Fueron dos de las conclusiones a las que llegó Medellín Cómo Vamos en su informe de calidad de vida 2020-2023 divulgado esta semana. El ejercicio hace parte de la red Cómo Vamos que mide la gestión pública en varias ciudades del país, y que cuenta con aliados como Proantioquia, Comfama, El Colombiano, El Tiempo y las Cámaras de Comercio de Bogotá y Medellín.
La confianza pública cayó. El descenso fue histórico, según la medición, pues solo el 24% de los ciudadanos confiaba en el exalcalde Daniel Quintero en 2023, al cierre de su gobierno. La medida más baja registrada por un alcalde había sido del 45%.
Esto se sumó a la insatisfacción por la gestión pública y al aumento de la percepción de corrupción por parte de los ciudadanos. El año pasado, 70% de los medellinenses percibió que la corrupción aumentó o en se mantuvo en los mismos niveles de 2022.
Más hogares con hambre. En el último cuatrienio, según Medellín Cómo Vamos, el 28% de los hogares de la ciudad tuvo dificultades para acceder a las tres comidas diarias (una cifra de ese tipo no se registraba hace 18 años).
Esto repercutió en la seguridad alimentaria de la ciudad (que hoy tiene al 50% de sus habitantes en algún tipo de riesgo) y llevó al registro de desnutrición en menores de cinco años más alto en la última década, con 9 mil casos confirmados en 2023.
Otros frentes. La pobreza extrema y la deserción escolar también aumentaron. Los homicidios, aunque bajaron, crecieron al interior de los hogares, debido a la violencia intrafamiliar. Y la recuperación del empleo, luego de la pandemia, sí fue positiva. De hecho, Medellín fue puntera en comparación con otras ciudades principales.