En Colombia, en pleno siglo XXI, cerca de un millón de hogares (Enut 2016-2017) todavía no tienen acceso permanente al agua, sobre todo en las regiones Caribe y Pacífico. En San Andrés sólo el 16 por ciento de los hogares tiene acueducto. En la zona rural de Tumaco no pasa del seis por ciento y en la urbana del 50 por ciento.
Aún con acueducto, en más de tres millones de hogares el servicio de agua no es 24/7 según la Geih del Dane.
Todos los habitantes de estos lugares sufren por la falta de acceso a este servicio vital, pero las mujeres muchísimo más, algo que está invisibilizado. Lo que suma otra desigualdad —a la ya existente— en la carga de trabajos no remunerados. Este es el principal hallazgo de la investigación que ha hecho el Observatorio para la Equidad de Las Mujeres —OEM— de la Universidad Icesi/Rupturas21 y la Fundación WWB en Tumaco y Guapi.
Una problemática que la encuesta de uso del tiempo del Dane -Enut- no está registrando por el tipo de preguntas que hace. Como lo demuestra el informe “Infraestructura física del cuidado en Colombia” de Quanta – Cuidado y Género, de la Universidad Javeriana.
La Silla Académica viajó a Tumaco para contar esta realidad en la voz de las mujeres, madres y abuelas que la padecen. El problema del acueducto allá pasa por el centralismo, la burocracia y la falta de sentido social de los contratistas.