero. Y se molestó cuando supo que los contratos de los periodistas van hasta final de año. Después preguntó cuál era la estrategia para cubrir las marchas del presidente al día siguiente. Le dijeron que el noticiero del mediodía. Él ordenó transmitir en vivo desde la mañana todo el evento”, dijo la fuente.

RTVC hizo una transmisión de 4 horas y media con todo su equipo de noticias en la calle. La cámara enfocó varias veces a Morris, quien estaba en una plataforma elevada en la Plaza de Bolívar junto a funcionarios del gobierno, señalando y dando instrucciones. Antes de que Petro subiera a dar su discurso, a las 3 horas y 8 minutos de transmisión, se ve cómo Morris toma del brazo a uno de los reporteros de RTVC y lo lleva hasta donde está el presidente para que lo entreviste.

En la noche, según dos fuentes del canal, Morris ordenó hacer un panel de opinión para analizar la marcha del gobierno.

Dos días después, el 9 de junio, cuando fueron encontrados los niños indígenas perdidos en el Guaviare, el subgerente designado armó otra transmisión en vivo. Publicó una foto en el master del canal. “Colombianos los invito a conectarse con sus medios públicos. La noticia de Colombia hoy es La Paz”, dijo. Más temprano, ese mismo día, había transmitido todo el discurso de Petro cuando se pactó el cese al fuego bilateral con el ELN en La Habana.

Luego, el 16 de junio, Morris anunció desde París, junto al presidente, un documental realizado por RTVC sobre la historia de los niños rescatados en la selva. Según una fuente interna del canal, la gerente Nórida Rodríguez se enteró por el anuncio en las redes de Morris.

Luego de ser posesionado, el poder de Morris se trasladó a las cámaras. Empezó a aparecer en paneles de opinión, cubrimientos especiales y entrevistas. El 17 de agosto, tras las declaraciones del exjefe paramilitar “Macaco” en un evento del gobierno, una fuente del canal escuchó cuando Morris le dijo al director del noticiero que bajaran a hacer un panel de opinión, en el que él mismo participó.

Pero la ubicuidad de Morris no termina en las instalaciones de RTVC. También alcanza la Casa de Nariño.

Hollman, el estratega de palacio

Al tiempo que Morris daba un giro en RTVC, la Consejería de Prensa de la Presidencia quedó vacante. Germán Gómez renunció a finales de junio y en su reemplazo fue nombrada María Paula Fonseca, una periodista que fue empleada de Hollman Morris en Canal Capital y luego fue su asesora en el Concejo.

Fonseca lleva en el cargo menos de un mes y en general las comunicaciones oficiales de Presidencia se mantienen similares. Lo que ha cambiado, según tres fuentes dentro de la Casa de Nariño, es la presencia de Morris en palacio. Ha estado, agregaron, en la consejería, donde ha dado línea.

Esto se nota, por ejemplo, en que ahora la mayoría de eventos se articulan con RTVC previamente para que sean transmitidos. También en que Fonseca ha sido hasta ahora una figura poco visible en palacio, a diferencia de Germán Gómez. “No le contesta a nadie, a veces ni siquiera a Carlos Ramón González, que es su jefe. A veces prefieren hablar directamente con Hollman”, dijo una fuente de la Casa de Nariño que pidió no ser citada.

Mientras estuvo en el cargo, Germán Gómez le dio a la Consejería de Prensa un enfoque independiente de RTVC. Incluso creó un informativo aparte, Colombia Hoy, para no mezclar la información institucional con el noticiero público. Pero la llegada de Morris y Fonseca tiene cada vez más unidas ambas plataformas.

David Racero considera que “RTVC se va a ir posicionando en un medio donde la ciudadanía puede comparar la información de los medios de comunicación privados”.

No es una intención ajena a gobiernos anteriores. RTVC Noticias, de hecho, nació durante el gobierno de Iván Duque, cuyo gerente Juan Pablo Bieri salió del cargo luego de un episodio de censura al programa “Los puros criollos”, dirigido por un crítico del gobierno, el periodista Santiago Rivas.

Pese a esto, el espacio del noticiero funcionó hasta ahora sin un enlace tan directo con la Casa de Nariño. RTVC Noticias era un contenido relativamente secundario de Señal Colombia, un canal que históricamente ha producido contenidos culturales y educativos, por los que ha sido premiado. Aunque ese ha sido su enfoque por décadas, en la ley no hay una prohibición expresa para que los canales públicos nacionales produzcan noticieros ni un mandato de que este canal público debe ser principalmente cultural.

La única condición para noticieros públicos aplica en canales regionales, a los que se les obliga celebrar licitaciones públicas para adjudicar noticieros o programas de opinión.

La disputa entre el gobierno Petro con los medios, en especial los controlados por grandes grupos económicos, ha marcado lo que va de su gobierno. Pero hasta ahora la había librado sobre todo desde su cuenta de Twitter. Con la nueva estrategia, que tiene a Morris como protagonista, esa pelea por el relato tiene un apoyo en televisión abierta.

Esto en un momento en el que el propio Racero está proponiendo “una gran conversación en Colombia sobre el papel de los medios y las estrategias de desinformación y manipulación en la democracia”. La idea surgió esta semana de su encuentro en Ecuador con Pablo Iglesias, fundador del partido de izquierda Podemos en España. Según dijo Racero, en unos meses invitará a Iglesias a Colombia para abrir esa discusión “académica y crítica” sobre el papel de los medios.

En esa discusión académica Morris ha sentado su posición: “La TV pública será la gran ministra de educación del país”, dijo el día de su posesión en RTVC. Esa educación, como ha demostrado, es sobre todo política. Y tendrá muy a menudo su rostro en pantalla.

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Los juegos del hambre: Petro presiona al gabinete por más resultados https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/los-juegos-del-hambre-petro-presiona-al-gabinete-por-mas-resultados/ Thu, 17 Aug 2023 11:00:03 +0000 https://www.lasillavacia.com/los-juegos-del-hambre-petro-presiona-al-gabinete-por-mas-resultados/

El presidente Gustavo Petro les pidió la renuncia a todos los ministerios por la ejecución presupuestal. Hay peleas en Agricultura, Educación y Vivienda.

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El presidente llegó molesto al consejo de ministros de esta semana. Uno por uno, Gustavo Petro hizo la misma pregunta de las últimas semanas: “¿Cómo va la ejecución del presupuesto?”. Según una fuente que estuvo en la reunión, los ministros dieron explicaciones, presentaron sus avances, argumentaron que algunos de sus subordinados no estaban respondiendo. El presidente fue concluyente: “El proyecto político del cambio no se puede ver amenazado por la ineficiencia. A los directores que tengan que sacar, los sacan”.

La instrucción de Petro fue pedirles la renuncia protocolaria a todos los cargos directivos de los ministerios encargados de la ejecución del presupuesto. Ya lo hicieron los ministerios de Agricultura, Minas, Interior y Transporte. “Es sacar la tarjeta amarilla, lo que llamaban en el colegio matrícula condicional”, explicó el miércoles el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, en una entrevista con Blu. Y agregó que el ultimátum no implica un nuevo remezón en el gabinete. En su primer año, Petro cambió a 11 ministros.

El regaño de esta semana fue el estallido de una molestia que Petro trae desde hace varias semanas. La detonaron las críticas que el presidente del Partido Conservador, Efraín Cepeda, hizo a la ejecución del presupuesto días antes del 7 de agosto.

En el primer semestre de este año el gobierno ejecutó el 27,7 por ciento del presupuesto de inversión, el más importante para medir la gestión. El porcentaje estaba por debajo del promedio de los últimos siete años, que fue del 33 por ciento, aunque un poco por encima del de Duque en su primer año.

Más allá de las comparaciones, Petro se puso más duro con sus ministros después de las críticas de Cepeda. La sensación general, según una fuente de la Casa de Nariño que pidió no ser citada, es que todos están en riesgo. Y esto ha alimentado disputas internas que ya había en sectores como educación, agricultura y relaciones exteriores. La fuente citada antes lo resume así: “Estamos en los juegos del hambre”.

Regaño de Petro alimenta las peleas internas

Hay, por lo menos, tres peleas internas en el gobierno. La más álgida se da en el Ministerio de Educación y enfrenta a la ministra, Aurora Vergara, con el viceministro de educación básica, Óscar Sánchez.

Sánchez fue secretario de educación en la alcaldía de Petro en Bogotá, por lo que es más cercano al presidente que Aurora Vergara. La ministra, por su parte, asumió el cargo en marzo, después de la salida de Alejandro Gaviria del ministerio. Venía de ser viceministra de Educación Superior y llegó allí impulsada por su cercanía con la vicepresidenta, Francia Márquez.

Vergara tuvo un comienzo accidentado con Petro. Primero, porque decidió apoyar el proyecto de reforma a los artículos 86 y 87 de la ley 30 de educación superior, impulsado por la representante Jennifer Pedraza. “El presidente le dijo a la ministra que lo que él quería era una reforma integral a la ley 30, no solo a esos artículos, y que por qué le presentaba logros de la oposición”, dijo una fuente del ministerio que pidió no ser citada.

La otra molestia de Petro con Vergara ha sido por las 26 nuevas universidades que el presidente busca construir en municipios como Catatumbo (Norte de Santander), Tumaco (Nariño) y Tame (Arauca). Las obras de esas universidades no han avanzado a la velocidad que esperaba el presidente. Petro dijo que la de Catatumbo, por ejemplo, empezaría su construcción en abril, pero el proceso de conseguir el predio y estructurar la propuesta educativa tomó más tiempo. La proyección es que recién se empiece a construir antes del final del año. Y esa es la que va más avanzada, mientras que las otras están en vilo. Esos retrasos le han costado a la ministra Vergara disgustos del presidente.

A esa mala racha de la ministra se sumó la llegada de Óscar Sánchez al viceministerio de educación básica en abril. La Silla confirmó que, al comienzo del gobierno, a Sánchez le ofrecieron ese mismo viceministerio, pero que no lo aceptó porque aspiraba a un ministerio o a dirigir alguna entidad de alto nivel, como el Sena. Sin embargo, meses después, en abril, aceptó el mismo viceministerio que había rechazado antes y el rumor en el sector es que Petro le dijo que sería el próximo ministro.

Luego de llegar al cargo, Sánchez empezó una disputa de poder con Vergara. “La tensión entre ellos se corta con un cuchillo. En reuniones con el presidente, él toma la palabra y habla hasta 20 minutos seguidos. Ella trata de interrumpirlo y él sigue hablando. Y presenta propuestas no solo de su viceministerio, sino en general de su visión como si fuera ministro”, le dijo a La Silla una fuente que ha estado en las reuniones.

Dos fuentes, una de la Casa de Nariño y otra del ministerio de Educación, le dijeron a La Silla que Sánchez ha alimentado las versiones de medios sobre una eventual salida de Vergara del cargo, que lo dejaría a él como ministro. Sánchez le negó esto a La Silla.

Más allá de las disputas, Vergara ha logrado mejorar su relación con Petro desde hace un par de meses: abandonó la reforma de Pedraza a los artículos 86 y 87 y se apersonó de una reforma integral a la ley 30. Además, ha sido más protagónica en los viajes del presidente. “Municipio que visita el presidente, municipio en el que ella inaugura un colegio. Entendió lo que a él le importa y se ha puesto las pilas para dar buenas noticias y hacerse notar”, dijo la fuente del ministerio.

La otra disputa interna en el gabinete es entre la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, y el director de la Agencia Nacional de Tierras, Gerardo Vega. La ANT está adscrita al ministerio, por lo que la ministra es la superiora jerárquica de Vega, pero institucionalmente la ANT es una entidad autónoma. La ministra ha desmentido en público las cifras de formalización de tierras que ha dado Vega. Él dijo que en este gobierno se han titulado más de un millón de hectáreas a los campesinos, como parte de la reforma agraria, pero la ministra ha repetido que las titulaciones nuevas sólo suman 240.000 hectáreas y que Vega ha inflado sus resultados al contar titulaciones de gobiernos pasados.

El último frente de disputa interno involucra a tres funcionarios: el embajador en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo; el Canciller, Álvaro Leyva; y el comisionado de paz, Danilo Rueda. Murillo y Leyva tienen diferencias desde hace meses. Ambos se han disputado quién lidera temas claves para el gobierno como las relaciones con Venezuela.

Y Leyva ha tenido choques con Danilo Rueda. Tres fuentes del gobierno confirmaron que hubo molestia entre ambos ante el anuncio del Canciller de una estrategia para buscar los restos de víctimas de las AUC en la frontera con Venezuela, una tarea que en principio le corresponde al comisionado de paz.

Aunque esas peleas internas son comunes en la mayoría de gobiernos, se profundizan con la advertencia de Petro de una “matrícula condicional” para todos los funcionarios, en un ambiente de cada vez más desconfianza, propiciado por la falta de comunicación de Petro con su gabinete. En la interinidad declarada por Petro, los funcionarios en disputa pueden buscar el favor del presidente para llegar a los cargos que aspiran.

Crece la desconfianza de Petro

La planeación del presupuesto general de 2024 requirió tres días seguidos de reuniones hasta la madrugada: el 26, 27 y 28 de julio. La última jornada se extendió hasta las 5 de la mañana. Ese día, a eso de las 3 de la mañana, el presidente se cansó de algunos titubeos de sus ministros con las cifras y dijo, entre broma y regaño: “Agh, me va a tocar llamar a Laura”.

Se refería a Laura Sarabia, su exjefa de despacho, quien salió del cargo a principios de junio en medio de un escándalo que la involucra, presuntamente, con chuzadas ilegales y un caso de abuso de poder por un interrogatorio con polígrafo a su exniñera en las instalaciones de la Presidencia.

La ausencia de Sarabia ha agravado la desconexión de Petro con su equipo. Como el presidente casi nunca se reúne uno a uno con sus ministros ni está interesado en los procesos puntuales para lograr sus metas, ella era la que llevaba la comunicación con los ministros y también las cuentas de sus logros. En varios consejos de ministros, como ha contado La Silla, tomaba la palabra para desmentir o corregir al gabinete sobre los resultados que le presentaban a Petro.

Las funciones de Sarabia fueron asumidas por el director del Dapre, Carlos Ramón González, cofundador del Partido Alianza Verde, quien se convirtió en la nueva sombra de Petro. Pero aunque su nuevo poder ya es notorio en el día a día de la Casa de Nariño, y en el nombramiento de nuevas fichas del verde en cargos claves como el Fondo Colombia en Paz, no ha llegado al nivel de confianza que tuvo Laura Sarabia con Petro.

Parte de ese liderazgo del gabinete se ha trasladado a la ministra de Ambiente, Susana Muhammad, quien es una de las escuderas de Petro desde hace años y lidera una de las carteras centrales en el discurso del presidente. Fue ella, según una fuente que lo vio de primera mano, la que asignó la palabra al resto de ministros en las reuniones del presupuesto general de 2024.

Más allá de esas figuras centrales, como Muhammad y González, la relación de Petro con el resto de su gabinete es de cada vez más desconfianza. Ha criticado en público al ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, quien tenía el compromiso de alinear a su antiguo partido, La U, en decisiones claves del Congreso. Petro lo regañó luego de que justamente ese partido aportó a la derrota del gobierno en la elección de la presidencia del Senado, en la que la candidata del gobierno, Angélica Lozano, perdió con Iván Name. Los regaños por el manejo del Congreso también le han caído al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.

Otro llamado de atención recurrente de Petro en sus consejos de ministros ha ido para Catalina Velasco, la ministra de Vivienda. La ha criticado por las demoras en los subsidios de Mi casa ya y la baja ejecución de inversión de su ministerio, encargado también del tema de agua potable.

Las inconformidades de Petro y las disputas entre los funcionarios de alto nivel hacen del gobierno, a un año de su posesión, un campo minado. Uno en el que cualquier mal paso puede ser cobrado con un despido. Y en el que la orden del presidente de lograr una mayor ejecución se puede ver truncada, paradójicamente, por su otra orden de despedir a los funcionarios encargados de asignar los recursos y hacer realidad sus políticas. 

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Petro se baja del balcón y busca un acuerdo nacional sin ruta clara https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/petro-se-baja-del-balcon-y-busca-un-acuerdo-nacional-sin-ruta-clara/ Mon, 14 Aug 2023 11:00:02 +0000 https://www.lasillavacia.com/petro-se-baja-del-balcon-y-busca-un-acuerdo-nacional-sin-ruta-clara/

El presidente Gustavo Petro propuso un acuerdo nacional para aprobar sus reformas laboral, de salud y pensional. Pero los empresarios tienen desconfianza.

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En la última marcha convocada por el gobierno, en junio, el presidente Gustavo Petro dijo ante una multitud en la carrera séptima: “No me inviten a los cocteles sociales de los banqueros, yo no voy”. Pero dos meses después el tono del presidente frente al establecimiento ha cambiado. El fracaso de varias reformas en el Congreso el semestre pasado, la captura de su hijo Nicolás Petro, y la posibilidad de un juicio político en su contra (por señalamientos sobre plata no reportada en la campaña), han devuelto a Petro a una estrategia más conciliadora.

En su discurso del 7 de agosto revivió la idea de un “acuerdo nacional”, que propuso cuando recién fue electo, pero en el que luego no hizo tanto énfasis durante el primer año de gobierno.

El acuerdo es una invitación a sectores fuera del gobierno, como partidos de oposición y empresarios, a ponerse de acuerdo en puntos comunes. En lugar de rearmar una coalición en el Congreso, que se rompió por la falta de apoyo a las reformas del gobierno, la idea de Petro es replantear su gobernabilidad con un acuerdo anterior al trámite legislativo. Uno que pasa, necesariamente, por sentarse con el poder económico que ha criticado.

“Hay que hablar con los factores de poder real. Tiene que haber un compromiso del poder económico, de los gremios, creo que no puede haber un acuerdo nacional que deje afuera a los actores reales de poder”, le dijo a La Silla Gabriel Becerra, representante del Pacto Histórico.

Pero más allá de la intención, incluso dentro del gobierno no hay una ruta clara sobre cómo aterriza ese acuerdo nacional. “Esperamos que nos den unas directivas. Tiene que ser sobre asuntos puntuales, no solo sobre hechos ideológicos. Por ahora no sabemos”, le dijo a La Silla una fuente del gobierno que pidió no ser citada.

Y entre los empresarios hay prevención porque otros intentos de diálogo, como el que se dio sobre la reforma laboral, no han sido exitosos.

Del balcón a la mesa de los banqueros

La idea de “acuerdo nacional” es un tema recurrente en la vida política de Petro, lleva más de una década proponiéndolo. Y también fue planteado días antes de ganar la segunda vuelta contra Rodolfo Hernández.

El primer intento concreto fue en junio de 2022, con una reunión con exministros de los gobiernos de Juan Manuel Santos y César Gaviria, exmagistrados de las cortes y empresarios para poner en negociación su plan de gobierno. El resultado de ese acuerdo fue la llegada al gabinete de ministros que no venían de la izquierda, como Cecilia López, José Antonio Ocampo y Alejandro Gaviria.

Pero la idea de un acuerdo con el establecimiento se desdibujó en el primer año de gobierno. Ocampo, López y Gaviria salieron del gabinete por diferencias con Petro sobre reformas, en especial la reforma a la salud.

El presidente apeló entonces al respaldo en la calle, pero se encontró con que es un terreno que se disputa con la oposición, que ha logrado convocar marchas grandes en su contra. Después, Pero intentó recomponer mayorías en el Congreso negociando uno a uno con los congresistas, pero esa estrategia tampoco ha dado los resultados esperados.

Petro hizo poco énfasis en la idea del “acuerdo nacional” en el primer año de gobierno. Pasó de ser su consigna principal como presidente electo a apenas usarla en Twitter, su principal canal de comunicación, una vez posesionado. La usó el 28 de junio de 2022, tras su reunión con Rodolfo Hernández, su rival en segunda vuelta. Y luego pasaron 10 meses sin mencionar el acuerdo nacional en su Twitter, y en esa ocasión como un pacto puntual para indemnizar a las víctimas del conflicto.

Recién ahora retomó la idea de un acuerdo nacional como un pacto con el establecimiento político y económico. Fue el centro de su discurso del 20 de julio de este año, en la instalación del Congreso. Y volvió a apelar al acuerdo en el cierre de su intervención el 7 de agosto en el Puente de Boyacá.

“El presidente se dio cuenta de que en lugar de invitar a gobernar al establecimiento con nosotros, lo que hay que hacer es sentarse con ese poder económico reconociéndolo como algo distinto del gobierno, pero con el que se puede llegar a acuerdos”, le dijo a La Silla una fuente de la Casa de Nariño que pidió no ser citada para dar detalles. Y agregó: “Esto se concreta sentando a Gilinsky con la UP. A Luis Carlos Sarmiento con Colombia Humana. Veo un presidente que quiere volver a ceder. Pero no con ingenuidad”.

María José Pizarro, senadora del Pacto Histórico y vicepresidenta del Senado, le dijo a La Silla que el acuerdo nacional tiene la misma idea del “diálogo nacional” de los ochenta, con el que se dieron los primeros acercamientos de paz entre la guerrilla del M19 y el gobierno de Belisario Betancur.

“Ya hay señales de ese acuerdo como el hecho de haber invitado a José Félix Lafaurie a ser parte de la delegación del gobierno en la negociación con el ELN, o haber acordado con él la compra de tierras para la reforma agraria. También las conversaciones que ha tenido el presidente con Álvaro Uribe. No queremos insistir en discursos de odio y confrontación. Y quienes los asumen son los que tendrán que asumir las consecuencias si no logramos la paz y superar la desigualdad”, dijo Pizarro.

Aunque se plantea como una alianza más allá del Congreso, el objetivo principal sigue siendo aprobar las reformas del gobierno. El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, quien encabeza la discusión en el Congreso, lo describió en la comisión sexta como “un acuerdo nacional contra la violencia. Independientemente de nuestras posiciones políticas, porque para salvar la vida tenemos que hacer acuerdos. Y si hacemos ese acuerdo le pondremos más sentido político a las reformas. Y entonces ahí se abriría el debate de las pensiones, de la salud”.

Aunque no esté muy claro su contendido, Velasco deja implícito que el acuerdo precede las reformas, que por ahora están en pausa en el legislativo.

Sin una ruta clara para el acuerdo

Aunque hacia afuera se ha presentado como una prioridad para el gobierno, internamente la idea del acuerdo nacional no está en el día a día de la mayoría de ministros. “Estamos cero en función de acuerdo nacional. La prioridad está en subir la ejecución del presupuesto, que está muy baja”, le dijo a La Silla una fuente de un ministerio que pidió no ser citada.

Quienes se han sumado a la idea de Petro lo han hecho por su iniciativa, como la senadora María José Pizarro. “El problema es el cómo y vamos a hablar sobre el cómo. Como vicepresidenta del Senado y parte del proyecto político extiendo mi mano para dialogar. Los empresarios tienen mucho qué decir sobre la reforma laboral. Los viejos y viejas tienen mucho qué decir sobre la reforma pensional”, dijo Pizarro.

Desde los empresarios, sin embargo, miran con reserva esa mano tendida. “Nosotros hemos venido planteando este acuerdo desde el 12 de agosto de 2022”, le dijo a La Silla Bruce MacMaster, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).

“De ese momento para acá no ha pasado nada importante. Hicimos el intento en la tributaria y no fue exitoso. Hicimos el intento en la laboral y no fue exitoso. Hicimos el intento en salud y no fue exitoso. Consideramos bienvenido cualquier planteamiento que revise la decisión del gobierno a ese respecto”, agrega MacMaster.

Una fuente de la Casa de Nariño, que pidió no ser citada, dijo que, aunque no hay un plan, el acuerdo es urgente. “Al presidente solo le queda un camino y es dejar las reformas. Él ya no se levanta políticamente de lo de Nicolás. Solo le queda dejar unos cambios aprobados. Y realmente le queda un año para lograrlo”.

Independientemente de la forma que tome, la idea de Petro es sentarse con lo que ha llamado “el poder real”. Es decir, el empresarial y el financiero. Por lo que la imagen en los próximos meses podría ser la contraria a la que prometió en su discurso en la Séptima: una cita en la mesa con los banqueros.

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Así van los pilares del cambio que prometió Petro, un año después https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/asi-van-los-pilares-del-cambio-que-prometio-petro-un-ano-despues/ Mon, 07 Aug 2023 17:48:02 +0000 https://www.lasillavacia.com/asi-van-los-pilares-del-cambio-que-prometio-petro-un-ano-despues/

Análisis del primer año de Gustavo Petro, presidente de Colombia. Y sus políticas de cambio en reforma agraria, transición energética, educación y pobreza.

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“Hoy empieza nuestra segunda oportunidad sobre la tierra”, con esas palabras concluyó el discurso de posesión del presidente Gustavo Petro, el 7 de agosto de 2022. El primer año del primer presidente de izquierda de la historia reciente de Colombia, quien llegó con la promesa de un cambio profundo, termina empantanado por escándalos como la captura de su hijo. Y también con cuestionamientos de opositores expertos y hasta de él mismo a algunos de sus resultados.

Petro ganó con una promesa amplia: cambiar los impuestos, los subsidios, la educación, la distribución de las tierras, dejar de explorar petróleo y gas y hacer una transición hacia energía eólica y solar. El primer año de gobierno ha sido un golpe de realidad en algunas de esas causas. Así va, después de un año, la promesa del cambio social y económico de Petro:

1. Reforma agraria: cambio de paradigma, resultados modestos

Principal promesa: Garantizar tres millones de hectáreas que se comprarán, de máxima fertilidad, para el campesinado”.

¿En qué va?

La meta principal de Petro para la reforma agraria es cumplir lo fijado en el Acuerdo de Paz con las Farc: entregar 3 millones de hectáreas a través de la Agencia Nacional de Tierras y formalizar 7 millones de tierras que ya ocupan los campesinos pero que no están legalizadas. Esa meta está todavía lejos.

El gobierno ha comprado este año 32.904 hectáreas de tierras nuevas, según la Agencia Nacional de Tierras. Y ha conseguido otras 50.000 por recuperación mediante procesos agrarios y predios administrados por la Sociedad de Activos Especiales. En total, cuenta unas 80.000 hectáreas para la meta de 3 millones. O sea, poco más de un 2 por ciento. Aun así, es más de lo que se entregó en gobiernos anteriores: desde la firma del acuerdo hasta el comienzo de este gobierno solo se habían entregado 13.000 hectáreas.

El propio presidente, Gustavo Petro, ha reconocido que la compra de tierras en su gobierno está por debajo de las expectativas. “Nosotros no hemos podido sino entregar 30.000 hectáreas. El objetivo que propusimos para este año fueron 500.000 hectáreas”, dijo en su discurso de instalación del Congreso del 20 de julio.

Una explicación de esa demora es que una de las principales apuestas de este gobierno no resultó según lo esperado. En noviembre el presidente anunció que la Federación le vendería tierras fértiles al Estado para la reforma agraria, pero tras varios meses sin muchos avances el presidente cuestionó la voluntad de la federación. “Esa propuesta de Fedegán ojalá se cumpla. Es para ya, no para dentro de 20 años”, dijo Petro en febrero.

El gobierno intentó otra alternativa: un artículo que elaboró para el Plan de Desarrollo que permitía la compra exprés de tierra, incluso si el dueño se negaba, y que se saltaba las garantías de la ley 160 de 1994 para una expropiación. El artículo causó una pelea con la anterior ministra de Agricultura, Cecilia López, quien amenazó con renunciar. Petro desistió, en ese momento. Pero en abril, cuando cambió a López por la nueva ministra, Jhenifer Mojica, hubo un amague de esta por revivirlo. Esa vez fue frenado por el Congreso y el rechazo de la opinión pública.

En el Plan de Desarrollo tampoco quedó otro artículo que buscaba crear un modelo para localizar más fácilmente las tierras productivas, y que no se discutió por falta de gestión de la bancada del Pacto Histórico y de la ministra López. El episodio fue el principal detonante de la ruptura de la coalición de Petro en el Congreso.

En cuanto a la formalización, el gobierno ha titulado alrededor 240.000 hectáreas desde el 7 de agosto, según el Ministerio de Agricultura. Sin embargo, en la página de la Agencia Nacional de Tierras se cuentan también 640.000 títulos de propiedad entregados. Según conocedores del sector, es una forma de inflar las cifras, pues se trata de procesos de formalización que venían desde hacía años y les faltaba, en muchos casos, solo el trámite de hacer llegar el documento de propiedad con una empresa de envíos.

Por eso, las cifras abrieron una disputa entre el director de la ANT, Gerardo Vega, y la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica. La ministra cuestionó que Vega presentara en bruto las titulaciones como un avance de la reforma agraria. La ministra dijo que, como conocedora del sector, ella misma ha criticado a gobiernos anteriores por presentar cifras sin contexto.

Más allá de la discusión, expertos como Carlos Duarte, investigador de la Universidad Javeriana de Cali, destacan los avances. “Si era tan fácil formalizar antes, ¿por qué no se hacía? Hay un claro cambio de voluntad política”, le dijo a La Silla. Y aclaró que en el debate con Vega la razón la tiene la ministra. 

Esa voluntad política también se refleja en resultados como las zonas de reserva campesina, un modelo de entrega de tierras del Estado que existe desde 1994 pero que se había aplicado poco. Entre 2002 y 2022 solo se constituyó una en Montes de María. En el primer año del gobierno de Petro se crearon cuatro nuevas zonas en Sumapaz (Bogotá), La Tuna (Cauca), Güejar-Cafre (Meta) y Lozada-Guayabero (Meta).

En este año también se aprobaron leyes sobre tierras: una que reconoce al campesinado como sujeto de derechos en la Constitución y otra que crea una jurisdicción especial para resolver conflictos agrarios. Se trata de logros que, aunque solo estén en la ley, llevaban varios años siendo impulsados por expertos del sector sin éxito, y se consiguieron en este gobierno.

A futuro, otra de las metas más difíciles del gobierno es actualizar un catastro multipropósito: tener un registro de la propiedad de la tierra. Es una tarea pendiente del Estado con muchas dificultades por la cantidad de datos, la falta de registro de muchos predios y los intereses en juego. Solo 82 de los 1104 municipios del país tienen este catastro actualizado. El objetivo del gobierno es llegar a 598 municipios, la mayoría en zonas Pdet.

En ese campo el gobierno no ha publicado datos. El Igac destacó esta semana que hizo una cartografía de las tierras de la Sierra Nevada de Santa Marta, pero aún está pendiente una evaluación de los avances en el catastro.

2. Cambio climático: desorden en la transición energética y avance en deforestación

Principal promesa:Cambiar la matriz de la energía, de energías fósiles o sucias basadas en el carbón, el petróleo y el gas hacia energías limpias”.

¿En qué va?

Ha sido el tema más recurrente en los discursos de Petro: en Naciones Unidas, en el Congreso y en sus discursos diarios. La meta del gobierno es abandonar progresivamente el petróleo y el gas, siguiendo los pronósticos internacionales de una baja a mediano plazo en la demanda de estos combustibles, y multiplicar la producción de energías renovables: la eólica y la solar.

Pero el camino para llegar a esa meta ha sido accidentado. Principalmente por los tumbos que ha dado el gobierno sobre cuál es su plan, más allá de la promesa de no firmar nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo. El documento que fija los pasos para la transición estaba previsto para mayo, pero se retrasó varios meses. Recién se publicó hace unos días y estará abierto para comentarios hasta el 16 de agosto.

Y en el camino, el gobierno se ha contradicho sobre las reservas de petróleo y gas para el futuro, algo clave en la decisión de detener o no las nuevas exploraciones. El Ministerio de Minas y Energía, encabezado por Irene Vélez, dijo en enero que había reservas de gas para 14 años. Pero esa proyección fue desmentida por el informe que publicó en mayo la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que estimó las reservas probadas de petróleo por 7,5 años y de gas por 7,2 años.

Además, los proyectos de energías renovables no han tenido el impulso esperado para ser una de las principales prioridades del gobierno. En mayo, la única empresa que ya estaba construyendo un parque eólico en Guajira, Enel Green Power, anunció que suspendía la obra debido a retrasos en el cronograma y protestas de las comunidades en la zona.

Como ministra, Vélez se concentró en defender el propósito político de la transición energética, pero con varias salidas en falso que le costaron críticas de la opinión pública. Para Santiago Ortega, director de Innovación en la empresa Emergente Energía Sostenible, “el rol de la ministra puso nerviosos a muchos inversionistas que dijeron: nos vamos. Hay muchas inversiones frenadas”.

Otro obstáculo del gobierno ha sido la concertación con las comunidades. Es un punto en el que Petro, por su propia historia, ha puesto mucho énfasis. Pero no ha logrado acelerar estas consultas para que los proyectos pasen del paso de consulta previa. En julio estuvo en La Guajira y anunció un pacto por la transición energética en el que no participaron organizaciones indígenas, como el Consejo Superior de Palabreros Wayuu, que aún tienen reparos sobre los proyectos.

El principal logro del gobierno en este punto fue terminar el proceso de consultas previas del proyecto Colectora, la línea de conexión entre los proyectos de generación de energía eólica en La Guajira, cuya construcción empezó en julio luego de tres años de retraso.

Santiago Ortega destaca, además de este logro, la iniciativa de comunidades energéticas. Se trata de un modelo de generación de energía en barrios o asentamientos, con la instalación de paneles solares, turbinas eólicas u otras tecnologías. El único piloto hasta ahora no es del gobierno, sino de Empresas Públicas de Medellín, pero este año el gobierno sacó un decreto que las reglamenta y son una de sus principales apuestas para el segundo año.

Una de las apuestas de Petro que no se concretó, y por la que fue criticado, fue cuando intentó asumir las funciones de la Comisión Reguladora de Energía y Gas (Creg) en febrero. Fue la respuesta de Petro al fracaso de su ministra para negociar con las empresas del sector una reducción de tarifas de energía. Pero días después el Consejo de Estado emitió medidas cautelares y suspendió el decreto con el que Petro se atribuía las funciones de la Creg.

El manejo de esa comisión también ha resentido a los inversionistas. Por un lado, porque una intervención del presidente en las tarifas produciría incertidumbre para los empresarios que invierten en energías renovables. Y por otro, porque el presidente ha mantenido en interinidad a 4 comisionados en interinidad después de un año de gobierno.

En el campo en el que el gobierno tiene mejores resultados para mostrar es en el ambiental. En 2022 (año en el que Petro gobernó los últimos meses) la deforestación se redujo en un 29,1 por ciento frente al año anterior. La cantidad de hectáreas perdidas de bosque fue de 123.517, la cifra más baja en nueve años. En el logro influyó una política de trabajo con las comunidades para reducir la deforestación, pero también ha sido resultado de la presencia de grupos armados como las disidencias de “Iván Mordisco”, lo que ha sacrificado la seguridad en varios territorios.

3. Pobreza: subsidios con nuevo nombre y mejoras en empleo

Principal promesa:Con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia vamos a hacer una Colombia más igualitaria”.

¿En qué va?

La principal política social que ha implementado el gobierno este año es el cambio de los anteriores programas de transferencias monetarias a los pobres por el programa de Renta Ciudadana.

En esencia, hace lo mismo que Familias en Acción, el principal programa que venía desde los 90: le da plata a familias de bajos recursos que cumplan con ciertos requisitos. Aunque el gobierno ha dicho que, a diferencia de los programas anteriores, este no será uno de “limosnas”. Es una calificación que ha sido considerada injusta por expertos del sector y por las propias cifras que muestran los logros sociales de Familias en Acción en 20 años.

La principal novedad de Renta Ciudadana es que intenta unificar los programas anteriores, como Familias en Acción y Colombia Mayor, con el objetivo de tener un registro más preciso de quiénes reciben esas ayudas. También que trata de focalizarlas con conceptos nuevos, como los municipios con prevalencia de alta desnutrición.

Sus resultados aún no pueden evaluarse, porque la transición de los programas está en curso. Pero hay algunos datos claros. El primero es que Renta Ciudadana beneficiaría a 3,3 millones de familias, si cumplen los requisitos (el reporte parcial es que 2.09 millones han recibido las transferencias). Familias en Acción, por su parte, le llegó a alrededor de 2,3 millones, por lo que el cambio ha sido presentado por el gobierno de Petro como una ampliación de la cobertura social.

Sin embargo, la transición también acaba con Ingreso Solidario, el programa de subsidios que estableció el gobierno de Iván Duque durante la pandemia y que llegó a 3 millones de personas. Por lo tanto, según los cálculos de expertos como Oskar Nupia, de la Universidad de Los Andes, y Roberto Angulo, fundador de la firma Inclusión SAS, cerca de 2 millones de familias se quedarían sin apoyo.

Y esto se agrava porque Ingreso Solidario cubría a familias con pobreza extrema, que no recibían ningún otro subsidio porque no cumplían los requisitos para hacerlo.

Carlos Sepúlveda, decano de Economía de la Universidad del Rosario, dice que el espíritu detrás de la unificación de subsidios es rescatable. “Busca un modelo donde uno pueda evaluar las diferentes ayudas en un esquema integrado. Se apunta a mejoras en el instrumento de medición. Y más allá del debate político es razonable que así como en pandemia se deben multiplicar las ayudas, estas no son sostenibles en el tiempo”.

No está claro, sin embargo, que Renta Ciudadana entregue mayores recursos a cada familia, como ha señalado el gobierno. El máximo que puede recibir cada una es de 500.000 pesos mensuales, para los grupos con prioridad más alta como desplazados e indígenas. Pero ante la pregunta de La Silla por el porcentaje de familias que han llegado a ese tope, el DPS solo respondió con cifras generales de las transferencias, sin discriminar cuántas familias recibieron los montos más altos y cuántas los más bajos.

Óskar Nupia señaló, en un artículo este fin de semana en La Silla, que el programa de Renta Ciudadana y otras medidas como las ollas comunitarias o los subsidios del Soat para las motos “no son una política de reducción de la pobreza”.

El impacto de Renta Ciudadana será más claro cuando salgan las cifras de pobreza monetaria y multidimensional de este año, en 2024. Entretanto, la percepción de pobreza ha aumentado. La encuesta Pulso País del Dane de agosto del año pasado, antes de la posesión de Petro, indicaba que el 46,6 % de los consultados en 23 ciudades se consideraban pobres. En marzo, la última medición, 49,6 % se consideraron pobres.

Un resultado a favor del gobierno es la cifra de desempleo. En junio, el último dato disponible, cayó 9,3 por ciento, en comparación con junio de 2022. Es la primera vez en siete meses que la cifra de desempleo está por debajo de los dos dígitos, un logro que destacó el presidente y fue reconocido por expertos del sector.

La pobreza, señala Sepúlveda, se supera con tres variables: una son las ayudas económicas, otra es la generación de empleo y la tercera son los impuestos: que se concentren en las personas de más ingresos y beneficien a las de menos. En ese último campo el gobierno también hizo un avance con la aprobación de una reforma tributaria que aumentó los impuestos para las personas más ricas y trató de hacer más progresivo el sistema, aunque aún se enfoca mucho en el sector empresarial, cuando el ideal es cobrarle a las personas naturales y no a las empresas.

4. Educación: más plata, énfasis en educación superior y poca en infancia

Principal promesa:Ser una sociedad del conocimiento, es decir, una sociedad donde todos sus integrantes tengan el máximo de escolaridad y cultura, no es una utopía”.

¿En qué va?

El objetivo que se fijó el gobierno es aumentar la cobertura, las sedes y la gratuidad del acceso a la educación.

Aún no hay datos claros para medir indicadores como la cobertura, pues se calcula siempre el año anterior. Los resultados del gobierno han pasado por anuncios de recursos: en 2023 aumentó un 11 por ciento el presupuesto general de educación, que alcanzó los 54 billones (incluido el funcionamiento de las universidades). En 2024 planea aumentarlo a 60,5 billones y sería el sector con más plata.

Estos recursos irán a cumplir las dos metas a las que el gobierno les ha puesto más fuerza: aumentar en 500.000 los estudiantes en la educación superior y construir 26 nuevas sedes universitarias, en especial en zonas periféricas como Arauca, Cauca, Chocó, Tumaco en Nariño y Catatumbo en Norte de Santander.

El Ministerio de Educación dijo que destinará cerca de 5 billones de pesos para el plan de construcción de universidades. El presidente les ha pedido a los alcaldes y gobernadores de las zonas con obras universitarias “alistar los lotes”.

Sin embargo, ese énfasis en la infraestructura ha sido cuestionado por algunas personas del sector. Julián de Zubiría, director del Instituto Alberto Merani, habló en su columna de El Espectador sobre la frase de los lotes: “El mensaje evidencia poca comprensión (…) La creación de una universidad demanda reflexiones científicas, filosóficas, éticas, culturales, pedagógicas, sociológicas y económicas de mayor nivel. El lote donde funcionará la sede sería uno de los últimos aspectos por abordar”.

Esa distancia entre la visión de Petro y los desafíos reales de nuevas sedes universitarias ya se ve en la Universidad de Catatumbo, en el municipio de El Tarra, la primera anunciada por Petro. El presidente dijo el año pasado que la construcción comenzaría en abril de 2023 y que al final del año tendría 3.500 estudiantes. Pero la universidad todavía está en la fase de estudios sobre cuál es la pertinencia educativa en la región, a través de un convenio que firmó en febrero con la Universidad Francisco de Paula Santander.

En el Congreso, las grandes apuestas de Petro en educación son la reforma a la ley 30 y la ley estatutaria para el derecho a la educación. La idea original era presentar ambas el 20 de julio de este año, pero los actores del sector, como los rectores de las universidades, reclamaron más tiempo de discusión.

Diego Sánchez, director del Observatorio en Gestión Educativa, dice que los borradores “tienen unos avances interesantes en la educación superior como derecho y la importancia de incluir a las universidades técnicas y tecnológicas, pero creo que la discusión debe ser mucho más amplia”.

Además, el presidente sancionó esta semana la ley que establece la gratuidad en las matrículas para las universidades públicas. Tendrá 6 meses para reglamentar los requisitos y alcance. Aunque ya existía una política pública de matrícula cero para estratos 1, 2 y 3 desde el gobierno de Iván Duque, la ley fijará esto independientemente del gobierno de turno.

Pero, curiosamente, el gobierno Petro ha recibido críticas por haber cambiado la política de matrícula cero de Duque. Puntualmente los requisitos para acceder al beneficio: antes aplicaba para estratos 1, 2 y 3. Así lo mantuvo Petro en 2022, pero en 2023 priorizó el beneficio para los estudiantes clasificados en la categoría Sisben IV, lo que según algunos críticos disminuirá la cantidad de estudiantes financiados, algo que se sabrá al final del año.

Como balance, expertos como Sánchez consideran que “la atención del sector ha estado enfocada en la educación superior, pero es importante pensar en la básica y la media. No podemos tener jóvenes en educación superior si no los tenemos preparados previamente para entrar. La tasa de deserción más alta la tenemos en la secundaria, de noveno a décimo: 4,8 por ciento, mientras que la general está en 3,5 por ciento”.

De la educación media hacia abajo, el gobierno solo tiene metas fijadas en el plan de desarrollo: en cobertura y en formación integral. Pero por ahora hay pocos resultados.

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Caso de Nicolás abre grietas en el petrismo y en la narrativa de Petro https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/caso-de-nicolas-abre-grietas-en-el-petrismo-y-en-la-narrativa-de-petro/ Fri, 04 Aug 2023 10:42:37 +0000 https://www.lasillavacia.com/caso-de-nicolas-abre-grietas-en-el-petrismo-y-en-la-narrativa-de-petro/

Nicolás Petro, el hijo del presidente Gustavo Petro, le dijo a la Fiscalía que a la campaña presidencial entró plata no reportada del Hombre Malboro.

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Antes de abordar el avión hacia Sincelejo, donde iba a una asamblea de campesinos, el presidente Gustavo Petro vio la noticia: su hijo mayor, Nicolás Petro, le dijo a la Fiscalía que a la campaña de su padre entró plata no reportada del exnarco Santander Lopesierra y el empresario cuestionado Alfonso “El Turco” Hilsaca. Esa tarde Petro había intentado hablar con Nicolás, detenido en la Fiscalía, pero su hijo no lo recibió. Nicolás fue capturado el fin de semana junto con su exesposa, Day Vásquez, que fue la primera que lo acusó de recibir plata debajo de la mesa para la campaña y quedarse con ella.

Entonces Petro decidió responder a la mayor crisis de su gobierno con un acto de plaza pública.

“Nadie puede terminar con este gobierno que no sea el pueblo mismo. Y el pueblo dio una orden en las urnas electorales: nos vamos hasta 2026”, dijo el presidente frente a una multitud de campesinos de Sucre y Bolívar que lo vitoreaba. “Barbosa, bandido”, gritó alguien en el público, en referencia al fiscal general, cabeza de la entidad que investiga a Nicolás Petro.

Petro negó saber de la plata no reportada en la campaña: “Para quienes nos apoyan débilmente o se confunden, para los más fuertes, para los que nos atacan, pierdan cuidado, el presidente de la república jamás ha solicitado a ninguno de sus hijos el delito. Ni para ganar, ni para financiar campañas”.

Hubo más aplausos. La voz de una mujer se alzó sobre las demás: “No les creemos”, gritó.

Y no solo en el coliseo cerraron filas en torno a Petro. En redes sociales sus funcionarios y seguidores más fieles pusieron mensajes de apoyo y hablaron de un entrampamiento contra el gobierno.

Pero más allá del petrismo de base, la acusación de Nicolás abrió grietas incluso entre algunos seguidores del presidente. Y desenterró la vara con la que el propio Petro midió a su antecesor, Iván Duque, por el caso de la Ñeñepolítica, y promovió la narrativa de que se trataba de un gobierno ilegítimo.

Petro presidente, medido con la vara del Petro opositor

En marzo de 2020, cuando se destapó el escándalo de la Ñeñepolítica, el senador Petro escribió: “El consejo de Estado afirmó en sentencia que un solo voto a través de fraude anula la elección. En 2018 hubo centenares de miles de votos comprados en la elección presidencial y la fuente del dinero para comprar votos fue el narcotráfico”.

En ese momento se había revelado un audio en el que el narco José Guillermo, el ‘Ñeñe’ Hernández, hablaba de plata para la campaña de Duque, destinada para la compra de votos en las elecciones de 2018, que Petro perdió en segunda vuelta.

Petro no dudó. “Mandaron al narcotraficante el Ñeñe Hernández a comprar con sus dineros sucios los votos en La Guajira para Duque. La orden la dio Uribe. ¿Aún dudas que tenemos un presidente que ganó con trampas?”, escribió el 4 de marzo de 2020.

Aunque la Ñeñepolítica no tocó judicialmente ni a Duque ni a la gerencia de su campaña, Petro llegó a la presidencia en gran medida con la promesa de cambiar esas formas cuestionadas de la política.

Y eso se lo cobraron ayer algunos de los que han sido sus aliados. El influencer Levy Rincón, con 640.000 seguidores y que llegó al petrismo de la mano del hoy candidato a la alcaldía de Bogotá Gustavo Bolívar, dijo que si se probaba la entrada de plata ilegal a la campaña Petro debía renunciar.

Daniel Mendoza, candidato al Concejo de Bogotá del Pacto Histórico, publicó en cuanto se supo la noticia: “Me duele mucho lo que está pasando. Me arde el alma. Como si se me hubiera quemado con un fogón”. Luego aclaró en un segundo mensaje que no dudaba del presidente Petro, pero causó molestia entre los seguidores más fieles de Petro.

Y el activista Beto Coral, otro de los más visibles petristas en redes, dijo: “Destruyeron la esperanza de muchos. Que desasosiego, que tristeza”, aunque también aclaró después que seguía confiando en Petro, pero no en la “tracalada de imbéciles corruptos que aprovecharon este proyecto para llenar sus bolsillos y delinquir, empezando por su hijo”.

Una fuente que conoce por dentro el movimiento del presidente, y que pidió no ser citada, criticó a los activistas que salieron a cuestionar al gobierno.

“Es gente sin formación política que se acerca al movimiento para ganar seguidores. La gente realmente del proyecto no está poniendo trinos contra el presidente. La base sigue sólida. Le duele más no tener representación en el gobierno que un escándalo como este”.

La crisis por el proceso de Nicolás anuncia divisiones entre dos sectores del petrismo: uno de partido, que se ha formado en Colombia Humana y el Pacto Histórico y sigue alineado con Petro, y otro activista de redes, que fue clave en el paro y en la campaña, y donde hay figuras que por primera vez toman distancia del presidente ante la coyuntura.

Otro gobierno con una defensa a cuestas

La decisión de Nicolás Petro de colaborar con la Fiscalía en el proceso, y esta primera declaración, ponen a Gustavo Petro en un escenario inédito para un presidente en tiempos modernos. Aunque sus antecesores también estuvieron cuestionados por la financiación de sus campañas, no tenían a su hijo declarando en contra. Además de presunta corrupción electoral, el relato de la Fiscalía muestra una vida de lujos con plata cuestionada por parte del hijo del presidente, quien además era su principal aliado político en el Caribe.

Además, al menos por los próximos seis meses, el proceso avanzará con un fiscal que se ha mostrado adverso al presidente, Francisco Barbosa, quien llegó al cargo ternado por Iván Duque, su amigo de la universidad.

Nicolás no es el único familiar de Petro con cuestionamientos. El hermano del presidente, Juan Fernando Petro, ha sido llamado a declarar por la Fiscalía, que investiga presuntos pagos de narcos para recibir beneficios en la política de Paz Total del gobierno Petro.

En la audiencia de ayer, además, la Fiscalía incluyó a la primera dama, Verónica Alcocer, en un cuadro de involucrados en el caso de Nicolás Petro, aunque no aclaró qué papel le atribuye.

Por otro lado, el caso involucra a personas y empresarios que son la antítesis de lo que simboliza Petro. “El Hombre Malboro”, un exnarcotraficante con un alias que recuerda las épocas tempranas del negocio de la cocaína, que ahora hace política en Maicao. Un contratista experto en ganar rentas estatales como Hilsaca, que ha sido investigado por homicidios y vínculos con paras. O Euclides Torres, otro contratista que se metió tanto a la campaña que fue uno de los primeros en darle un abrazo de felicitación a Petro cuando ganó, en la celebración privada en un apartamento de Bogotá, como reveló La Silla.

Pero la defensa es un rol que Gustavo Petro conoce bien por su paso por la Alcaldía de Bogotá, de la fue destituido por la Procuraduría. En Sincelejo lo recordó. “Cuando fui alcalde de Bogotá un señor poderoso vino y dijo Petro se va. Y salió el pueblo a defender la democracia. Y Petro no se fue. El pueblo se hizo respetar. No era raro que iba a ocurrir lo mismo ahora”, dijo.

El argumento de Petro pasa más por señalar que él no tiene que ver con las movidas de plata de Nicolás que por defender a su hijo. “Soy el primer presidente que le dice a la justicia que juzgue a su hijo: no porque otros hijos no hayan delinquido, sino porque todos los presidentes protegían a sus hijos antes que la justicia”. Se trata de una movida audaz, que siembra un manto de duda sobre su propio hijo. Además, lo separa de sus antecesores por su respeto a la justicia. Pero traza una línea frágil para intentar separarse de Nicolás, quien, además de ser familiar, era un cercano aliado político.

Ahora, con las nuevas declaraciones de Nicolás Petro sobre que la plata entró a la campaña, puede que la defensa de Petro deba ir más allá de lo mediático. Este viernes el presidente publicó un comunicado en el que le da poder al conjuez de la sala de casación penal de la Corte Suprema, Mauricio Pava Lugo, para que lo represente. 

El presidente ya tiene, desde junio, un proceso que investiga la presunta financiación ilegal de su campaña en la Comisión de Acusaciones de la Cámara, que se encarga de evaluar las denuncias contra el presidente, quien no puede ser investigado normalmente por tener un fuero especial.

El caso se abrió luego de que se publicaron los audios de Armando Benedetti, exembajador en Venezuela y quien manejó la agenda de Petro en la campaña. En estos, Benedetti le decía a Laura Sarabia, exjefa de despacho de Petro, que iba a decir “quién dio la plata aquí en la costa. Lee cómo empezó el proceso 8.000”, en alusión a la investigación contra el expresidente Ernesto Samper, investigado por la entrada de plata del narcotráfico a su campaña.

La Comisión de Acusaciones ya escogió a tres ponentes para evaluar la financiación de la campaña de Petro. Son Wilmer Carrillo, de La U; Olga Lucía Vásquez, del Verde, y Alirio Uribe, del Pacto Histórico. Las declaraciones de Nicolás a la Fiscalía nutrirían ese proceso, que en caso de encontrar evidencias de que Petro supo de la entrada de plata ilegal a la campaña, puede acusarlo ante el Senado, que luego debería votar para autorizar un juicio de la Corte Suprema.

Es un escenario que nunca se ha dado. Popularmente, de hecho, la Comisión de Acusaciones es conocida como la “Comisión de Absoluciones”. Pero incluso si no llega hasta la Corte Suprema, el proceso puede debilitar políticamente a Petro.

Las revelaciones de la Fiscalía no solo tocan la campaña. En los chats de Nicolás Petro hay mención a unos cupos que el exministro del Interior, Alfonso Prada, le habría dado, en referencia a puestos burocráticos para sus intereses.

La suma de todas las aristas puede empujar a Petro a una crisis de gobernabilidad que, antes del escándalo, ya se anunciaba con apenas un año en el poder.

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Petro traza línea frágil para separarse del juicio a su hijo Nicolás https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/petro-traza-linea-fragil-para-separarse-del-juicio-a-su-hijo-nicolas/ Sun, 30 Jul 2023 02:00:45 +0000 https://www.lasillavacia.com/petro-traza-linea-fragil-para-separarse-del-juicio-a-su-hijo-nicolas/

En su respuesta a la captura de su hijo, el presidente Petro puso un manto de culpabilidad sobre él. Le será difícil evadir el costo político.

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“A mi hijo le deseo suerte y fuerza. Que estos sucesos forjen su carácter y pueda reflexionar sobre sus propios errores”. Esa fue la respuesta del presidente, Gustavo Petro, ante la noticia este sábado de la captura de su hijo mayor, Nicolás Petro, investigado por la Fiscalía por lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

La reacción del presidente, por un lado, manda un mensaje de respeto a la justicia que contrasta con actitudes de algunos de sus antecesores. Pero Petro va más allá. Al invitar a Nicolás a “reflexionar sobre sus propios errores”, pone un manto de culpabilidad sobre su hijo en un proceso que apenas empieza. Así, el presidente trata de desmarcar a su gobierno del escándalo.

Es una apuesta difícil porque Nicolás ha sido el más protagónico de los hijos de Petro en la política; porque su captura se da meses antes de unas elecciones regionales en las que muchos candidatos cercanos a Petro hacen campaña justamente con la bandera anticorrupción; y porque inevitablemente tener un hijo en la cárcel investigado por lavado de activos golpea simbólicamente a un presidente que desde el primer día ha intentado tener un rol internacional.

Además, porque la acusación contra Nicolás es que se enriqueció con plata de figuras cuestionadas que iba para la campaña de su padre. Esto vuelve a poner el foco sobre la plata con la que Petro se impulsó para llegar a la presidencia, un frente en el que ya han sembrado dudas las declaraciones de su exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, y el hecho de que hay pagos no reportados, como ha demostrado La Silla en varias investigaciones.

Del “yo no lo crié” al que “que reflexione sobre sus errores”

Desde que el caso de Nicolás Petro se hizo público, Gustavo Petro ha puesto distancia entre él y su hijo. “Yo no lo crié. Esa es la verdad”, dijo en una entrevista en marzo, días después de que se conoció el caso. Day Vásquez, exesposa de Nicolás Petro, acusó a este de recibir plata de narcos y empresarios cuestionados para la campaña presidencial, de no reportarla y de quedarse con ella.

Como reveló La Silla, Petro supo de las acusaciones contra Nicolás desde diciembre de 2022. Otra de sus hijas, Andrea Petro, recibió a Day Vásquez en su casa en Francia. Allí Vásquez le contó a Andrea Petro de su ruptura con Nicolás y de las pruebas que tenía contra él. Y Andrea Petro viajó a Colombia en diciembre para informar a su padre del futuro escándalo.

La primera respuesta de Petro fue esperar. Puso a parte de su círculo cercano, incluida a Laura Sarabia, a investigar. Recién confrontó directamente a Nicolás en enero, y días después, el 1 de febrero, Petro se reunió con Day Vásquez. Este sábado la Fiscalía también pidió capturar a Vásquez.

Aunque muchos han valorado que Petro pidiera la intervención inmediata de la justicia en el caso de su hijo, el presidente solo actuó en público en marzo, horas antes de que el caso se conociera en los medios. Petro sacó un comunicado el 2 de marzo en el que pidió investigar a su hijo.

En ese primer comunicado Petro dejó claro que su prioridad era su rol como presidente. “Quien quiera interferir en ese propósito, para sacar provecho de este, no tiene cabida en el gobierno, incluso si son miembros de mi familia. Confío en que mi hermano y mi hijo puedan demostrar su inocencia, pero respetaré las conclusiones a las que llegue la justicia”, escribió el presidente.

Fue una respuesta muy distinta a la que dio el propio Petro meses después, cuando estalló el escándalo que involucra a Laura Sarabia, su mano derecha en el gobierno, la cual salió del cargo en junio cuando se reveló que, tras un caso de hurto en su casa, la que era su niñera fue chuzada ilegalmente por la Dijín.

Petro fue mucho más vocal en la defensa de Sarabia. “Ningún miembro del gobierno ha dado ninguna orden de interceptaciones telefónicas”, dijo. Y al anunciar la salida de Sarabia agregó: “Mi funcionaria querida y estimada se retira del gobierno”.

Esa calidez con Sarabia, que no se vio en el caso de Nicolás Petro, muestra dos aproximaciones del presidente a las crisis: la defensa directa si implican a su gobierno, y la de la distancia, si involucran a su familia, como también se ha visto con los señalamientos contra su hermano, Juan Fernando Petro, a quien Petro pidió investigar por sus presuntos ofrecimientos de beneficios a criminales en las cárceles.

En el caso de Nicolás Petro medió otro factor en la respuesta fría de Petro: su poca cercanía personal con su hijo mayor. Nicolás es el único de los seis hijos de Petro que nunca ha vivido con su padre. Petro lo tuvo cuando aún era guerrillero del M19 y Nicolás creció en Ciénaga de Oro, mientras que Petro empezaba su carrera política en Bogotá. Nicolás se acercó años después, ya siendo un adulto, con interés en la política.

Y es justamente esa carrera política común la que hace más difícil el intento del Petro presidente de desmarcarse del hijo que, hace varios años, venía presentando como una especie de sucesor y sobre todo como una carta para consolidar el petrismo en la Costa.

El efecto Nicolás

Hace cuatro años, Gustavo Petro levantaba la mano de su hijo Nicolás en una tarima de Soledad. Atlántico, y lo presentaba como su candidato a la gobernación de ese departamento: “Yo los invito a votar por la decencia. ¿Cuál es la diferencia entre un político decente y uno que no lo es? El Corrupto compra el voto. El que es decente no compra un voto”, dijo Petro.  

Vamos este 27 de octubre a darle la espalda a la corrupción y a la compra y venta de votos.

¡Vamos a votar por la decencia!

Palabras de @petrogustavo en Soledad, Atlántico. pic.twitter.com/d5PDtlQeUG

— Nicolás Petro Burgos (@nicolaspetroB) October 7, 2019

Ese énfasis en la decencia que ha puesto Petro en toda su carrera política, y con el que describió a Nicolás, ahora se vuelve en su contra. En especial, a unos meses de las elecciones regionales en las que Petro pondrá a prueba la capacidad de su movimiento, el Pacto Histórico, para consolidarse como un poder más allá de la presidencia.

Es un golpe aún más duro para Petro porque el caso no salpica solo a su hijo, sino a varias figuras protagónicas de su sector político.

Entre estos destaca Máximo Noriega, coordinador de tres campañas presidenciales de Petro en el Atlántico y quien era la apuesta de Nicolás a la gobernación. Noriega fue señalado por Day Vásquez de ser quien recibió la plata del exnarco Samuel Santander Lópesierra, conocido como “El hombre Malboro”. La misma con la que Nicolás Petro se habría quedado. Noriega recibió el aval del Pacto Histórico a la gobernación, pero horas después, tras la captura de Nicolás, el aval le fue retirado.

Entre los señalados por Day Vásquez hay otras figuras del petrismo en el Atlántico como Germán Londoño, mano derecha de Nicolás, y Camilo Burgos, su primo y aliado político.

Nicolás Petro era, desde hace varios años, la cara del petrismo en el Caribe. Por eso el impacto es general en esa región, clave para el presidente y que en gran medida lo impulsó para llegar a la Casa de Nariño.

Este escándalo, además, se suma a otro golpe a su campaña en la Costa: los audios revelados del exembajador en Venezuela, Armando Benedetti. En uno de estos, enviados por Benedetti a Laura Sarabia, el entonces embajador amenaza con “decir quién dio la plata en el Caribe para la campaña”, lo cual ha alimentado señalamientos de una presunta financiación ilegal de la campaña.

El caso de Nicolás también toca a funcionarios del alto gobierno, como el exministro del Interior, Alfonso Prada, hoy embajador en Francia. Day Vásquez señaló al exministro de negociar puestos en el ministerio para Nicolás Petro, algo que Prada ha negado.

Y los impactos pueden escalar con los meses. Fabio Humar, abogado penalista, explica que la solicitud de captura contra Day Vásquez no excluye que esta pueda colaborar con la Fiscalía para dar información sobre Nicolás Petro. “Ella puede ser testigo de los hechos que conoce, tener un preacuerdo o un principio de oportunidad en la que se convierta en testigo”, dice.

Así, mientras más avance el proceso y más detalles se conozcan, más afectado se verá políticamente el gobierno Petro. La noticia de la captura ya hizo eco en los principales medios internacionales, como The New York Times, la BBC y El País de España, que titularon: “Hijo de presidente de Colombia capturado por lavado de dinero”.

Y aunque el presidente ha tratado de responder a la crisis trazando una línea que lo separe de su hijo, puede no ser suficiente para evitar el costo político. En especial por el hecho de que, aunque no crió a Nicolás, es un hecho que fue quien lo lanzó a la política y lo puso en la posición de poder de la que habría abusado.

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La toma verde de palacio: Carlos Ramón, la nueva sombra de Petro https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/la-toma-verde-de-palacio-carlos-ramon-la-nueva-sombra-de-petro/ Fri, 28 Jul 2023 11:00:02 +0000 https://www.lasillavacia.com/la-toma-verde-de-palacio-carlos-ramon-la-nueva-sombra-de-petro/

Carlos Ramón González, el director del Dapre y fundador del Partido Verde, es la persona más cercana Gustavo Petro tras la salida de Laura Sarabia.

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La oficina de Laura Sarabia, la más cercana al despacho del presidente Gustavo Petro, permaneció vacía por un mes luego de su salida del gobierno. Pero hace tres semanas, cuando La Silla reveló ese dato, un nuevo inquilino se mudó a la segunda oficina más poderosa de la Casa de Nariño.

Es Carlos Ramón González, cofundador del partido Alianza Verde, excompañero de Petro en la guerrilla del M19 y quien desde mayo es el director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), cargo que antes ocupaba Mauricio Lizcano. 

La salida de Laura Sarabia convirtió a Carlos Ramón, como es nombrado, en la nueva sombra de Petro; la persona que maneja la agenda del presidente y que lo acompaña todo el tiempo.

Se impuso en una disputa de poder no declarada que hay siempre en palacio. Una que no se mide en presupuestos o funciones. “Se trata de quién irradia el poder del presidente”, según lo describió una fuente cercana a la Casa de Nariño. Y otra agregó: “Es un poder difícil de ver. Pero se resume en quién está al lado de Petro cuando hay que tomar una decisión en cuestión de minutos”.

La toma verde de palacio

Carlos Ramón González concentra los dos principales poderes de la Casa de Nariño: por un lado, los temas administrativos y la contratación, con un presupuesto de 6 billones de pesos que ya tenía con el Dapre. Por otro lado, las funciones que tenía Sarabia: hablar con los ministros cuando Petro no lo hace (lo cual suele ser la regla), apoyar al Ministerio del Interior en las alianzas con el Congreso y, sobre todo, manejar la agenda del presidente y estar a su lado.

Ese poder se lo disputaron por dos meses Carlos Ramón y Vladimir Fernández, secretario jurídico de presidencia. Pero seis fuentes (dos de la Presidencia, dos de los ministerios y dos cercanas a Petro) coinciden en que Carlos Ramón se impuso. No necesariamente por la fuerza, sino porque su rol y su historia en el M 19 lo acercan más a Petro. Y su influencia en el Partido Verde, del que ha sido contratista, prestamista y dueño, lo vuelve estratégico en un momento en el que el gobierno no tiene garantizadas alianzas con los partidos.

El poder de González es visible fuera de la Casa de Nariño: maneja la agenda de Petro, lo acompaña en sus viajes y se sienta a su lado en casi todas las reuniones. Es su nueva sombra. Y, de forma menos pública, ese poder también se nota dentro de palacio: el tercer piso, donde están el despacho del presidente y las oficinas claves de la Presidencia, hoy es una sucursal del partido Verde.

Carlos Ramón ocupa a la vez su oficina en el Dapre y la de Sarabia, que juntas componen casi todo el tercer piso. El director del Dapre llegó a la Casa de Nariño con dos de sus asesoras que hoy son protagonistas diarias del gobierno. Ambas vienen del partido Verde y del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), bajo la dirección de Jorge Londoño, un aliado de González.

La primera es Lyda Zamira González, la directora administrativa y financiera del Dapre. Es decir, tiene a su cargo todo el funcionamiento operativo de Palacio: contrataciones, trámites para los desplazamientos del presidente y la vicepresidenta, entre otras funciones. González viene de ser la secretaria general del Sena, donde fue nombrada por Londoño.

Zamira González fue por años la directora administrativa del Partido Alianza Verde: la mano derecha de Carlos Ramón, y sus ojos en temas del manejo de los recursos del partido y asuntos cotidianos como la expedición de certificados de militancia. Hoy es los ojos de González pero en la Casa de Nariño. “Tiene mucho poder, pero un perfil muy operativo, que responde absolutamente a Carlos Ramón mientras él se concentra en otras cosas”, dijo una fuente del gobierno que ha visto de primera mano el rol de González.

La segunda protagonista verde de Palacio es Luz Ayda Gómez Durán. Es una periodista que fue editora política de Red Más Noticias, jefe de prensa y estratega de comunicaciones de la Alianza Verde en 2021 y que tuvo dos contratos en el Sena bajo la dirección de Jorge Londoño.

Luz Ayda Gómez maneja la logística de la agenda de Petro. Es la que coordina con los ministerios los eventos en los que estará el presidente, y está presente en la reunión semanal de agenda que hace Carlos Ramón con Casa Militar, la jefatura de seguridad de Presidencia y la Consejería de Comunicaciones, en la que se comunica la agenda.

Carlos Ramón se encarga de la línea estratégica de la agenda, mientras que Gómez de la parte operativa. Dos funciones que antes se concentraban en Laura Sarabia.

El contrato de Luz Ayda Gómez es por prestación de servicios por 101 millones de pesos. Fue firmado el 9 de junio y va hasta el 31 de diciembre de este año, es decir, gana alrededor de 16 millones de pesos al mes.

El objeto de su contrato no habla del manejo de la agenda, sino de “apoyar en la divulgación de la gestión gubernamental de la Entidad (la Presidencia), en concordancia con los lineamientos establecidos en la secretaría de comunicaciones”.

Eso coincide con la experiencia de Gómez, que ha trabajado como consultora en estrategia política. En la campaña presidencial fue asesora de la candidata Ingrid Betancourt, que tuvo varias salidas en falso. En su cuenta de Instagram se describe así: “Los políticos me buscan para salir en medios y gestionar crisis”.

Y antes de llegar al gobierno cuestionó, indirectamente, el manejo estratégico del gobierno, en el que Sarabia era protagonista.

El 10 de marzo, en plena primera crisis ministerial de Petro, publicó un video en su canal de Youtube en el que criticó puntos que coincidían con la situación del gobierno en ese momento. Desaconsejó, por ejemplo, “reaccionar a todos los temas” y “usar un lenguaje siempre a la defensiva, que no convoque. El verdadero cambio se genera cuando la gran mayoría de personas están de acuerdo”.

Desde la secretaría de comunicaciones dijeron que la estrategia no ha cambiado con la llegada de Carlos Ramón y sus funcionarias de confianza. Están a la espera de la posesión de María Paula Fonseca como nueva consejera de comunicaciones, tras la renuncia de Germán Gómez, que trabajaba en llave con Sarabia.

Pero oficialmente, según su contrato, la aliada de Carlos Ramón González sí tendría que ver con el futuro de las comunicaciones de Presidencia. Lo que le da otra ventana de poder al director del Dapre.

La burbuja verde y sus límites

El relevo en el poder dentro de la Casa de Nariño también se siente afuera. En general, según cinco fuentes consultadas de distintos partidos, la percepción es que el presidente está más encerrado. “Con Laura el presidente estaba lejos, pero las restricciones aplicaban para todos los sectores porque ella no tenía partido. Con Carlos Ramón hay favoritos”, dijo una fuente del gobierno que pidió no ser citada.

Los que perciben más apertura son, justamente, los del partido Verde, según coincidieron dos congresistas que dijeron que el canal con el presidente es Carlos Ramón, por encima del ministro del Interior Velasco.

En contraste, los sectores con fricciones con González o que simplemente no están en su agenda, como la bancada del Pacto Histórico, siguen con un contacto limitado con el presidente, según dos congresistas de esa coalición.

En cuanto a los ministros, el cambio en palacio no los afecta mucho. Los de más confianza de Petro, como Ricardo Bonilla, de Hacienda, siguen hablando directamente con el presidente. Y el resto “se han dado cuenta de que Laura no era el problema para verse con Petro. Es una característica de él”, dijo una fuente del gobierno que pidió no ser citada.

González ha aprovechado su cercanía con Petro para sus movidas políticas. Hace dos semanas, como reveló La Silla, ofreció el ministerio de Minas a un candidato a la gobernación de Santander, Fernando Vargas, ante la inminente salida de la exministra Irene Vélez. El ofrecimiento logró que Vargas se bajara de su candidatura y dejara el camino libre para Rodolfo Hernández, la apuesta de Carlos Ramón en las elecciones regionales.

Pero esa jugada también reveló los límites del poder del director del Dapre. Logró su objetivo inmediato de despejar la campaña en Santander, pero dejó claro que no tiene la influencia para escoger el gabinete. Petro no nombró a Vargas como reemplazo de Irene Vélez, sino a Andrés Camacho, un ingeniero eléctrico que viene del corazón del petrismo.

Su control de la agenda tampoco es absoluto. La semana pasada Petro faltó a dos eventos claves para González en Santander: la reunión con los alcaldes del área metropolitana de Bucaramanga y la sesión de “Gobierno Escucha” en el que dejó esperando a 5.000 personas, justamente en la región de Carlos Ramón. Aunque tiene en sus manos la agenda de Petro, González enfrenta las mismas barreras que tuvo Sarabia: el poder de Petro para pasar por encima de su consejo o de su itinerario.

Por ahora, sin embargo, es el que está más cerca del despacho presidencial. En palabras de una fuente que ha visto la influencia de González de primera mano: “En la Casa de Nariño hay banderas verdes. Pero el presidente ya ha demostrado que cualquier día se levanta y cambia el color de la casa”.

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Petro ha incumplido su agenda 82 veces desde que es presidente https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/petro-ha-incumplido-su-agenda-82-veces-desde-que-es-presidente/ Mon, 24 Jul 2023 11:00:02 +0000 https://www.lasillavacia.com/petro-ha-incumplido-su-agenda-82-veces-desde-que-es-presidente/

El presidente Gustavo Petro canceló o no llegó a 82 eventos desde que es presidente. Estos son todos los incumplimientos de Petro.

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“En realidad no tengo el don de la ubicuidad”, dijo el presidente, Gustavo Petro, al explicar por qué canceló un evento con empresarios el año pasado. Pero en su primer año de gobierno sí ha practicado varias veces la desaparición.

Hace dos semanas, dijo que iría a San Andrés a celebrar el fallo del pleito limítrofe con Nicaragua. No llegó. Y este viernes dejó esperando a todos los alcaldes del área metropolitana de Bucaramanga, y luego no fue a un evento en el que iba a escuchar a 5.000 personas en Santander. La lista de plantados desde el 7 de agosto incluye a los magistrados de las altas cortes y a la cúpula de las Fuerzas Militares en la ceremonia de trasmisión de mando.

La Silla Vacía revisó la agenda presidencial de cada día desde la posesión de Petro. Encontró que ha cancelado o reprogramado 82 eventos desde el 7 de agosto. Para llegar a ese dato se contrastaron las agendas diarias enviadas por el chat de Presidencia, las notas de prensa que citan a los sectores a los que el presidente les incumplió, y se consultó a los involucrados en los casos en los que había dudas. En el ejercicio se cuentan como cancelaciones solo los eventos a los que Petro se comprometió a ir y luego no asistió, ya sea que los haya reprogramado o no. No se incluyeron las llegadas tarde. 

Muchos casos tienen que ver justificaciones como el clima y la enfermedad, que han afectado también a otros presidentes. Pero el análisis muestra que en el caso de Petro la mayoría de cancelaciones obedecen a que el presidente entra en modo “agenda privada”. El término en los círculos de gobierno puede significar atender temas familiares, recibir reuniones políticas confidenciales, o cualquier otra actividad, y ayuda a no tener que dar explicaciones.

Los incumplimientos han generado ataques políticos, rumores y desinformación. Van desde problemas de consumo de sustancias, impulsadas por las mismas filtraciones de Benedetti, hasta afecciones de salud. Y se agitan más cada vez que Petro vuelve a ausentarse sin explicación clara.

Acá las conclusiones más importantes del análisis:

1. Petro cancela y entra en “agenda privada”

Al revisar los 82 eventos cancelados, en la mayoría no es claro qué hizo Petro en el tiempo en el que canceló su agenda. En 32 casos el presidente tuvo agenda privada en el momento de los eventos cancelados, casi una vez cada 10 días. Es decir, no los reemplazó por otros actos públicos, sino que se quedó en la Casa de Nariño o fuera de las cámaras.

Ese fue el caso de sus cancelaciones de este viernes en Bucaramanga, y también de la de San Andrés. En ambas Petro omitió las explicaciones.

En los casos en los que hay información, la mayoría de veces Petro cambió compromisos en su agenda por temas internos de gobierno o de seguridad. Así lo hizo el 30 de marzo de este año, cuando faltó a una cumbre sobre paz con Juan Manuel Santos y se quedó en la Casa de Nariño reunido con el ministro de Defensa.

La segunda razón de los cambios en la agenda han sido razones de fuerza mayor como enfermedad y problemas para trasladarse a los sitios. En ocho ocasiones de este año Petro ha cancelado eventos por enfermedad.

Pero algunas de esas explicaciones tienen contradicciones. Por ejemplo, el 14 de abril Petro faltó a la cumbre de alcaldes en Palmira. A la hora del evento, a las 3 pm, fuentes de Presidencia informaron que Petro no podría llegar por condiciones climáticas. Pero, desde las 6 am de ese día, por el chat de Presidencia habían informado que Petro iba a tener “agenda privada”. Es decir, desde la mañana había sacado el evento de Palmira de su agenda.

La razón de la cancelación, por lo tanto, fue otra. Y el presidente no quiso informarla.

2. Las cancelaciones han aumentado mientras avanza el gobierno

Los meses con más cancelaciones en la agenda de Petro han sido marzo y abril de 2023. En promedio, este año Petro ha cancelado nueve eventos por mes, sin contar julio por estar en curso. En 2022 el promedio fue la mitad: cinco cancelaciones por mes.

No todas las cancelaciones tienen el mismo impacto. Algunas, como las de este viernes en Bucaramanga, dejan a cientos de personas en un coliseo o una plaza esperando al presidente. Pero otras son reajustes en la agenda: como mover un consejo de ministros o un evento en una gira internacional al que Petro no alcanza a llegar.

La cantidad de cambios en la agenda muestra que no se trata de un tema de ajuste del gobierno en sus primeros meses. No hubo un cambio con la salida de Laura Sarabia, su jefa de despacho y la que manejaba su agenda. Petro faltó a 8 eventos en mayo, el último mes de Sarabia, y a la misma cantidad en junio, cuando ella salió del cargo por un escándalo.

3. A quienes más les incumple es a las comunidades y organizaciones sociales

El sector al que Petro le ha cancelado o reprogramado más eventos es el de las organizaciones civiles y sociales. En 17 ocasiones Petro no ha llegado a compromisos con estas. Entre los casos más visibles está su inasistencia a la cita con el consejo nacional de juventud en abril, y la cancelación de varias sesiones de “Gobierno escucha” en Ciénaga de Oro, Sevilla, y el último en Santander esta semana.

El hecho de que las más plantadas sean las comunidades, y que la razón la mayoría de veces sea la “agenda privada”, contradice la explicación que en su momento dio Laura Sarabia. En febrero, cuando aún manejaba la agenda, dijo que la agenda se retrasaba porque Petro quería escuchar a todos los sectores más tiempo del acordado.

“El presidente va más allá del tema protocolario. No existe que él diga ‘tengo solo dos horas para atender a tal comunidad’. Prefiere que el tiempo se use para que la gente de verdad se sienta escuchada, desde la comunidad en Cauca hasta el empresario que viene y resulta que tenía solo media hora, pero termina hablando dos horas con el presidente”, dijo Sarabia.

Los empresarios han sido justamente el segundo sector al que Petro le ha incumplido más citas, con 16 casos. Petro ha faltado sobre todo a congresos, como el Congreso Nacional de Comerciantes de Fenalco o la ceremonia del Premio del empresario del año. En varias ocasiones Petro ha delegado a su ministro de Comercio, Germán Umaña.

El tercer sector con más cambios de agenda es el de política exterior. Petro ha cancelado varios eventos en sus viajes internacionales, casi siempre por sobrecarga en la agenda, y también ha aplazado varias reuniones bilaterales en la Casa de Nariño con embajadores, como el de Emiratos Árabes el pasado 13 de junio.

4. El presidente incumple más la agenda hacia el final de la semana

El día con más cambios y cancelaciones en la agenda de Petro es el viernes. Una cuarta parte de todas las modificaciones de la agenda ocurrieron ese día. El segundo día es el jueves y el tercero es el miércoles. En general, Petro suele mantener su agenda en los primeros días de la semana y la modifica en los tres últimos.

La mayoría de las cancelaciones son cambios deliberados en la agenda y no retrasos en esta. Petro ha faltado a 16 eventos por retrasos en la agenda, mientras que ha dejado de estar en 33 por cambios de agenda, ya sea para atender otro compromiso o “agenda privada”. En 24 ocasiones la cancelación no ha tenido ninguna explicación, ni oficial ni extraoficial.

5. La prensa ha cubierto 6 de cada 10 incumplimientos

La fama de incumplido de Petro, además de estar soportada en los casos concretos en los que ha cancelado, también ha sido una constante en los medios. La prensa ha cubierto 56 de los 82 incumplimientos del presidente este año, en la mayoría de ocasiones en un tono crítico.

En 26 casos, sin embargo, los medios no han registrado el cambio en la agenda. Suele ser cuando hay una modificación para tratar temas internos de gobierno, que quedan fuera del radar de los medios. No se cubrió, por ejemplo, la inasistencia de Petro a la reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, el 10 de mayo. Petro designó al Canciller y atendió en su lugar el Aniversario del comando de las Fuerzas Militares.

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