“Quiero que recibamos con un fuerte aplauso a alguien que de verdad se compromete con la prevención, mi coronel Bibiana, bienvenida”, dijo el concejal motero Julián Forero, mejor conocido como “Fuchi”, en el evento que organizó el domingo el gremio de moteros. En la tarima, al frente de cerca de 1.000 asistentes, el concejal más votado del país abrazó a la teniente coronel Bibiana Valencia, de la Policía Comunitaria.
En una imagen poco común, moteros y policías hicieron un plantón en Bogotá para el lanzamiento de una estrategia conjunta de seguridad, que busca enfrentar la ola de hurtos, asesinatos y otros delitos que golpea la capital.
Solo hacía unos días, el concejal motero tuvo un encontrón con un patrullero, que lo paró en un retén. Pero la marcha terminó siendo una muestra de la gestión mancomunada del concejal y las autoridades, que convocó a motociclistas, ambulancias, carros e, incluso, busetas escolares.
En medio de la manifestación, impregnada del olor a gasolina y motores ruidosos, quedó claro el rol cada vez más asertivo que adquieren los moteros en la política capitalina. Las motos incluso se pasean ahora por los pasillos del Concejo de Bogotá. “La gente dice ‘ese Fuchi es bien visajoso, ese Fuchi si es bien lámpara’. No. Les voy a mostrar al visajoso mayor”, afirmó Forero en un video subido por él en redes, mientras se montaba en una moto que manejaba el concejal de su mismo partido en un corredor del edificio.
Los moteros se alinean con la Policía contra el crimen
Sobre las 8:45 de la mañana del domingo 3 de marzo empezaron a sonar los pitos de las motos que llegaban a estacionarse sobre la Avenida La Esmeralda, frente a la Biblioteca Virgilio Barco, en el centro de Bogotá.
Primero llegaron los carros de los Street Brothers, el grupo de moteros que fundó “Fuchi” y que tiene un organizado esquema de agremiación a través de WhatsApp. “¿Van a poner una tarima ahí?, preguntó uno de los agentes de Policía, mientras cierra la vía por la que aún pasan ciclistas, patinadores y corredores de la ciclovía.
“La grúa nos sirve de tarima, ahí también vamos a poner el video”, responde “Fuchi” a los agentes que lo rodean. “¿Y qué es lo que van a proyectar en la tarima?”, continúa el agente.
Sin ultimar esos detalles, el evento del domingo lleva por lo menos un mes cocinándose. Pese al altercado que tuvo el concejal motero con un patrullero, su grupo se ha acercado a las autoridades para crear una estrategia conjunta de seguridad. El puente de comunicación ha sido la teniente coronel Bibiana Valencia, de la Policía Comunitaria.
“Nosotros sabemos que hay más conductores buenos, por eso empezamos este trabajo para desestigmatizarlos”, le dijo a Valencia a La Silla. “La idea es trabajar con los gremios de conductores en los frentes de seguridad y en la red de información”, agrega.
Los Street montaron una tarima al tiempo que los agentes de Policía arreglaron carpas con campañas de seguridad vial y contra la violencia de género. Los mismos agentes montaron una tarima propia con instrumentos, donde después tocarían varios éxitos de merengue.
Mientras suenan los pitos de las motos que llegan, un hombre empieza a recoger las herramientas que tiene en el piso. Su negocio es arreglar las bicicletas que pasan por la ciclovía en la acera frente a la biblioteca. “Me van a cerrar esos pirobos solo porque tienen placas”, dice mientras recoge su maleta y se va de la acera.
La relación entre los moteros y la Policía ha sido problemática en el pasado. De los primeros en llegar al evento fueron los familiares de Kooby Bray Duarte, un motero de 20 años asesinado por la Policía. Cuelgan una pancarta que reza “Justicia para Kooby”, un diploma de la Universidad Ecci y una toga de graduación. “Fue asesinado en un retén policial cuando salía de la universidad. Los medios de comunicación y la Policía me lo tildaron como un delincuente”, cuenta Viviana Forero, la mamá del motero.
En otros casos, sin embargo, los moteros trabajan con la Policía de sus localidades. Nancy Castañeda hace parte de Comandos Halcones 58, un grupo motero enfocado en seguridad. Trabajan con la Policía en Ciudad Bolívar, en donde se enfoca su trabajo. “Hay policías muy buenas personas, pero más que todo en las avenidas estigmatizan la labor que uno hace”, dice Castañeda, que prefiere su nombre de calle, “Águila 28”.
Incluso en el evento del domingo quedaron en evidencia asperezas que no se han resuelto con las autoridades. Mientras el presentador de Tropirumba, la emisora que transmitió el evento, habla con el intendente Becerra sobre los retenes, se acercan a la tarima los chalecos verdes que identifican a la veeduría de los Street Brothers. El policía explica que los retenes no existen, que son en realidad de puestos de control de la Policía.
Pero uno de los veedores de los Street toma el micrófono y asegura que, contrario a lo que acaba de decir, “los retenes aparecen por lo menos en 127 ocasiones en la ley”. Aunque sigue hablando desde abajo de la tarima, los organizadores apagan el micrófono. “Hoy no estamos como para peleas”, comenta uno de los asistentes.
“Ruedan” los frentes de seguridad
En el público, “Pulgarcito”, un motero que lleva más de 40 años “rodando”, habló sobre la inseguridad. “Al frente de mi casa han robado a mis dos hijos, yo le hago un llamado a las autoridades para que nos ayuden”, dijo.
La respuesta la hizo la coronel Valencia desde la tarima. “La seguridad empieza en su casas, en sus barrios. Los invito a que conformen ustedes los frentes de seguridad de su sector, que sean ustedes líderes y coordinadores”, dice. “El señor aquí indica que en su casa robaron. ¡Qué bueno que usted tuviera su frente de seguridad para que la comunidad y nosotros podamos trabajar!”, responde la teniente ante los aplausos de los moteros.
El objetivo del evento era presentar la iniciativa para la seguridad organizada por el gremio y la Policía, para después llevársela al despacho del alcalde Galán. La propuesta incluye la creación de estos frentes de seguridad para que los moteros se organicen por sectores e informen a la Policía de lo que pasa en sus circunscripciones. Esa red de información busca alimentar los operativos de las autoridades con los miles de ojos que ruedan las calles para saber dónde ocurre un delito y quiénes son los responsables.
Los frentes no son una propuesta nueva. Las redes comenzaron desde hace unos ocho años para organizar el trabajo de autoridades y motociclistas para vigilar y recuperar motos y carros robados. Al evento llegaron algunos de esos grupos. “Un aplauso a ellos que literalmente arriesgan su vida”, dice “Fuchi” desde la tarima.
Desde la tarima, Luna Osorio, quien coordina 13 de esas redes de apoyo, les dijo a los asistentes que para participar se tienen que cumplir unos requisitos. “No los pongo yo. Los exige la Policía, porque estamos adscritos a la Metropolitana, cada red debe cumplir con requisitos específicos para participar”, explica Osorio.
Uno de los riesgos de expandir estos frentes de seguridad, es que no hay certeza sobre qué requisitos tendrán que cumplir los moteros que quieran entrar. “El riesgo de abrir la puerta es que sea tan amplia que entren quienes no cumplen con los rigurosos requisitos”, dice uno de los veedores, que pide no publicar su nombre para no pelear con “Fuchi”.
Además, las iniciativas de los frentes de seguridad en Colombia han sido históricamente controversiales. Por ejemplo, cuando Fedegán propuso la creación de Frentes Solidarios de Seguridad Ganadera, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, lo calificó como “una forma de autodefensa”.
“Fuchi” es consciente de que la idea puede ser polémica, pero explica que la parte técnica y organizacional de estos frentes la haría la Policía. “Lo que hacemos es decir: aquí estamos. Somos una masa importante, somos una masa buena, entréguenos los lineamientos”, dice el concejal.
Seguridad sí, seguridad vial no tanto
Después de que el concejal, la teniente coronel Valencia y otros cinco líderes moteros hablaran en tarima, “Fuchi” tomó la palabra. “Ahora les presentó a uno de mis panas, de mis parceros, que ha estado en mi casa y en mi oficina”, anuncia. La multitud que miraba a la tarima se abrió en dos, haciendo un óvalo para que “Tatán”, el amigo del concejal, pudiera empezar su espectáculo de stunt en medio del evento.
Antes de empezar, “Tatán” recibió el saludo de un niño que manejaba una moto de juguete. El niño, de menos de cinco años, hizo el primer stunt. Saludó al motero y levantó su moto sobre las ruedas de atrás. Así empezaron los cerca de 30 minutos de trucos en motos y bicicleta. Al final, se respiraba humo de exhosto y llanta quemada.
Los moteros cerraron el 2022, el último año con datos disponibles de Bogotá, siendo el grupo de conductores con mayores cifras de heridos (7.800) y el segundo con más fallecidos (196), solo uno por debajo de peatones, que alcanzó las 197 el año pasado.
En cifras nacionales, el panorama no cambia mucho. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, en enero de este año aumentaron las cifras de siniestros fatales, de 618 en el mismo mes del 2023, a 656 este año. Los motociclistas son las principales víctimas, en promedio 12 muertos al día en enero. Además, el 77% de los accidentes están relacionados con motos, ya sea por choque de moto contra objetos, carros, camiones o, incluso, peatones.
Cuando baja de la tarima, “Fuchi” afirma, ante la pregunta de La Silla Vacía, que como actor vial los moteros son “los que más muertos ponen”. Pero la velocidad, el factor que según expertos más incide pasó sin mención. Según el concejal, la idea sí es que los moteros “demostremos que sí tenemos un interés en cambiar temas de comportamiento”.
A las 2 de la tarde, para el final de la ciclovía, los moteros empezaron a rodar. El evento cultural, como ellos lo llamaron, terminó con una despedida de “Fuchi”. Los líderes que asistieron al evento firmaron una planilla. Con esas firmas como anexo, el equipo del concejal llevará una carta al alcalde con las propuestas de seguridad del gremio.
“Vamos a ver si el alcalde entiende que somos más los buenos que los malos, que debe articular con nosotros sus estrategias sobre el tema de la seguridad. Queremos ser parte de la solución”, le dijo “Fuchi” a La Silla mientras se acerca uno de las decenas de moteros que lo buscaron para tomarse fotos.