“Los trabajadores se respetan”, escribió Gustavo Bolívar en X a mediados de mayo. Esa frase un mes después se convirtió en el encabezado de una pancarta del sindicato mayoritario del Departamento Administrativo de Prosperidad Social (DPS) contra el mismo Bolívar.
Bolívar ha apalancado parte de su carrera política en los sindicatos. Más allá del respaldo político, recibió plata de 6 sindicatos, en total 50,5 millones de pesos, para financiar su aspiración a la Alcaldía de Bogotá. Pero ahora que tiene un cargo administrativo la foto es otra.
La pelea arrancó dos días después de que Bolívar asumiera la dirección del DPS. El exsenador líder del Pacto Histórico reunió a los empleados y, según los sindicalistas, les anunció que cambiaría la caja de compensación.
El anuncio cayó muy mal. Hacía solo 14 meses los sindicatos habían ganado una pelea de años para tener el derecho a decidir con quién se querían afiliar. La decisión de Bolívar echaba tierra sobre esa victoria.
“Nosotros fuimos parte del cambio y ahora no entendemos. Somos parte del gobierno pero tampoco vamos a callar cosas en contra nuestra”, le dijo a La Silla Vitelio Martínez, líder de Sintrasocial, uno de los dos sindicatos del DPS.
Bolívar no respondió a las preguntas enviadas por La Silla Vacía. Desde el DPS aseguraron que la elección de la caja de compensación es de autonomía del director y no tiene por qué ser concertada con los sindicatos.
Zilia Ruiz, presidenta de Siessocial, estuvo en una de las reuniones con el nuevo director del DPS, y afirma que “Bolívar dijo que Cafam estaba con Petro, a lo que le dije que los trabajadores habían estado con él y lo que esperábamos era que el bienestar de los trabajadores estuviera por encima de beneficiar una empresa”.
Sobre la movida que favorece directamente a Cafam, Bolívar guarda silencio.
La tensión con los sindicatos
Gustavo Bolívar llegó al DPS con el “reto de consolidar los ejes de la política social del Gobierno del Cambio”, como le dijo el presidente al posesionarlo, pero su primera gran movida interna como director de esa entidad no tuvo nada que ver con el encargo.
El 7 de marzo, solo dos días después de jurar ante Petro, Gustavo Bolívar reunió a los líderes sindicales del DPS y les dijo que estaba estudiando la posibilidad de cambiarlos de caja de compensación. “Nos habló de su interés por regresarnos a Cafam pues, según dijo, los trabajadores lo habían abordado para dar quejas de Compensar”, narra el podcast del sindicato Siessocial el 16 de mayo.
Como los empleados llevaban menos de un año afiliados a la caja de compensación actual, no quedaron claros los criterios que se iban a usar para evaluarla.
Y en contraste, solo 4 días después del anuncio, hubo otra reunión que fue citada en las instalaciones de Cafam. Quien los convocó y además dirigió el encuentro fue Francisco Maltés, el exdirigente nacional de la CUT, uno de los sindicatos más grandes del país.
Maltés dirigió esa reunión a nombre del DPS sin tener ningún vínculo oficial con esa entidad. Su nombramiento como asesor de Bolívar no se dio sino hasta el 16 de abril, poco más de un mes después de ese encuentro.
En el mismo podcast el sindicato denunció que en esa reunión Maltés, junto a Jhon Jairo Narváez López, otro directivo de la CUT, y Luis Gonzalo Giraldo, el director ejecutivo de Cafam, aseguró que los trabajadores habían solicitado el cambio.
“El objetivo en la reunión (…) era presentar a los trabajadores representados en los sindicatos que según él, habían manifestado su deseo de traslado de caja de compensación de Compensar a Cafam, precisión que nos tomó por sorpresa porque no ha sido solicitud nuestra”, dice el audio de Siessocial en el que además aseguran que en esa reunión no asistió ningún representante del DPS.
La Silla intentó preguntarle a Maltés sobre esa reunión y su gestión ante los sindicatos, pero no respondió las llamadas ni mensajes.
Pero más allá del lobby a favor de Cafam, la discusión tomó por sorpresa a los sindicatos porque duraron 5 años peleando la autonomía para decidir en donde querían estar afiliados, y solo en el gobierno de Petro, cuando Cielo Rusinque estuvo al frente del DPS, lo lograron.
La cruzada había arrancado en 2018, cuando en la negociación sindical Siessocial, que representa a 350 servidores de los 974 que tiene el DPS, gestionó una encuesta para que los trabajadores decidieran a qué caja de compensación querían estar afiliados. Esa consulta estuvo apalancada en la inconformidad con los servicios que les prestaba Cafam.
La encuesta la votaron 602 trabajadores y ganó Compensar. Como segunda opción quedó Colsubsidio y de tercera, Cafam.
Para garantizar que el cambio se hiciera, el resultado de la encuesta quedó incluido en la negociación del DPS con el sindicato en 2018 y fue refrendado con una resolución administrativa. Sin embargo, ese acuerdo quedó en el papel hasta finales de 2022, cuando los sindicatos, motivados por la promesa de cambio del nuevo gobierno, le pidieron a la entonces directora, Rusinque, hacer efectivo el traslado de los trabajadores.
Rusinque finalmente lo gestionó. En abril de 2023 los trabajadores recibieron en sus correos electrónicos la notificación de que el cambio a Compensar era oficial.
Pero en tiempo récord, Bolívar reversó la decisión de los trabajadores, contrariando lo que en sus redes sociales dice defender.
El negocio regresó a Cafam
Los 546 empleados del DPS en Bogotá le representan a Cafam un flujo de al menos 1.790 millones anuales, según cifras del sindicato que tienen en cuenta la escala salarial de esa entidad.
A pesar de que la secretaria general le dijo a La Silla que la decisión se tomó luego de “hacer un diagnóstico” de varios meses, la manera en la que se concretó el cambio contradice esa versión.
Según los comunicados oficiales de Siessocial, el 9 de mayo Compensar les informó que la dirección del DPS, en cabeza de Bolívar, solicitó a esa caja de compensación el paz y salvo del pago de aportes de seguridad social para hacer el traslado a Cafam.
Es decir, a dos meses de las primeras reuniones, ya la decisión estaba tomada.
Desde entonces los sindicatos están oponiéndose al cambio con pancartas, comunicados y socializaciones entre los trabajadores sobre lo que ellos consideran es desconocer el acuerdo sindical de 2019.
Protesta contra decisión de… by La Silla Vacía
En todo caso, Siessocial solicitó una nueva reunión con Bolívar el 5 de junio, para tratar de frenar la decisión del cambio de la caja de compensación. Para sorpresa de los miembros de la junta directiva de ese sindicato, antes de entrar les pidieron dejar sus celulares afuera. Estaban presentes Bolívar, Maltes y Carolina Hoyos, la secretaria general del DPS.
Nuevamente intentaron persuadirlos de la conveniencia de devolverlos a Cafam. Les mostraron una tabla de beneficios, pero de todas maneras dejaron claro que la decisión era de la autonomía de Bolívar. También ahí fue donde Bolívar mencionó que “Cafám estaba con Petro”.
“En esa reunión nos dijeron que éramos del mismo grupo, que ellos sí tenían voluntad política. Nos quedamos con ese mensaje de tranquilidad pero hoy estamos más preocupados”, dijo Vitelio Martínez.
La versión de Hoyos es que en esa y en todas las reuniones con el director, por protocolo, nadie puede entrar con celulares. Y que la decisión del cambio obedece a un análisis técnico sobre los beneficios de una y otra caja y el compromiso que Cafam asumió con el DPS de hacer un memorando de cumplimiento sobre una serie de beneficios.
“Con un plan de seguimiento que nosotros de manera directa vamos a hacer con Cafam. Hoy no hay un memorando escrito de los beneficios adicionales con Compensar porque no existe. Hoy estoy haciendo un memorando de entendimiento con Cafam.” dijo Hoyos a La Silla.
De todas maneras, el DPS les pasó la aplanadora a los sindicatos, bajo el argumento de que así fuera solo por un año, ya les habían cumplido.
En esa reunión Hoyos les dijo a los sindicalistas que, como la dirección anterior ya había gestionado el cambio, la resolución administrativa ya se había ejecutado, ese acuerdo sindical ya se había cumplido y el reversazo no violaba su negociación.
Tal y como le dijo la secretaria general a La Silla, el cambio que se hizo en 2023 “no es permanente ni sistemático en el tiempo”. Es decir, en la práctica les dieron contentillo a los sindicatos por 12 meses y luego Bolívar los devolvió al mismo punto en el que arrancaron la pelea hace cinco años.
El cambio definitivo empezará el 1 de septiembre. Lo hará contra la voluntad de los trabajadores, algo que Gustavo Bolívar decía respetar.